3 de diciembre de 2007

Tinelli, el PJ y las ciencias sociales (Pragmatismos).


Por Manolo Giménez

“La crisis de la moral pública y la deshistorización que le es propia, han logrado por ahora instalar en el centro de las preocupaciones nacionales al gremio de los tecnócratas y cuantitivistas. (…) Los argentinos han sido saqueados, no solo en su presente existencial. Les ha sido arrebatado su pasado, el valor emblemático de sus hombres más notables y la conciencia de si mismos. Por este colapso espiritual la Nación se encuentra en peligro”.

Jorge Abelardo Ramos



No fueron las usinas propagandísticas del Partido Justicialista quienes crearon la coartada discursiva del pragmatismo, para expresar la absoluta falta de escrúpulos en la obtención de beneficios personales.
Tampoco fue su rutilante jefe en los años ‘90, ni ninguno de los adulones o ministros que lo acompañaron. Pero, sin lugar a dudas, fueron ellos quienes instalaron la valoración positiva de esta perversa modalidad en la vida de los argentinos.

Demonizado y vituperado hasta el hartazgo años más tarde, el pragmatismo menemista, sin embargo, reaparece una y otra vez. Y no sólo desde la dirigencia partidaria o sindical que le rindió culto, sino también desde otros medios de legitimación ideológica.

En un reportaje reciente, el historiador Alejandro Horowicz, al hablar de los programas de Marcelo Tinelli, mencionó la “menemización de los valores”.
“Esto es: transformar disvalores en valores cínicamente enunciados como si fueran naturales”, dijo. “Así se genera un bloqueo de la crítica, y a partir de allí la televisión reproduce, a escala gigantesca, los valores hegemónicos de la cultura”.
En los programas de Tinelli, afirma Horowicz, “la idea central es ver cómo sobreviven los participantes, cómo zafan. Es una pelea por la existencia. Y esto está directamente relacionado con los valores del menemismo: por ejemplo, con el manotear y con el zafar”.

Ayer nomás

La recomposición de la burocracia justicialista –a sólo seis años del terremoto de la experiencia neoliberal– invita a sospechar que los valores hegemónicos de la cultura señalados por Horowicz gozan hoy de muy buena salud también en la política profesional.

Estos mismos administradores del patronazgo pejotista demostraron, al comenzar el nuevo milenio, su enorme capacidad de adaptación. Tras las movilizaciones (no siempre espontáneas) que se sucedieron a partir de diciembre de 2001 y, fundamentalmente, tras las elecciones de 2003, los viejos políticos de la nueva política iniciaron una aceleradísima reconversión ideológica.

Entregaron la cabeza (una bastante grande, en particular) de sus antiguos referentes; aplaudieron a Chávez y a Fidel y expresaron con vehemencia un flamante odio hacia los organismos financieros internacionales. También aceptaron “redescubrir” al sujeto social de la política, hablar de derechos humanos o desempolvar algún montonerismo (propio o prestado) que les permitiera ajustarse a una moda que, por cierto, no tardó mucho en disiparse.

No está de más señalar que, medidos en términos de integridad moral, no son mucho peores que el resto de los dirigentes y operadores que pululan en la empobrecida política argentina. Pero han demostrado ser los más aptos para jugar a este juego. Si como señala Horowicz, zafar y manotear figuran entre los valores centrales de la cultura hegemónica, el Partido Justicialista se lleva las mejores calificaciones del jurado. No creo que sea por vocación de poder, como se ha dicho tantas veces, sino por la confiabilidad en el control social que le viene brindando a monopolios locales y extranjeros, desde 1989, gracias al control de su aceitada maquinaria clientelar.

No los van a defraudar

Precisamente, es posible que su mandato actual sea el de impedir que se altere sustancialmente el proceso de acumulación sin distribución que sostiene, desde hace tres décadas, al modelo económico y a sus fieles perros guardianes, los partidos mayoritarios. No será una tarea muy complicada; porque éste, a fin de cuentas, es el ecosistema del gatopardismo pejotista, su lugar en el mundo.

Zafando y manoteando, decíamos, los apóstoles del pragmatismo pudieron llegar indemnes a este cierre de ciclo, que parece poner fin al período inaugurado al son de los cacerolazos y con la bancarrota de la convertibilidad.
Y por lo que manotearon en las elecciones del 28 de octubre pasado, no cabe duda de que zafaron sobradamente. Al punto que han dejado en minoría a los incondicionales de Kirchner dentro del entramado de legisladores, gobernadores e intendentes que integran el Frente para la Victoria. Con lo que pretenden, dicho sea de paso, obligar al propio “compañero Néstor” a cajonear todo proyecto transversal para volver mansamente al redil donde lo esperan algunas gotas de un óleo sagrado que, últimamente, se evapora con llamativa facilidad en el Partido Justicialista.

El precio de la enunciación


Pero volvamos al soporte de legitimación con que cuenta –adoptando la expresión de Horowicz– la “menemización de los valores”. Que no en todos los casos es tan explícito como en los bailes del caño o los patines de Tinelli.

Está claro que en ámbitos pretendidamente intelectuales hoy resulta políticamente incorrecto celebrar las ventajas del pragmatismo. Sin embargo, no es extraño encontrar, en algunos círculos académicos y en respetables medios de difusión, enunciados acerca de la eficacia de los oportunistas en la práctica política como si se tratara de algo natural y técnicamente aceptable.
He tenido oportunidad, incluso, de escuchar a ciertos analistas referirse con aprobación al uso de la silla de ruedas de Gabriela Michetti o del mapita policíaco de Celso Jaque, en tanto astucias publicitarias de sendas contiendas electorales, sin hacer mención alguna al deterioro que presenta la actividad política –y nuestra sociedad– para que tales recursos puedan definir una elección.

Puesto que se orienta al individuo aislado narcisisticamente, como receptor ideal, la publicidad genera fenómenos de masividad, no de comunidad. Es decir, que si una campaña publicitaria –o cualquier destreza por el estilo– puede alcanzar tan alto de nivel de efectividad en la promoción de objetos o valores no necesariamente deseables, debería ser entendido como un síntoma de inarticulación del proyecto colectivo, antes que celebrado como una genialidad de las agencias publicitarias.

Pero, al parecer, escasea el interés de los especialistas en precisar cómo, por ejemplo, el proceso de disolución nacional y la conformación del bloque económico dominante determinan históricamente las manifestaciones del pueblo argentino (hoy convertido en “la gente”) y cuáles podrían ser los medios posibles para revertir el desconcierto o resolver el desequilibrio de fuerzas.
Por el contrario, tales síntomas suelen ser presentados por politólogos y cientistas sociales como oportunidades para los oportunistas (ecuación de consumo perfecta). De este modo, la mayor parte de las veces la formulación –mediante el sistema de encuestas– de las conductas colectivas son presentadas y comercializadas por las consultoras como hojas de ruta para planificar mejor el desenvolvimiento electoral.

Diríase que tales especimenes de la intelectualidad vernácula rara vez discuten las condiciones sociales de producción imperantes con el objetivo de modificar las relaciones de poder mediante la lucha política. Será que les resulta difícil sentir alguna responsabilidad hacia aquello que constituye, apenas, su objeto de medición.

Un ejemplo ilustrativo es la práctica sociológica local. Desprovista de todo pensamiento nacional o dialéctico –y hasta de pensamiento– y más atenta al calendario electoral que al rumbo de las fuerzas productivas, hace tiempo que viene depositando su mejor esfuerzo en ofrecer, mediante sortilegios de relativo valor científico, la ilusión de conocer el centro secreto de la voluntad popular.

Después de todo, es lo que se les pide: los partidos políticos con mayores recursos requieren de lo socialmente efectivo, no de lo socialmente justo. Y ni las ciencias sociales, ni los comunicadores, ni mucho menos los dirigentes que se incorporan a tales partidos, están interesados en mudar su fe de los santuarios del pragmatismo. No sea cosa que por alguna herejía profesional –como descubrir de qué manera se definen las clases sociales a nivel del modo de producción dominante en la Argentina actual o toparse con las esperanzas del auténtico pueblo trabajador– dejen de ser acariciados, como hasta ahora, por la mano invisible y generosa del mercado.

7 de noviembre de 2007

Carta de Chávez a Cristina



Compañera, Camarada y Compatriota Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta Electa de la República Argentina


Querida Cristina, amiga mía: Compañera Presidenta,

Con el más hondo sentimiento de júbilo, saludo la gran victoria popular del 28 de octubre de 2007 como la más hermosa reafirmación colectiva y soberana de la Argentina que llevo y llevaré siempre en el corazón. Hablo en nombre de mi Pueblo, este Pueblo venezolano que ama entrañablemente al Pueblo argentino y que ha hecho suya vuestra victoria.

En una carta del 11 de septiembre de 1848 dirigida al General Ramón Castilla, San Martín habla de sí mismo de esta forma: Una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar. José de San Martín volvió a América, su América, en 1812, porque sintió el llamado en lo más íntimo de su alma y poseyó la suficiente fuerza de carácter como para no desoírlo. Nuestro compromiso, tú lo sabes, está en sentir ese llamado en lo más íntimo del alma, cada día, y tener la fuerza de carácter para oírlo y obedecerlo: es el compromiso que nos exigen nuestros Pueblos.

El gran Pueblo argentino votó por la continuidad del proceso de liberación nacional que comenzó en el año 2003 con el liderazgo del compañero Néstor Kirchner. Un proceso de liberación nacional firmemente arraigado en la memoria histórica: nada ni nadie pudo borrar al peronismo como encarnación de la esperanza popular y como expresión combativa del anhelo de justicia e igualdad de los descamisados.

Es por eso que el luminoso 28 de octubre de 2007 es un día de victoria para Mi general Perón: Perón ha seguido ganando batallas tras su desaparición física y estoy seguro que las seguirá ganando de cara al porvenir. El peronismo contemporáneo ha sabido recoger su bandera para retomar, con coraje y lucidez, el camino de la construcción de una Patria real y verdaderamente libre, real y verdaderamente soberana.

Recuerdo, ahora, aquellas 20 verdades que constituyen la matriz ideológica del ideario peronista y que fueron dadas a conocer por el General Perón el 17 de octubre de 1950. Recuerdo, sobre todo, la última de ellas porque creo que es la clave que le da sentido a todas: En esta tierra lo mejor que tenemos es el Pueblo. Esta inmensa verdad ha sido demostrada y ratificada, una vez más, el 28 de octubre.

Le tocó a Néstor abrir el camino para dejar atrás, definitivamente atrás, la larga noche neoliberal, recogiendo e interpretando el clamor insurgente del Argentinazo: merece y merecerá todo el reconocimiento por ello. Estoy plenamente seguro que con tu liderazgo, el proceso de liberación nacional seguirá avanzando a paso de vencedoras y vencedores.

Cristina:

Celebrar contigo esta victoria popular de Argentina es celebrar y honrar la viva presencia de Evita en el sentimiento nuestroamericano. Por esta razón hoy quiero recordar, junto a ti, unas palabras que pronunciara el 27 de enero de 1947: La mujer debe afirmar su acción. La mujer debe optar. La mujer, resorte moral de un hogar, debe ocupar su quicio, en el complejo engranaje social de un pueblo. Lo pide una necesidad nueva de organizarse, en grupos más extendidos y remozados. Lo exige en suma, la transformación del concepto de la mujer, que ha ido aumentando sacrificadamente el número de sus deberes, sin pedir el mínimo de sus derechos.

Me atrevo a decir, entonces, que tu rotundo triunfo electoral no es otra cosa que la esperada afirmación –esperada desde siempre– de la acción de todas las mujeres argentinas: el comienzo de la transformación de un concepto que, para que sea tal, ha de fundarse en el merecido lugar que le corresponde en el complejo engranaje social del Pueblo, y hacer valer, ahora sí, el máximo de sus derechos. A menos no puede aspirar la mujer argentina, como tú bien lo has dicho: Sé que podemos desarrollar una gran tarea por nuestras aptitudes especiales por haber sido ciudadanas de lo privado y de lo público, por haber articulado el mundo de la familia y de la militancia. Y por haber hecho bien las dos cosas.

Necesario es reconocerlo: Argentina y Venezuela todavía están pagando las consecuencias de un modelo político, económico y social desastroso y excluyente y que, por tanto, tenía que hacer caer todo el peso del desastre y la exclusión en la mujer. Me refiero al neoliberalismo. No es extraño, entonces, que a partir de la imposición del modelo económico neoliberal en todo el mundo es cuando comienza a hablarse de feminización de la pobreza. Si la pobreza tiene rostro de mujer, la Segunda Independencia de Nuestra América y su más profunda y efectiva emancipación tiene, también, rostro de mujer.

Querida Presidenta:

El 28 de octubre ha vencido la Argentina que ha hecho suya la causa de la integración y la unidad. Y pongo sobre todo el acento en la unidad como el gran trabajo político a largo plazo: largo plazo, sí, que podría acortarse en la medida en que exista la voluntad necesaria. Recuerdo siempre estas palabras de Perón en La hora de los pueblos: La integración de la América Latina es indispensable: el año 2000 nos encontrará unidos o dominados.

La alianza estratégica entre la Argentina y Venezuela es la reafirmación de dos Pueblos que decidieron andar unidos para nunca más ser dominados. Es una alianza estratégica ejemplar y modélica a la que hay que seguir fortaleciendo e incrementando porque prefigura, así lo creo, la gran unidad política que debemos construir. Ganémosle, Cristina, tiempo al tiempo. Y parafraseando a Perón, digamos ahora: el año 2020 nos encontrará unidos y liberados.

Vuelvo a recordar, una vez más, las palabras del Libertador, de 1818, en carta de Juan Martín de Pueyrredón, Supremo Director de las Provincias del Plata: Excelentísimo Señor: cuando el triunfo de las armas de Venezuela complete la obra de su independencia, o que circunstancias más favorables nos permitan comunicaciones más frecuentes, y relaciones más estrechas, nosotros nos apresuraremos, con el más vivo interés, a entablar, por nuestra parte, el pacto americano, que, formando de todas nuestras repúblicas un cuerpo político, presente la América al mundo con un aspecto de majestad y grandeza sin ejemplo en las naciones antiguas. La América así unida, si el cielo nos concede este deseado voto, podrá llamarse, la reina de las naciones, y la madre de las repúblicas. Completar la independencia de cada una de nuestras Patrias y entablar un nuevo pacto americano son los asuntos determinantes en la definición y construcción del presente y del porvenir. En esa dirección políticamente coincidente, avanzamos Argentina y Venezuela.

Querida Cristina:

Vaya para ti y para Néstor, el más fuerte y fervoroso abrazo. Quiero desearte el más exitoso desempeño en la continuidad del proceso de liberación nacional de la Argentina que ahora te toca liderar. Para ello, como bien sabes, tendrás a este tu amigo, como un soldado. Y a Venezuela como una leal servidora. Transmite a tu Pueblo todo mi infinito cariño, pleno de respeto y admiración, junto con el renovado sentimiento de hermandad del Pueblo venezolano. Un fraterno beso, amiga mía, junto con el testimonio de mi amistad.

¡¡¡Hasta la Victoria Siempre!!!
¡¡Venceremos!!

Hugo Chávez Frías
31 de octubre de 2007

10 de octubre de 2007

Los vampiros levantan vuelo


Por Raúl Quiroga

La cadena de estaciones de servicio Esso se va del país y en todos los medios de difusión se reflejó como el principio de la estampida en masa de las grandes empresas petroleras que operan en el país. Un efecto, dicen, de las malas políticas que practica el Gobierno Nacional en materia de hidrocarburos.

Un poco apurados y livianos en la denostación -tal vez estimulados por la cercanía del 28 de octubre- los comentaristas casi nunca se detuvieron a observar la situación coyuntural de las corporaciones multinacionales. (Entre otras, de la norteamericana Exxon a la cual pertenece Esso).

De haberlo hecho, sabrían que actualmente la parte sustancial del negocio petrolero pasa por encontrar y explotar grandes reservorios. Por lo cual no se van sólo de Argentina, también hacen un drástico repliegue en gran parte de Latinoamérica

Ocurre que, ante la escasez del crudo y su altísimo precio internacional -que en los últimos días llegó a 82 dólares el barril (o sea, cada 159 litros)-, se ha generalizado una marcada retracción en las áreas comerciales de las grandes petroleras; al tiempo que se intenta encontrar y participar en la extracción de crudo en cualquier lugar donde se encuentre, con un mínimo gasto de exploración y explotación, no importa a qué costo en dólares o en lo que sea (piénsese en Irak, por ejemplo).

Si bien en la Argentina es posible que existan grandes reservorios petroleros esperando a ser descubiertos, la inversión para hacerlo es demasiado grande. La explicación a esta paradoja es que nadie se preocupó, en la década del ’90, en hacer cumplir los contratos que fijaban la obligatoriedad de las exploraciones para fijar horizontes petroleros. Tal incumplimiento tuvo lugar a la par de una irracional extracción petrolera que se realizó, incluso, sacando de marco la ley de abastecimiento nacional, en detrimento del consumo y la producción nacional. (Vale la pena aclarar, en tal sentido, que Argentina es un país productor de petróleo y no -como algunos contratos lo indican- exportador de petróleo y gas).

Desde esta perspectiva, sería mucho más serio por parte de la prensa especializada preocuparse o poner el grito en el cielo cuando algunos gobiernos provinciales negocian nuevas ampliaciones de contratos a vencer dentro de 10 años; como el de Chubut, que termina de renegociar el yacimiento Cerro Dragón. Gracias a tal operación, dicha provincia se va a encontrar en el próximo decenio con una recaudación de 778 millones de dólares, mientras que la empresa dueña del contrato -la Pan American Energy- va a recaudar en igual periodo la módica suma de 12 mil millones de dólares. Es decir, apenas algo más del 6 por ciento para los argentinos; cuando en el mundo se están negociando contratos donde las ganancias para quienes tienen petróleo en sus territorios fluctúan entre el 40 y 50 por ciento.

Hoy es indispensable mejorar el horizonte en materia de exploración y constatación de reservas in situ, sobre todo si tomamos en cuenta que tenemos, dentro del territorio nacional, muchos yacimientos por descubrir y en nuestro litoral marítimo las reservas ya están siendo cuantificadas por las empresas multinacionales. En este aspecto, los invito a seguir la evolución de las inversiones inglesas en materia de exploración y explotación en Malvinas.

Como se ve hay otros motivos mucho más importantes para preocuparse que la partida de las estaciones de la Esso. Aunque, para ciertas empresas periodísticas, el patrimonio nacional sea lo de menos frente a la pérdida de un buen cliente.

3 de septiembre de 2007

EL JUGLAR DE GUAYAQUIL CUMPLE 30 AÑOS


Por Ernesto Suárez

Dentro de unos días viajaré a Guayaquil en donde viví 7 dulces, tristes, hermosos y profundos años de mi vida, lugar donde vuelvo cada vez que puedo y sobre todo en esta fecha que se cumplen treinta años de “el nacimiento de El juglar”, los mismos actores que la estrenamos volveremos a estar juntos en el escenario.

Fue en octubre del año 1977, yo venía de Quito en donde había trabajado 6 meses en la Universidad luego de un paso de un año por Lima, a donde llegué en marzo del `76 empujado al exilio por la tristemente célebre junta militar que tanto daño causó a la Argentina.

En julio de ese mencionado año conocí al poeta Othon Muñoz quien trabajaba en el área cultural del municipio de Guayaquil y me contrató para dictar curso de 3 meses, mientras tramitaba mi partida hacia Méjico que era el lugar en donde pensaba radicarme.

Ese octubre, terminaba el curso y en la escalera de la Casa de la Cultura del Guayas me quedé con todos los integrantes que habían finalizado el ciclo (eran más de 20) para despedirme. Hasta ese momento nunca imaginé que esa despedida en la escalera iba a dar comienzo a una historia que hoy cumple 30 años.

Los estudiantes me propusieron que no me fuera, no tenían nada para ofrecerme, pero tenían todo: las ganas, el talento, la honestidad y esa fuerza del trópico que no he visto en ningún lugar del planeta. Ahí mismo bautizamos al grupo con el nombre de EL JUGLAR sin saber que cinco años más tarde sería el grupo más popular y querido de todo el Ecuador.

No teníamos dónde ensayar, lo hacíamos en el Parque Centenario y un compañero llamado Félix Portero nos prestó la Sociedad de Carpinteros que quedaba enfrente y ahí se afianzó la idea.

Necesitábamos un lugar nuestro y un día pasamos con los compañeros por la calle Boyacá y Clemente Ballen en donde vimos el típico cartel “se alquila”, subimos a ver el local, allí había existido antiguamente una radioemisora, y yo dije vamos a alquilarlo. No teníamos un sucre ni en fotografía.

Al otro día nos organizamos y en una camioneta pequeñita de uno de los compañeros salimos todos a las calles haciendo ruidos con latas porque ni para un tambor teníamos con la siguiente frase pintada en la camioneta, en nuestros labios y en nuestra esperanza “REGALE UN PERIÓDICO VIEJO Y UNA BOTELLA VACÍA Y DENTRO DE POCO TENDRÁ UN TEATRO LLENO”. La gente respondió y en poco tiempo teníamos una montaña de botellas y de periódicos, los vendimos y alquilamos el local que sería el mítico TEATRO EL JUGLAR que durante 6 intensos años, tal como lo prometió el cartel llenaría su pequeña sala de 120 espectadores con más de 14 producciones entre las que se destacaron “LA NONA”, “BANDA DE PUEBLO”, “DE LA VENTANA A LA CALLE”, “LA CARRERA DE JUAN NADIE”, “CÓMO ES LA COSA” y nuestra tan amada “GUAYAQUIL SUPERSTAR”.

No hubo barrio de Guayaquil a donde no fuimos, llegamos a ser el récord de 10 funciones en un día divididos en 2 grupos, casi todas las ciudades del Ecuador nos vieron llegar con la cara pintada y cantando una canción que nos enseñó la gran actriz y directora argentina María Escudero y que decía “Un poco más y veremos los naranjos florecer, nuestro mar brillando al sol y este canto en libertad”. Fuimos invitados a festivales importantísimos como el de Manizales, Colombia (en dos oportunidades) , Perú, Chile y Argentina. Llegando a ser Guayaquil Superstar hasta en EEUU.

Nuestro quinto y sexto aniversario lo festejamos en la calle frente al teatrito y esa anchísima Boyacá se vio rebalsada en toda la cuadra de gente trepada hasta en los árboles para festejar con nosotros un año más de un teatro del pueblo, con temas populares, lenguaje cotidiano y sin embargo apuntando cada vez más a lo teatral como señalaron en su oportunidad críticos del país y del exterior.

“Las venas abiertas de América Latina reflejadas en forma excelente por el grupo ecuatoriano EL JUGLAR con su obra “CÓMO E` LA COSA” cautivó al público por la simpleza y profundidad tanto de la actuación cono la puesta en escena”. Diario Los Principios de Córdoba, Argentina (en el marco del Festival Latinoamericano de teatro, año 1986).

Hoy se cumplen treinta años y los nombres de los juglares guayaquileños siguen vivos en el teatro ecuatoriano y en el corazón de este argentino, la historia no terminó con el regreso a mi país por la llegada de la democracia en el `84, tampoco con la presencia de 5 de esos juglares estudiando teatro durante 4 años y recibiéndose en la Universidad de Mendoza donde yo trabajo. Tampoco terminará éste octubre cuando todos juntos nos subamos al escenario a hacer “GUAYAQUIL SUPERSTAR”. Esta historia está en movimiento mientras como dice el Quijote, sigan existiendo molinos de viento que se transforman en gigantes y a los que hay que destruir con la frase que nos enseñó María, “NUESTRO CANTO EN LIBERTAD”.

30 de agosto de 2007

Sainete mendocino por entregas. Capitulo 5


Milonguita de las internas – Milongaza de octubre
por Macedonia de Frutas


Y después de todo pasaron las internas. Una jamás hubiera pensado que fueran posible. Si todo hacía pensar que el barrio entero se había unido. Que ya las barras se habían disuelto y que todos caminaban juntos hacia el control conjunto de la Unión Vecinal Mendoza Unida Concertada Autodefinida (UVeMUCA).

Sigla preciada de todos los activos vecinos que vienen peleando, desde hace años, por garantizar el asfalto, la cuneta, la iluminación, las uvas en fresco, el vino en latas, el corredor del Oeste, la circunvalación del barrio, y la emancipación del trompa porteño de turno.

Claro que algunos ahora no saben qué hacer. Porque han quedado medio fuera de cacho. “Yo soy K en Buenos Aires, pero soy PJ en el barrio”; “Yo soy radical pura cepa pero me gustan las uvas gansas” ; “Yo soy PJ pero anticobista, anque K”.
Y otros que son liberales en el alma y K en el bolsillo. También están los radicales en el bolsillo y el alma que van con un ex PJ, en la elección nacional, y con boinita blanca en el barrio.

Finalmente, aparecieron los de la otra esquina armando banda propia: con La Mística y con no sé quién. Memarchi, que tomó para el lado de los tomates, se quedó con la mutual Alpede, con la que piensa juntar algunos vueltos.

Así, el barrio sigue intranquilo porque nadie maneja la milonga. Y milonga sin control huele a malevaje. Y malevaje extrañao termina mirando sin comprender.
Los muchachos y chicas del montón no saben qué hacer. Si se van con unos, se pelean con otros y si se olvidan de los favores recibidos anteriormente, pueden quedar fuera del convite. Y a esta altura volver a planchar, no le gusta a naides. Si van a la milonga es porque quieren bailar …y mientras más movido mejor.

Los cachafaces principales ya enviaron los trajes cruzados a la tintorería. Las percantas principales ya renovaron su stock de zapatos taco aguja. El Mula, el Celso, el César, Memarchi y algunos más saben que en esta milonga hay que poner toda la sapiencia en la pista. El que no lleve bien la melodía queda como un chambón y se tiene que ir a la barra a conformarse con un garnacha.

Los que quedaron afuera en la milonguita de las internas —o sea, que perdieron como en la guerra—, ya se fueron a barajas. Encanutaron el jetra, se embolsaron unos rublos que quedaron boyando de los gastos de la campañita y habilitaron deliverys para sobrevivir.

En este momento todos se están lustrando los timbos charolados para la Milongaza de octubre. El Celso armó pareja con el “Pibe ladrillo”. El César finalmente largó a la Pato y se juntó con el Tomas, para demostrar que le gustan los conciertos de posta.
Algunos están lanzados para saltar a la pista y pelear el trofeo “Cuerno de la Abundancia de Lata” que ya está tallando el Joyero Oficial de la vecinal. Otros dicen buscar la gloria.

Desorientados, los vecinos observan estos movimientos un tanto anárquicos. La elección del barrio parece disputarse entre los que pretenden el todos contra todos y los que proponen el todos para todos.

28 de agosto de 2007

Farruco Sesto: “Todos nos dedicamos a la política”


Por León Repetur

Les comentaba en la nota anterior, relacionada con mi viaje a Venezuela, que el Ministro de Cultura, Farruco Sesto, sintetizaba lo que estaba ocurriendo en este país. Desde su visión, Venezuela está produciendo cambios que empezarán a incidir en las políticas de otros países de América.
En el marco de un reportaje muy extenso realizado por Ocean Sur, he extraído una sola pregunta que sirve para seguir nuestra línea de análisis acerca de la política y de su práctica.


Ocean Sur: - El Dr. Armando Hart, intelectual, filósofo y sobre todo revolucionario cubano, ha planteado una tesis sobre “ La cultura de hacer política” reflejada en la historia de la Isla, en la historia de Cuba. En Venezuela, la impronta de Hugo Chávez ha modificado la política tradicional. A nuestro modo de ver, con su energía dicta una nueva “cultura de hacer política” matizada por referencias históricas, comentarios de libros, promoviendo la cultura en sus discursos. También dicta en la praxis nuevas formas y caminos de comunicación social en los programas “Aló Presidente”, que es parte de la cultura. Usted encabeza el colectivo que traza y ejecuta la política cultural de Venezuela hoy en día, pero además es un intelectual en sí mismo. ¿Qué reflexiones pudiera hacer sobre esta “cultura de hacer política” hoy en Venezuela?”

Farruco: - Lo primero que podríamos estar observando es que la figura del político profesional está desapareciendo. La propia Constitución dice que ésta debe ser una democracia participativa, entonces la política ya no es, o no debiera ser, algo de profesionales, de especialistas. Puede ser que todavía perviva en algún caso esa figura del político profesional, incluso en el campo de las fuerzas progresistas, porque hay gente que vive de la política y que tal vez algún partido lo financia, pero el pueblo está asumiendo el hacer política, incluso lo está asumiendo con muchísima fuerza. Es más, la figura del político profesional hasta se empieza a ver mal, se empieza a ver como algo del pasado. Eso es un cambio, creo yo, muy importante porque antes la palabra política era una palabra mal vista, los políticos eran mal vistos, con desconfianza. Ahora todos nos dedicamos a la política, ella es parte de la tarea de todos y eso es un cambio de óptica muy importante.
Lo otro es que Chávez, en lo personal, está dando permanentemente una lección de frescura, de decir las cosas cuando hay que decirlas, de no callarse nada. El va abriendo ventanas, no permite que haya territorios en la oscuridad o en la penumbra, asuntos públicos que se escondan detrás de unas puertas, asuntos misteriosos. Ahora todos los grandes temas económicos, sociales, políticos se abren y la gente se mete, pues si no lo hiciera no tendría forma de hacer política.
Chávez, en esas seis o siete horas del “Alo Presidente”, más las intervenciones que hace a lo largo de la semana, que son muchas, toca todos los temas, los va haciendo cotidianos. Y yo por ejemplo, que sé poco de economía, más o menos voy captando por donde va la cosa del petróleo, por donde van las cosas de las finanzas, pero así como uno que es un profesional lo va captando, igual lo hace un campesino, un taxista, cualquiera; yo lo veo con mis choferes, con los muchachos que me escoltan, ellos me comentan, comentamos en el carro las cosas de la política, de la economía , de la revolución. Todo el mundo se mete sin miedo en todas las cosas, sin misterios. Claro que eso no lo inventó Chávez, es una condición de los líderes revolucionarios en funciones de gobierno. Pero Chávez lo aplica de manera muy intensa, magistral. Fidel también es un maestro en eso, ha sido el maestro de Chávez también, en eso de dialogar con un pueblo acerca de las grandes estrategias y también de los detalles. Ahora en Venezuela eso que hace Chávez, ya lo hace mucha gente, ya los líderes lo hacen en los distintos niveles, ya no hay líderes que anden solos, los ministros ya son distintos, los alcaldes son distintos, los gobernadores son distintos, los que tienen responsabilidades públicas dialogan permanentemente sobre los temas que tienen entre las manos.
Tal vez consiga por allí a alguien que todavía conserve una distancia como caso raro, pero en términos generales uno podría decir que quienes tiene responsabilidades de liderazgo, están muy en contacto con el pueblo y eso ya es una transformación decisiva en la cultura política. Y no sólo para llevar, para informar, para decir, sino también para escuchar y para aprender y para diseñar las políticas, recogiendo lo que de abajo

21 de agosto de 2007

La cultura en Venezuela


Por León Repetur

Entre el 7 y el 13 de julio pasados tuve la oportunidad de visitar Venezuela invitado por el Orfeón de Guarenas para dictar un curso de capacitación para la realización del Cantapueblo en ese país a partir del año 2008.
Con mucha curiosidad llegué a Caracas, esperando ver con mis propios ojos y entender con mi propia mente lo que allí estaba pasando. Y me llevé una enorme sorpresa. Me encontré con un proceso de cambio revolucionario avanzado y con un pueblo entusiasta y esperanzado en su dirigencia y en su conductor.

Asistí a numerosos encuentros con gente de todos los sectores sociales y, al margen de las diferencias y de la absoluta libertad con que todos se expresaron, nadie dejó de reconocer lo que el proceso revolucionario venezolano está haciendo por los más débiles, por los más golpeados durante años de corruptela y entrega de la riqueza nacional.

Con sana envidia, sentí el orgullo y el fervor en la mayoría de los venezolanos por el proceso de recuperación de la dignidad y de la soberanía nacional. Trataré, de a poco, de ir acercándoles mis impresiones de cuanto viví en esa estadía en la tierra de Bolívar.

Pero hoy quiero dejarles unas opiniones del Ministro del Poder Popular para la Cultura del Gobierno Bolivariano de Venezuela. Se trata de Francisco Sesto Novás, arquitecto, escritor, poeta, ensayista. Nacido en Vigo, España, en 1943 y con 40 años de residencia en Venezuela. Es el ministro que tiene a su cargo la difícil tarea de conducir la Cultura en un país en revolución.
“Farruco” Sesto para los venezolanos. Y ya para nosotros también.

En ocasión de celebrarse en 2006 la XIV Feria Internacional del Libro de la Habana, Venezuela fue país invitado de honor a esa Feria.
Farruco llegó a la histórica ciudad con un mensaje, para todos los asistentes a esa feria, que ahora reproducimos en nuesro blog enteramente. El lo tituló:


Pasaporte Cultural

Si tú no naciste en Venezuela, ni tienes la ciudadanía venezolana, ni vives tan siquiera en Venezuela, puedes ser sin embargo un venezolano más.
Puedes ser, o considerarte, o sentirte íntimamente un venezolano de este tiempo. Un venezolano en tiempo de Revolución.

Es muy fácil.
Basta con que alojes en tu corazón un profundo respeto hacia todos los seres humanos sin distinción de culturas, religiones o formas de vida.
Basta con que hagas tuyo el paisaje de la diversidad de los pueblos y lo coloques frente a tu ventana.

Basta con que lo contemples con amor y que, a partir de ese amor, te pongas con nosotros del lado de los pobres de la tierra, de los explotados, de los débiles, de los excluidos y eches tu suerte con ellos.
Y que, por consiguiente, nos acompañes en la prodigiosa aventura de hacer del mundo un mejor lugar.

Contra toda hegemonía, contra todo poder, contra todo imperio. Para dejar atrás las injusticias, el desequilibrio y la inequidad.
Si día tras día, cada día, con el hacer de tus manos, con el pensar de tu mente y el alentar de tu corazón, apuestas a la dignidad de toda persona, entonces estás con nosotros. Y eres parte de nosotros.
Eres ya, de hecho, un venezolano más, un bolivariano.

Venezuela es tuya.
Es tuya la historia de lucha contra la opresión.
Perteneces a las huestes de Guaicaipuro y de los pueblos originarios que se enfrentaron a la Conquista.
Te levantaste con los esclavos y fuiste cimarrón y formaste tu cumbe en algún lugar inexpugnable.

Estuviste con Gual y España en las primeras conspiraciones libertarias y asististe con dolor y vergüenza a su ejecución en la plaza pública.
Formaste parte de primera expedición naval contra el Imperio español desembarcando al mando de Francisco de Miranda en la Vela de Coro.
Cabalgaste, pocos años después, en la inmensidad de los Llanos como parte de los lanceros, haciendo tuyo su especial modo de guerrear.
Acompañaste a Simón Bolívar y a sus ejércitos libertadores hasta derrotar al enemigo en Carabobo. Y después, peleaste con Sucre en Ayacucho.
Falleciste luego, cuando ellos murieron y resucitaste con Ezequiel Zamora para tomar las armas contra una oligarquía que había secuestrado los frutos de la Independencia.

Estuviste con Argimiro Gabaldón y con otros comandantes guerrilleros en las distintas serranías.
Y así has seguido hasta hoy, unas veces enfrentando dictaduras y otras oponiéndote a democracias corruptas y subordinadas a un poder imperial. Por eso hoy participas activamente en el proceso bolivariano. Eres parte del pueblo. Un bolivariano más

Venezuela es tuya
Es tuya en su geografía esplendorosa.
Son tuyos Los Andes de altas cumbres y valles sosegados. Sus páramos, sus nieves, sus pueblos apretados; la piedra de sus muros.
Es tuyo el Orinoco y las selvas que cruza y las aguas que carga. Son tuyas las historias milenarias que el desmedido río conoce y lleva en sí.
Lo es la Gran Sabana y sus cerros testigos, los tepuyes. Su antiquísima luna, el redescubrimiento de la primigenia soledad en aquellos espacios, y el extraño rumor de los espíritus ancestrales que allí habitan.
Las arenas de Coro con sus dunas insólitas que el viento permanentemente va moviendo.
Los llanos, los esteros, las puntas de ganado, los morichales perdidos y hallados, y sobre todo ese cielo extendido a la mirada sin otra limitación que el horizonte circular.
El vasto Lago y su rayo Catatumbo, insobornable, eterno.
La franja en que se encuentran el mar y el Continente, los cayos, los manglares, los arrecifes coralinos, las acumulaciones de conchas, la sombra de las enramadas.
El blanco Sol de la mañanita, el que al mediodía castiga y también el que amarillea el atardecer

También es tuya Venezuela en su cultura y en sus gentes.
Nunca te olvides de Simón Rodríguez ni de sus consejos a la inteligencia ciudadana para que inventes y no te equivoques.
Descubre la luz con Reverón, reinterpreta el espacio con Bárbaro Rivas, sintetiza tanto las armonías como las disonancias formales del universo con Jesús Soto.
Pinta angelitos negros con Andrés Eloy Blanco; móntate en el caballo bien bonito que fue amigo de Aquiles Nazca; remonta el Arauca en un bongo con Rómulo Gallegos o levanta con fuerza una lanza, sea o no colorada, para que te observe Arturo Uslar Pietri. Y con Carlos Raúl Villanueva, ponte a construir cubos de colores. Alza tu voz contra la injusticia con Alí Primera y cántale a quienes viven bajo techos de cartón.

Recorre los caseríos del Oriente con Luis Mariano Rivera o trata de desenredar los infinitos caminos del llano con el Carrao de Palmarito.
Desanda la historia de “Florentino y el Diablo” con Alberto Arvelo Torrealba para ganar cualquier batalla de Santa Inés que pueda presentarse. Dale la mano a los numerosos escritores y artistas cuyos nombres enaltecen a la cultura venezolana. Pero sobre todo, piérdete entre los incontables creadores anónimos del pueblo, que son tantos como las estrellas y hazte un lugar en ellos. Allí coincidirás con gente de los pueblos originarios, aprenderás de las comunidades afrodescendientes, compartirás con inmigrantes provenientes de los cuatro puntos cardinales, serás, campesino, pescador, minero, soldado o quién sabe, tal vez, un simple ciudadano vecino de una barriada caraqueña.

Donde quieras que llegues, donde quiera que estés, estarás con nosotros, echándonos una mano solidaria en esta tarea de hacer patria. La Patria que es América.
Este pasaporte es para eso. Si tú eres cubano y eres bolivariano, ya eres venezolano de corazón. Y estamos juntos en el mismo lado, el único posible o, en todo caso el único aceptable. Estamos en el lado de la gran humanidad que ha dicho basta y ha echado a andar.

12 de agosto de 2007

No todo lo que es oro... brilla


Por Raúl Quiroga

Barrick Gold es una prototípica multinacional. Sus acciones cotizan en las bolsas de Toronto, Nueva York y Londres y su facturación neta en el 2006 fue de 1.510 millones de dólares.

En sus inicios campeó el afamado traficante de armas de origen saudí, Adnan Khashoggi. Decimos afamado porque, entre otras cosas, participó del affaire Irán/Contras. Esta operación, como se recordará, articuló el tráfico de drogas desde Centroamérica hacia los Estados Unidos con la compra de armas –la mayoría de ellas en Irán- para ser entregadas a los mercenarios que operaban en Nicaragua desde fines de los ‘70.

También formaron parte de su Junta Asesora el ex primer ministro canadiense Brian Mulroney y su amigo George Bush (padre), quien indultó oportunamente a Khashoggi en una de sus últimas y lamentables decisiones de gobierno.
También destaca la presencia de nuestro conocido José “Puchi” Rohm, ex vicepresidente del Banco General de Negocios (BGN) y jefe de una asociación ilícita que, según la justicia argentina, operó la fuga de capitales de resonadas estafas al pueblo argentino, como las coimas de los casos de contrabando de armas a Croacia e IBM-Banco Nación. Un periodista norteamericano que investigó a Barrick, citado por el diario Página 12, describe a Rohm como “un experto en sacar ventaja del proceso de privatización de bienes”.

Pero volvamos a la Barrick. Al parecer, la empresa ha resuelto promocionar con gran despliegue el proyecto Pascua Lama, el mega emprendimiento de minería del oro (y todo lo demás que aparezca), que abarca en San Juan la zona fronteriza argentino-chilena al amparo del Tratado de Integración y Complementación Minera, firmado por Carlos Menem con el entonces presidente de Chile, Eduardo Frei, en 1997.

La fuerte inversión publicitaria en tierra sanjuanina tiene su explicación: el año pasado Barrick Gold sufrió una derrota a manos del pueblo riojano movilizado. Nos referimos a cuando el entonces gobernador de La Rioja, Angel Maza, fue destituido en medio de una protesta social en contra de la explotación a cielo abierto del cerro de Famatina.
Fue entonces que el sucesor de Maza, Luis Beder Herrera, convocó un referéndum popular sobre el tema. Sabiendo el resultado que les esperaba, los directivos de la Barrick anunciaron que suspendían sus actividades exploratorias.

Ahora, con el apoyo entusiasta del gobernador sanjuanino, José Luis Gioja, y sus amigos empresarios mineros locales, ha cambiado la táctica del desembarco sigiloso que le fracasó en La Rioja, y ha lanzado una ofensiva mediática, con la publicación de suplementos en Clarín, el Diario de Cuyo y -como frutilla del postre- el patrocinio, a través de la Cámara de Empresarios Mineros, del club de fútbol San Martín de San Juan, que ha debutado en el torneo mayor de AFA llevando en su camiseta el lema “San Juan Minero”.

¿Le funcionará la estrategia?

31 de julio de 2007

Teatro: el presupuesto es el peor actor


Por Cynthia V. Lana

Fue por demás notoria, durante las pasadas vacaciones de invierno, la presencia de carteleras, en las calles de nuestra ciudad, y avisos televisivos promocionando la oferta teatral de los espectáculos que, oriundos en su gran mayoría de la capital del país y no siempre de reconocida calidad artística, aterrizaron en Mendoza.

También contamos con la visita de algunos compactos reciclados de las corporaciones mediáticas, dirigidos al público adolescente e infantil y procedentes del País del Norte. Hablamos de ciertos subproductos que, con una fuerte impronta audiovisual —en base a procedimientos televisivos o informáticos muy efectivos para el acervo imaginario de los niños— logran imponerse a fuerza de la reiteración. (Por supuesto que no llegaron los engendros originales, sino vulgares remedos de escasa imaginación).

Paralelamente, sorprendió la poca atención dispensada a los elencos de teatro mendocino, por parte de las autoridades provinciales del área. Como si desconocieran la ventaja con que corren aquellos espectáculos —los mejores y los peores—que gozan de difusión permanente en medios nacionales o internacionales.

Es que los elencos de teatro de la provincia, al igual que muchas otras actividades culturales, no cuentan con el apoyo necesario para salir adelante y demostrar que son una oferta realmente apreciable para el público mendocino. Entre los múltiples obstáculos con que tropiezan, se destacan la falta de instrumentos efectivos para la promoción de sus actividades y la imposibilidad de contar con una sala propia. En ambos casos, es casi imposible no remitirse a la gestión cultural del ejecutivo provincial y al presupuesto destinado a tal fin.

Según el archivo de prensa del Gobierno de Mendoza, el presupuesto para Cultura destinado para el año 2007 es del 0,47 por ciento. Esto significa apenas 47 millones de pesos. La UNESCO recomienda a los gobiernos invertir el 1 por ciento del presupuesto en cultura.
En Buenos Aires, por ejemplo, se otorga el 3,4 por ciento del presupuesto, y San Luis destina el 2,3 por ciento. Ejemplos éstos más que esclarecedores a la hora de advertir la falta de interés por parte de nuestros gobernantes, en lo que respecta al fomento de las actividades culturales autóctonas.

Volviendo a la actividad teatral. Cualquier funcionario sabe —por su experiencia en los aparatos electorales— el rol que juega la inversión publicitaria en la instalación de un candidato para su reconocimiento. ¿Por qué considera, entonces, que una propuesta teatral puede generar cierto nivel de conocimiento público entre sus potenciales espectadores sin contar con los recursos necesarios para una adecuada promoción? En este sentido, esperar que la actividad prospere sin asistencia oficial es como pretender que se siga produciendo en el campo sin tener agua para el riego.

Por otro lado, en los últimos meses varias salas debieron cerrar o trasladarse por el aumento de los alquileres. No se trata de un dato menor: los elencos teatrales necesitan un lugar físico estable para ser fácilmente identificables por el público. Llama la atención que, con tantos espacios disponibles en la ciudad de Mendoza (algunos son propiedad de organismos oficiales, tanto locales como nacionales), no se esté pensando en la creación de complejos artísticos y salas culturales que reaviven, entre otras cosas, la empobrecida vida recreativa del Gran Mendoza.

Es imprescindible invertir en los artistas locales por una sencilla razón: la cultura, para ser genuina, no puede ser un producto de importación. Es la forma que reviste la idiosincrasia del pueblo mendocino; a la que diariamente los auténticos creadores se empeñan en darle su manifestación artística adecuada. Aún cuando deban sortear verdaderos calvarios para cobrar por su trabajo y estén obligados a mendigar por una sala, un subsidio o algún espacio mediático y publicitario.

17 de julio de 2007

Un pronóstico de mal tiempo


Por Sergio Crescini

Así como en una publicación anterior llamábamos la atención sobre la mendocina Beatriz Nofal, —mencionada como probable ministra de Economía del futuro Gobierno Nacional, merced al apoyo brindado por algunas poderosas entidades financieras internacionales—; creemos oportuno detenernos, ahora, en el actual embajador argentino en España, Carlos Bettini.

A Bettini también se le pronostica un promisorio futuro: nada menos que la Cancillería del casi seguro mandato de Cristina Fernández. Del mismo modo que sucede con Nofal, a Bettini se le reconocen importantes relaciones e influencias en algunas multinacionales con casa matriz en España. De estrecha relación con el ex presidente español Felipe González —quien lo habría hecho nombrar en Aerolíneas Argentinas, a poco de que la ex empresa estatal se transnacionalizara— , Bettini ha recibido algunas denuncias por la incompatibilidad de sus funciones en el Estado con las actividades de lobbista.

El embajador ya sabe de los riesgos y beneficios que ofrecen los pasadizos del poder estatal en Argentina. Fue asesor en el Ministerio de Justicia de los ministros menemistas Jorge Maiorano, Rodolfo Barra y Elias Jassán y consultor del procurador General de la Nación, Nicolás Becerra, bajo la presidencia de Carlos Menem (pero también con Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y el actual presidente, Néstor Kirchner).

En este último cargo, también mostró buenas condiciones de lobbista. Como cuando le tocó hacer “ingeniería política” (antes le decíamos rosca) en favor del ex cuñado presidencial Emir Yoma, detenido durante 2001. Así lo informaba Página 12 del 1 de octubre de aquel año: “…cuando le tocó a Emir ir a prisión, uno de los colaboradores más cercanos de Becerra, Carlos Bettini, se había reunido con Julio "Coco" Ballestero (N de R: abogado de Yoma y hermano de Jorge Ballestero, entonces titular del Juzgado Federal 2) en el bar La Biela. Bettini no es un desconocido para los Yoma —decía Página en aquellos años—; prueba de ello lo da su inclusión en la lista de invitados al casamiento de Amira”.

Patricia Bullrich, la dirigente saltimbanqui que alguna vez compartió gabinete con Bettini, ha sido de las más críticas y de las primeras en pronunciarse al respecto. Al comentar la designación de Bettini en España, Bullrich lo definió como "un lobbista de empresas españolas en Argentina".
Dando mayores precisiones, Bullrich afirmó que durante su gestión en la Secretaria de Asuntos Penitenciarios del gobierno de la Alianza, denunció a Bettini "por intentar influir para que se continuara con las licitaciones de las cárceles de Mercedes, Santa Fe y Salta", que habían sido anuladas.

El 20 de diciembre de 1999, en efecto, el entonces ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, le redactó la denuncia a “La Piba”, alarmada por la oferta de cohecho que, según ella, le insinuara Bettini esa misma mañana en sus oficinas de la calle Sarmiento 329 de Buenos Aires.
De acuerdo a la misma, Bettini habría estado operando en nombre de Dycassa, empresa española propiedad de Florentino Pérez —poderoso dirigente del Real Madrid— que por entonces contaba, en la Argentina, con los servicios jurídicos del no menos inquieto Roberto Dromi.

“No soy lobbista, ni lo fui. Ni soy representante de empresas, ni lo era... Conozco gente en las empresas españolas porque he vivido muchos años en España", respondió insuficientemente Bettini.

En estos días en que —a partir del affaire Picolotti y la renuncia de Felisa Miceli, fundamentalmente— se envalentonan con denuncias las páginas de la prensa comercial, sería importante apuntar la discusión no sólo hacia la corrupción y los corruptos sino, también, hacia los corruptores y las fuentes de financiamiento de todos ellos. Lo cual permitiría visualizar mejor la crucial diferencia entre gobierno y poder; entre los que ordenan y los que ejecutan en la política de Estado en un país semicolonial como la Argentina.

Pues éste es el talón de Aquiles de todo republicanismo periférico; donde el pueblo elige a sus representantes siempre en los estrechos límites que imponen las ofertas de gobernabilidad autorizadas por los monopolios del capital imperialista y sus agentes locales. Por eso, sólo cuando el bloque dominante se resquebraja por sus contradicciones internas pueden colarse algunos contenidos nacionales entre las grietas del simulacro electoral.

Por el contrario, la mayor parte de las veces, los distintos sectores que componen dicho bloque instalan funcionarios en cargos ejecutivos que sirven a sus intereses, dictando medidas convenientes a la lógica de su hegemonía. Como Nofal y Bettini, por mencionar algunos ejemplos sueltos.

9 de julio de 2007

A diestra y siniestra


Por Sergio Crescini

Casi todo lo escrito o dicho sobre las elecciones porteñas por distintos analistas políticos —distinción ésta que suele definirse por el vínculo, de cada uno de ellos, con uno u otro grupo de poder—, ha demostrado que la única virtud de las usinas mayores de la prensa comercial parece ser su considerable eficacia para virtualizar lo real. Aunque, en realidad, se trata del viejo artilugio literario de “conceptualizar conceptos”, como decía Rodolfo Puiggrós. Y como en este plano de virtualidad autosostenida es innecesaria cualquier forma de confrontación con lo concreto, nuestros escribas bien podrían sostener la tesis de la estructura plana de la Tierra, por ejemplo, y no sentirse demasiado incómodos.

De este modo, las elecciones del 24 de junio ofrecieron a nuestro consejo de sabios una oportunidad inmejorable para desempolvar un antiguo esquema ideológico virtual tan indemostrable como inútil: la división ideológica de la sociedad argentina entre izquierdas y derechas.

Indemostrable, puesto que la experiencia histórica particular del pueblo argentino habla de identidades políticas —yrigoyenismo y peronismo— completamente ajenas a este esquema; e inútil, porque impide divisar la línea demarcatoria real entre los proyectos ideológicos antagónicos que conviven en la sociedad latinoamericana. Nos referimos a la construcción de una democracia social sustentada en las tradiciones del nacionalismo popular, por un lado, y al modelo semicolonial o periférico impuesto por los centros mundiales de poder, por el otro.

Es decir, la única diferenciación que se puede hacer, está planteada en el marco de los que piensan —siguiendo la conocida frase de Manuel Belgrano— qué collar ponerse y los que piensan en dejar de ser perro.

Entonces, mirando las elecciones porteñas desde esta perspectiva, se nos ocurre preguntarnos: ¿todos los que votaron a Mauricio Macri están pensando en regresar a los noventa; al dominio del capital financiero; a la reinstauración del endeudamiento perpetuo; a la desocupación galopante; a mirar para otro lado cuando el vecino es tirado por la borda? En otras palabras: ¿todos los que votaron por el PRO quieren seguir siendo perros?

Está claro que no. Lo que ha quedado demostrado es que el discurso filo progresista no moviliza la voluntad de las mayorías populares. Y mucho menos cuando ese discurso viene cabalgado por un pelotón de oportunistas.

Pero la virtualidad periodística habla, como siempre, de otra cosa. Tanto los denuestos depresivos de José Pablo Feinmann como la indisimulada algarabía de Joaquín Morales Solá permitirían pensar en un rebrote neoliberal del electordado argentino. A tal punto que la vieja fauna de cipayos y parásitos que hizo estallar el país volvió a mostrarse en diarios, radio, televisión e Internet, apropiándose del resultado electoral del 24 de junio. Tan convincente es la virtualidad periodística que ha renovado las esperanzas de mamarrachos como Ramón Puerta o del propio Carlos Menem.

Pero mientras esta hoguera de vanidades se despliega a sus anchas, la ciudad de Buenos Aires y su puerto —federalizados tras décadas de guerras civiles y una brutal batalla final en el siglo XIX— profundiza su peligrosa autonomía iniciada en 1994.
Así lo ha solicitado el recientemente electo Jefe de Gobierno sin que ninguna de las fuerzas electorales que se le opusieron haga la menor observación. Y si un enclave de vital importancia para la distribución de la renta nacional, en las condiciones de la actual matriz productiva basada en exportaciones primarias, como es el Puerto de Buenos Aires, no suscita mayores discusiones es que, definitivamente, la línea divisoria entre izquierdas y derechas es algo más que una virtualidad. Es una farsa deliberada.

1 de julio de 2007

Corazones intimidados


Por Sergio Crescini

"Al final, la cosa pública quedó en las peores manos: en manos de los hombres con cerebros marchitos y el corazón intimidado".
Juan Domingo Perón

“La historia no es precisamente un lugar donde ocurren cosas agradables”.

Jorge Abelardo Ramos

La mendocina Beatriz Nofal es la presidenta de Desarrollo e Inversiones del Ministerio de Economía de la Nación. Fue impulsada por la primera dama para el cargo y en el esquema que hoy inflan en la Casa Rosada suena como futura titular del Palacio de Hacienda, en reemplazo de Felisa Miceli, en el próximo gobierno (que al parecer será pingüina).

Como Virginia Slims, esta muchacha ha recorrido un largo camino ya. Fue diputada nacional y subsecretaria de Industria y Comercio, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. También estuvo vinculada al Banco Interamericano de Desarrollo; al Banco Mundial y a la empresa Nobleza/Piccardo.
Su declarado amigo Julio Cobos, el gobernador de Mendoza, dijo recientemente que "tiene una visión muy acertada de cómo está hoy el país y qué necesita", haciendo un implícito reconcimiento de su participación en el lobby que intentará sentarla en la oficina de Felisa.

El pasado 21 de junio, Nofal aseguró que "es importante" cerrar un acuerdo con el Club de París para incrementar el flujo de inversión extranjera y admitió que Argentina tiene que dar "mayor certidumbre regulatoria a nivel microeconómico" para las empresas.

Como se sabe, el Club de París, es un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. Como una especie de Celestina de la usura, coordina formas de pago y renegociación de deudas externas de los países y los grandes chupasangre del sistema financiero internacional.
Su creación tiene bstante que ver con los cipayos argentinos: su primera reunión informal data de 1956 cuando el gobierno de los fusiladotes estuvo de acuerdo en efectuar un encuentro con sus deudores públicos.

De qué hablamos


Cabe aquí hacer una pausa y ver cómo ha sido el desarrollo en la salida de la crisis de 2001; cómo ha sido el comportamiento de los inversores; qué y cuáles son las causas que han producido el crecimiento en los últimos seis años, etc.
Creo, sin temor a equivocarme, que la complementación de factores favorables a nivel internacional (como la suba en el precio de los commodities, de los cuales Argentina es un productor privilegiado), así como la baja de los salarios producida por la pesificación, fueron los ejes de la salida de la crisis. Sin dudas hay varios factores concurrentes mas; pero en ningún punto el sistema financiero internacional y los fondos de inversión —que drenan la capitalización interanual hacia los centros financieros— han contribuido en medida alguna al mejoramiento y crecimiento económico nacional.

Sin embargo esto no amedrenta a la buena de Beatriz. "El país esta comprometido en resolver el problema lo antes posible, eso nos facilitaría el acceso al financiamiento de las agencias de desarrollo de los países desarrollados", dijo ante la complacida mirada de los asistentes al Precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).

Los cerebros marchitos

Estamos asistiendo a la resurrección de los gurúes económicos ultramediáticos de los noventa. Son los mismos que pronosticaban bienaventuranzas para la Argentina tras las privatizaciones, la dolarización, el mercado, los capitales extranjeros, etc

Esta nueva avanzada de los viejos oportunistas y traficantes de influencias, encuentra escasa resistencia. Prueba de esto es ver cómo se esta instalando, nuevamente, el acicate de la así llamada “competitividad” —se habla de que la desocupación o el trabajo en negro persiste por la escasa capacitación de los trabajadores argentinos—; la confianza ciega en la inversión extranjera y una sumisa aceptación de condiciones ante la extorsión inflacionaria.

Por lo visto, la posibilidad de que Beatriz Nofal llegue a la cartera económica parece dejar sin chances a los sectores dinámicos de la sociedad que aguardan una verdadera definición económica de corte nacionalista popular; un auténtico “plan económico” que ponga en valor la articulación del sistema productivo para el mercado interno, en base a la justa distribución de los recursos y un horizonte laboral integrador.

27 de junio de 2007

Batallas programáticas (1968)


Por Cacho Mendoza

Constituida la CGT de los Argentinos el 30 de marzo de 1968, comienza una etapa distinta. Los trabajadores organizados, toman la conducción del campo nacional y convocan a todos los sectores para derrotar al enemigo común.
Las regionales de la CGT de los Argentinos en las provincias, asumen también su rol y en el marco del programa lanzado durante los actos convocados para conmemorar el 1 de Mayo ponen a consideración de los argentinos uno de los documentos claves de la política argentina del siglo XX.
Este programa, heredero de los Programas de La Falda (1957) y Huerta grande (1962) , va a operar como catalizador de todas las luchas que culminarán con la recuperación transitoria de la democracia en 1973 . También este Programa va a tener el honor de ser el partero del periódico de la CGT de los Argentinos que lo publicará en su número 1.

Haciendo un click en la imagen de arriba, podés leer el texto íntegro de la proclama en un facsímil de la primera plana de aquel inolvidable periódico.

19 de junio de 2007

Batallas electorales V (y de las otras también) (1968-1969)


Por Cacho Mendoza

Nos levantamos temprano y nos encontramos en la entrada de Moreno 2969, Capital Federal, sede nacional de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Ahí sesionaría el Congreso Normalizador de la CGT, convocado para reemplazar a la Comisión Delegada y nombrar un nuevo secretariado, representativo y dispuesto a defender los intereses de los trabajadores.

Ya sabíamos como venía la mano. Desde la Comisión Delegada iban a tratar de cuestionar el quórum, de buscarle por todos lados la quinta pata al gato para evitar que el Congreso sesionara, porque sabían que estaban en minoría y perderían irremediablemente.
El vocero del “Lobo” Vandor, José Notaro, arrancó planteando que de 457 delegados en condiciones de participar solo había 219, de tal manera que no se alcanzaba el quórum necesario.
En realidad había muchos mas, pero la maniobra se vio clara. Lo que pretendían era desconocer a los dirigentes y delegados de los gremios intervenidos o con la personería suspendida por la dictadura. Pero como eran tan maricones, ni siquiera se animaron a decir la verdad y eligieron usar una argucia legal para evitar el comienzo de las sesiones. Plantearon que no podían participar del Congreso los gremios que adeudaran sus cuotas a la Caja Confederal y se apoyaron en el artículo 60.

A esta insidiosa argumentación, que de prosperar hubiera impedido que sesionara el Congreso sin necesidad de que los colaboracionistas y participacionistas tuvieran que desenmascararse, respondió el dirigente telefónico Julio Guillán leyendo el citado artículo 60: “Todas las organizaciones que adeuden sin causa justificada más de cuatro meses a la Caja Confederal, serán consideradas, previa notificación, como dimitentes y en tal caso los miembros del Comité Central Confederal que pertenecen a la organización deudora dejarán automáticamente de formar parte del mismo”.
Guillán sostuvo que ese no es el caso de las organizaciones que están intervenidas o tienen sus fondos congelados, ya que esas circunstancias son una causa justificada para el atraso de las cuotas. En consecuencia pidió se les permitiera intervenir con voz y voto a la par de las demás organizaciones.

Los Municipales refuerzan la postura de Guillén y ofrecen pagar en ese mismo momento las cuotas de su gremio. Químicos, Navales, FOTIA y Ferroviarios, obligan a la comisión delegada a aceptar la participación de los gremios que adeudan fondos con causa justificada. Se lee, entonces, el orden del día y se pasa a elegir la Comisión de Poderes, encargada de analizar las credenciales de los delegados.
Después de tres horas de cuarto intermedio para que se analicen las credenciales, el Congreso vuelve a sesionar a las 22.30 con 393 delegados, que hacen un minuto de silencio en homenaje a Amado Olmos, emblemático dirigente de la Sanidad recientemente fallecido en un sospechoso accidente. También se envía un telegrama al Presidente de la Nación solicitando la libertad del dirigente portuario Eustaquio Tolosa.
Los “colaboracionistas” sienten que se les va de la mano el Congreso y empiezan a hacer correr todo tipo de rumores para hacer fracasar las deliberaciones.
La primera batalla se da por la presidencia del Congreso. Esta es ocupada por Honorio Gutiérrez, de UTA; Pallares, de Pintura, informa que ese mismo día la policía disolvió violentamente a los trabajadores de la fábrica Alba “que no estaban ocupando la misma, sino reunidos en asamblea”. La Comisión apoya un pedido por la libertad de los detenidos de Alba, empresa del grupo Bunge y Born. También se acepta una moción de Ceramistas contra la “agresión a la que son sometidos los obreros de la fábrica de azulejos San Lorenzo”.
Guillán pide nuevamente la palabra y solicita que el Congreso haga un llamamiento público a las organizaciones que no han concurrido y se sumen a las deliberaciones de los días 29 y 30. Fustiga también a los dirigentes colaboracionistas; pero propone que “vengan a discutir aquí, en el seno de la CGT, las diferencias, que puedan tener con este Congreso constituido no sólo legítima sino estatutariamente”.

En ese momento toma la palabra por primera vez Raimundo Ongaro, de la Federación Gráfica Bonaerense, quien manifiesta su dolor por las organizaciones ausentes y su alegría por la alta inspiración constructiva que alienta al Congreso.
Ongaro se refería en primer lugar a los delegados de Luz y Fuerza, Construcción, Vitivinícolas, SUPE, Comercio y Metalúrgicos que en ningún momento se presentaron al Congreso evidenciando su intención de hacerlo fracasar. También a los del Vestido, Gastronómicos, Alimentación, Vidrio, Sutiaga y Bancarios, que se retiraron luego de la elección de la Comisión de Poderes, durante el cuarto intermedio.
Agregó Ongaro: “Todo el día han estado circulando toda clase de versiones. No sé si afortunada o desgraciadamente, la mayoría de ellas son o van a ser verdaderas; quiero decirlo acá sin faltarle el respeto a los presentes ni a los ausentes: parece mentira, cuando alguna vez los más pobres, los más humildes, los que nunca hemos pedido nada, triunfamos en una votación, que es un hecho normal y accidental en la vida, todos se enojan con nosotros.
Nosotros durante años no dijimos nada, cuando veíamos los acuerdos de los núcleos y los dirigentes, acuerdos hechos a espaldas nuestras y de los obreros. Nunca dijimos nada, todo lo aguantamos por el pueblo, por la Patria y por los trabajadores. Todo lo aguantamos por unidad, solidaridad y disciplina. Nos íbamos con amargura, tratábamos de justificarles todo a esos dirigentes que hoy se han ido. A esos dirigentes que hoy, cuando en una votación sencilla y normal ganan los hijos de los pobres se han enojado. Les vamos a abrir las puertas, les vamos a abrir los brazos, pero quiero que en la moción conste esto: que esta Comisión de Poderes que eligió el Congreso también se eligió con todos los atributos de los que, sin tener miedo a perder la vida, han venido a desafiar y a decir la verdad que otros tienen de la piel para adentro, pero ni esa verdad se animan a decir.
Hoy estamos acá, agraviados en nuestra dignidad, pisoteados en los derechos del pueblo, despojados de nuestras conquistas, todos nos han humillado y todavía porque venimos a gritar la verdad, para que no irritemos a los que nos están golpeando nos tendríamos que callar o tal vez tendríamos que ser participacionistas.
Nosotros hemos dicho que preferimos honra sin sindicatos y no los sindicatos sin honra, y mañana nos pueden intervenir. No tenemos aquí ninguna prebenda personal que defender, pues para defender a nuestros compañeros no hace falta el sillón ni el edificio. Lo hacemos porque lo llevamos en la sangre desde que hemos nacido.
Les advierto esta noche, si es que me están escuchando que lo sepan, que les hago un llamado todavía. Dígannos que no están de acuerdo, que piensan distinto, insúltennos, calúmniennos, pero no escriban estas tristes y negras páginas, que porque un gobierno y un ministerio no se animan a impugnarnos, tengan que ser compañeros los que se animen a decir y dejar escrito, que ellos invalidan a los propios compañeros trabajadores”.

Al finalizar las palabras de Ongaro, Lorenzo Pepe —de la Unión Ferroviaria— propuso un cuarto intermedio hasta el día 29 y lamentó que ya estuviera en marcha una supuesta división del movimiento obrero: “Nosotros no hemos dividido a nadie, ellos se han dividido solos”. El 29 el Congreso reanudó sus sesiones con 279 delegados, 97 más que el quórum necesario.
Menna, de la Fraternidad, repudió a quienes realizan maniobras turbias y pidió que se mantuviera la unidad de la clase obrera para formar un bloque inexpugnable contra el enemigo común: la oligarquía y los cipayos al servicio del capital foráneo. Como consecuencia de las palabras del delegado municipal fue necesario aclarar que se encontraban presentes otros miembros de la Comisión Delegada que no abandonaban el Congreso: Enrique Coronel (Sanidad), Otto Calacce, Agustín Cuello (FOETRA), Amancio Pafundi (UPCN), Eligio García (Edificios de Renta) y Perfecto Barcia.

Luego tomó la palabra el portuario Mario López Sosa. “Hace dos años, en este mismo recinto —dijo— SUPA señalaba la noche negra que amenazaba a nuestra patria. No fuimos escuchados. Nadie nos creyó. Dijimos que no estábamos en contra de la recuperación portuaria sino en contra de que se nos quitaran las conquistas conseguidas a través de 50 años de luchar a punta de cuchillo por los obreros del puerto.
Pero ¿qué pasaba? Al caer el gobierno de Illia muchos compañeros se presentaron en la Casa Rosada. Nosotros, los portuarios no nos presentamos porque al ver cómo se conformaba el gabinete con hombres que fueron escarnio de los trabajadores portuarios dijimos que íbamos a esperar hasta que aclarara. Por eso estamos contentos hoy, porque las organizaciones pobres han dicho basta a los elefantes blancos. Aquí no se ha gritado un viva a ningún político sino a la clase trabajadora. La lucha comienza hoy en este recinto”.

Ese día, a las 10 se constituyó la Junta Electoral, presidida por Rodolfo Díaz, de UTA. Se leen los nombres de los miembros de la Lista Azul y Blanca —única presentada— y se pasa a votación: 275 votos a favor y cinco en blanco consagran a las nuevas autoridades de la CGT, con mandato hasta 1970.
Entretanto, el secretario de Trabajo Rubens San Sebastián, se entrevista con el Presidente Onganía y advierte oficialmente que no se reconocerá al consejo directivo que surja del Congreso “por estar ilegítimamente constituido y no ser auténticamente representativo”.
(Ya veremos quién es representativo; si esta CGT de los Argentinos o el personero de un gobierno elegido por nadie).
Este es el Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo elegido en el Congreso Normalizador:
Secretario General: Raimundo Ongaro (Gráficos).
Secretario General Adjunto: Amancio Pafundi (UPCN).
Secretario de Hacienda: Enrique Coronel (Fraternidad).
Prosecretario de Hacienda: Pedro Avellaneda (ATE).
Secretario Gremial e Interior: Julio Guillán (FOETRA).
Prosecretario Gremial e Interior: Benito Romano (FOTIA).
Secretario de Prensa, Cultura y Propaganda: Ricardo De Luca (Navales).
Secretario de Previsión Social: Antonio Scipione (UF).
Vocales: Honorio Gutiérrez (UTA); Salvador Manganaro (Gas del Estado); Enrique Bellido (Ceramistas); Hipólito Ciocco (Empleados Textiles); Jacinto Padín (SOYEMEP); Eduardo Arrausi (FUVA); Alfredo Lettis (Marina Mercante); Manuel Veiga (TER); Antonio Machese (Calzado); Floreal Lencinas (Jaboneros); Félix Bonditti (Carboneros).

A las 5.30 horas, de la madrugada del 30 de marzo, los congresales clausurábamos las deliberaciones, entonando el Himno Nacional Argentino.
Por su parte, los miembros de la ex Comisión Delegada, que habían abandonado el Congreso, se reunieron en el edificio de Azopardo (custodiado por la policía, que no fue entregado al nuevo Consejo Directivo) con varios de los grandes bonetes colaboracionistas: Vandor, Armando March, Coria, Cavalli, Izetta, Pérez.
Como única respuesta a los llamamientos, decidieron declarar nulo el Congreso, prorrogar el mandato de la Comisión Delegada y suspender a las representaciones de FOETRA, Navales, ATE, UPCN, Calzado, Jaboneros, Ceramistas, FUVA y Gráficos, ante el Comité Central Confederal y lanzarse a una desaforada campaña de comunicados de prensa, impugnando el Congreso.

Entretanto, el nuevo Consejo Directivo de la auténtica CGT desplegó una intensa actividad: se decidió entre otras cosas que todos los miembros del secretariado y del Consejo Directivo hicieran ante un escribano declaración jurada de sus bienes, para que los trabajadores puedan verificar que en esta CGT de los Argentinos, nadie se enriquece de la noche a la mañana para comprar autos de lujo, colecciones de pintura, perros de raza, caballos de carrera.

Día a día comunicados de prensa fueron informando a los trabajadores y al pueblo. Se destacó la urgencia de la reapertura de las fuentes de trabajo paralizadas; la derogación de la ley 17.224; se creó la Comisión Nacional de solidaridad de Tucumán; se visitó en la cárcel de Villa Devoto al compañero Eustaquio Tolosa —designado secretario general honorario de la CGT— y se le hizo llegar la solidaridad de todos sus compañeros; se informó a la Organización Internacional del Trabajo de la realización del Congreso Normalizador y de la elección de nuevas autoridades.

Para el 1º de Mayo, la CGT ha planeado la realización de actos en todo el país. En Buenos Aires, el acto tendrá lugar en la Plaza San Justo, de La Matanza, a las 15 horas, presidido por el Secretario General Adjunto, Amancio Pafundi. En Rosario, Córdoba y Tucumán, los actos serán presididos por los demás miembros del Consejo Directivo, Ongaro en Córdoba, Guillán en Rosario, Romano en Tucumán.
Empezaba otra etapa, con los trabajadores organizados convocando a todo el pueblo y a todos los sectores para terminar con el oprobio, la entrega y la vergüenza nacional.

Las batallas que vendrían después irían marcando los 70: el Programa del 1 de mayo; el Cordobazo; el Rosariazo; el Viborazo; el Mendozazo; las tomas de fábrica; la reorganización de la Resistencia en cada lugar de trabajo, en cada barrio. Nos pasó de todo, pero seguimos adelante, como siempre: defendiendo la dignidad del trabajo, los barrios, las escuelas, las fábricas.
El camino fue largo y difícil. La sigo la próxima con otras batallas.

15 de junio de 2007

Batallas electorales IV (y de las otras también) (1968 -1969)


Por Cacho Mendoza

Como les venía comentando, nos enfrentábamos a una situación dura y difícil. Imagínense el cuadro los que no lo vivieron y hagan memoria los que estaban allí:

Presidente:
General Juan Carlos Onganía - Duro, inflexible, cursillista fundamentalista, antiperonista y anticomunista acérrimo

Gabinete:
Ministro de Economía - Adalbert Krieger Vasena (en realidad fue el segundo Ministro de Economía, después de una corta presencia de Jorge Salimei que no pasó el examen de las multinacionales y lo sacaron). Este Adalbert era —créase o no— el hijo de Suleyman Krieger, el banquero del General Félix Uriburu en 1930. Pero eso no era nada. Además de heredar las mañas de Suleyman, Adalbert era director de Minera “Castaño Viejo” y de Metalmina S.A., ambas con domicilio en Diagonal Roque Saenz Peña 567. La dos mineras eran propiedad de The National Lead Corp., monopolio minero gigantesco que opera en la Argentina desde 1917 y donde se juntaron los talentos y los capitales de Rockefeller y Morgan.
Mas claro echale agua: el ministro de Economía de un Gobierno de facto “nacionalista”… ¡¡¡era empleado de los yanquis!!! Y para muestra alcanza un botón. En La Nación del 3 de febrero de 1967 Krieger Vasena dio esta declaración: “Cuanto más comerciemos con los países europeos, más dólares tendremos para gastar en los Estados Unidos”.

Ministro de Defensa - Emilio Van Peborgh, quien ostentaba el grado de capitán de la Royal Air Force, en la que combatió voluntariamente en la Segunda Guerra. Además, era director de otro monopolio minero radicado en el país: Sominar S.A. (Adivinen a que país era más fiel).

Canciller – Dr. Nicanor Costa Méndez (sí, el de Malvinas, ¡que lo parió!) Era vicepresidente de Texas Instruments Argentina S.A, subsidiaria de Texas Instruments Inc. de Dallas, Texas. Y también era director de Field Argentina S.A. constructora de viviendas en gran escala (propiedad de Mr Conway y de Hirsh, gerente de Bunge y Born.

Embajador en EEUU – Ing. Alvaro Alsogaray. Sin palabras.

Ministro de Hacienda - Dr. Cesar Bunge. Titular de Bunge y Born.

Y así podríamos seguir con otros cipayos similares:

• Federico Frischknet (el “comunicador”) , Conrado Helbling (el encargado de los empréstitos), Rodolfo Guido Martelli( hombre de la empresa Ducilo de du Pont de Nemours en Argentina y también empleado de Nacional Lead , lo pusieron a liquidar todas las industrias químicas y siderúrgicas argentinas, como Presidente del Banco Industrial!!);

• Capitán de Navío Guillermo Rawson, designado presidente de ELMA por ser empleado de Mr Granville Elliot Conway, dueño de los buques petroleros de la compañía Tennesee, quien ganó todos los contratos de YPF de ahí en adelante).

Y todos estos nombres eran sugeridos por los principales asesores y amigos de Onganía: el Sr. Mario Hirsch, gerente de Bunge y Born y el recién mencionado César Bunge.

Este equipo, al servicio de los monopolios y del saqueo, ya había hecho casi todo el trabajo sucio: se limpiaron al General José Blanco de Fabricaciones Militares; se habían apoderado de ELMA (Empresa Líneas Marítimas del Estado); habían logrado la quiebra de Siam - Di Tella, y habían favorecido la compra de casi todo lo relacionado con la industria automotriz a favor de la Ford (con Mr Douglas Kitterman, gerente de Ford Argentina, como virtual dueño del país.
El caso del manganeso, de la soda solvay, del Chocón y otros negociados ya eran inocultables y provocaban recelos en las filas de la burguesía industrial mas “nacional” y de algunos jefes militares.

Por el lado de los sindicatos la cosa estaba complicada: al acercamiento del “Lobo” Vandor, Rogelio Coria, Francisco Prado, Juan José Taccone, Adolfo Cavalli y otros al gobierno militar, se sumaba la persecución y la limpieza que se habían propuesto con los sindicatos mas díscolos y rebeldes.
Ya habían puesto al margen de la ley a varios sindicatos y federaciones y, a raíz de la “racionalización” en los puertos, se desencadenó un proceso que llevaría las contradicciones a su máxima expresión.
A una semana de haber logrado hablar con Onganía, el secretario general de los portuarios, Eustaquio Tolosa, es detenido en una Asamblea, en una clara maniobra provocadora del Gobierno. Pero si eso era previsible, lo que no se entendía era la denuncia que elevan los dirigentes de la CGT —con Prado a la cabeza— contra los obreros portuarios que habían tomado la sede de Azopardo para solicitar la solidaridad de la entidad madre de los trabajadores argentinos.
Se desata entonces una seguidilla de intervenciones, suspensiones de personería, congelamiento de fondos a varias entidades sindicales. Azucareros, canillitas, trabajadores de prensa, químicos, telefónicos, entre otros, fueron objeto de persecuciones y represión.

En las fabricas se incrementaba el descontento. La presión de las patronales se hacía sentir gracias al respaldo del Gobierno. Empeoraban las condiciones de trabajo; los matones ya estaban en todas partes, controlando que no se hicieran asambleas ni reuniones no autorizadas; se anunciaba el aumento de la edad jubilatoria.
Los popes sindicales vivían de reunión en reunión con el secretario de Trabajo, Rubens San Sebastián, quien tenía que llevar una posición a la reunión de la OIT en Ginebra y no quería problemas, denuncias, huelgas ni movilizaciones.

En enero de 1968 el Confederal había decidido convocar a un Congreso Normalizador para sacar a la CGT de la crisis que sufría por haber levantado el Plan de Lucha de 1967. El Congreso para normalizar la CGT se venía suspendiendo día a día. No se animaban a convocarlo porque la bronca se había juntado y ya no controlaban la presión de las bases. Tampoco la protesta de los sindicatos y regionales de las provincias, que habían sido los principales perjudicados por las políticas económicas que decretaron la inviabilidad de las economías regionales: Tucumán con el azúcar, el Litoral con el tabaco, etc.
Frente a la disparidad de opiniones la Comisión Delegada para organizar el Congreso apeló a un nuevo ardid: citó a un concilio secreto a 15 secretarios generales, a los que llamó “notables”; entre ellos Vandor (UOM), José Alonso (Vestido), Félix Pérez (Luz y Fuerza), Ricardo De Luca (Navales), Bono (La Fraternidad), Uncal (Comercio), Horvat (ATE), Pepe (Unión Ferroviaria).

Las reuniones entre los popes y el Ministro de Trabajo no paraban: San Sebastián les prometía levantar las intervenciones, organizar elecciones que entregaran los sindicatos intervenidos a personajes afines. Devolver los fondos congelados. La presión del gobierno era muy fuerte y los “colaboracionistas” como ya los llamaba todo el mundo, se arrodillaban temiendo perder sus prebendas y sus negocios ligados a los sindicatos que todavía manejaban.
En reuniones celebradas con los 15, la Comisión Delegada propuso dos variantes para una misma maniobra que finalmente fracasó: postergar directamente el Congreso o convocarlo y, una vez constituido, pasar a cuarto intermedio por tres meses, si es que lograban controlarlo.

En una reunión en el local de ATE, un grupo importante de dirigentes nacionales e intermedios, tomamos la decisión de no permitir mas la postergación del Congreso y que este debía sesionar de inmediato para llevar la solidaridad a los ferroviarios y a los portuarios en lucha. Y además se decidió no permitir la maniobra de impedir la participación de los sindicatos que estaban intervenidos. En esa reunión unieron sus fuerzas tres de los gremios de la Comisión de los 15: ATE (Horvat), Unión Ferroviaria (Pepe) y Navales (De Luca) y de esa manera se pudo tomar la decisión de llamar al Congreso.

La noche del 4 de marzo de 1968, nos juntamos en un asado mas de 50 militantes sindicales y de la Resistencia para festejar y prepararnos para el Congreso que debía sesionar del 28 al 30 de marzo.

Les aseguro que no fue nada fácil.

13 de junio de 2007

Batallas electorales III (y de las otras también) (1966-1968)


Por Cacho Mendoza

Como un reloj, el proceso golpista de Onganía y los sectores mas concentrados de la economía argentina seguía su derrotero. El 28 de junio de 1966, el General Julio Alsogaray, hermano de Alvaro, fue el encargado de sacar de la Rosada a los empujones a un orgulloso, pero solitario y aislado Illía. Otro intento de normalizar el país sin el peronismo, fracasaba. Los buenudos, los democratistas, los eternos trenceros, los serviciales cuadros de la partidocracia liberal, sucumbieron nuevamente.
A nosotros nos daba pena el viejo dentista de Cruz de Eje, que desde Tía Vicenta venían mostrando como un fatigado cordobés, entretenido con la muña muña y el tecito de burro. Y desde los medios serios (sic) —como Primera Plana, La Nación, etc.— venían hostigándolo y mostrándolo como una “Tortuga” pesada y lenta.

Y los empresarios y los milicos querían resultados… ¡Ya!.
Querían que se parara el Plan de Lucha de la CGT, la toma de fábricas, el control obrero de la producción, la marcha de los zafreros, la vigencia del liderazgo de Perón o los aumentos salariales.
Como verán, claros objetivos que aglutinaban al conjunto “sano y bienintencionado” de la población. Nosotros le decíamos: la oligarquía, los gorilas, los vendepatria, los cipayos. Como siempre en nuestra historia: dos lenguajes, dos proyectos, dos formas de pensar la vida en la Argentina.

Una curiosa mezcla de empresarios y sindicalistas; católicos y laicos; civiles y militares; derechas e izquierdas creían que había llegado el momento de “cambiar las estructuras”. La revolución estaba en el aire. Había muchas versiones de ella, y una coincidencia: ninguna le asignaba valor o posibilidades a la democracia. Para estos sectores, Onganía era un revolucionario. El catolicismo integral sustentaba su discurso antimoderno. Onganía y su círculo hablaban igual que un párroco de los treinta y cuarenta que, con la misma convicción, condenaba tanto a los comunistas y liberales como a las mujeres que trabajaban o fumaban.
Coherentes con esta posición, los partidos políticos —inútil engendro del liberalismo—, fueron suprimidos. Las costumbres fueron moralizadas. El arte moderno inspiró desconfianza. La ciencia era respetable, pero los debates intelectuales en las universidades eran considerados otra fuente de desorden. Contra todos esos brotes malignos se descargó el pesado brazo de la autoridad. También cayó sobre sindicalistas y empresarios díscolos; aunque de manera mucho más suave, pues unos y otros tenían un lugar en el nuevo orden. Inclusive sobre los militares, enviados a practicar su profesión en los cuarteles.
Lucas y Oscar que estaban a cargo del Centro de Estudiantes de Química de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Buenos Aires —ahí cerquita de la Rosada, en Diagonal y Perú— se acercaron a la Plaza de Mayo y vieron azorados, con sus jóvenes y idealistas ojos, como sacaban a Illía a empujones e insultos. Sin tanques, sin jeeps, sin soldados. Solo una efectiva formación de la Federal, ya militarizada por las circunstancias, tuvo a cargo la tarea. Los milicos ni se gastaron en movilizar ningún soldado. Ya sabían que nadie opondría resistencia.

Divorciados del pueblo trabajador, haciendo el trabajo sucio en una democracia formal; con los medios en contra limando y esmerilando a la Tortuga; con los “cursillistas” en misión salvadora, la UCR y su representante se fueron de la escena, sin aplausos, sin gritos, sin quejidos. Como si nunca hubieran existido.
A Lucas y a Oscar, los detendrían un mes después cuando la misma Federal entró en la Facultad de la calle Perú y en doble fila de milicos estrenaron sobre las espaladas y las cabezas de los estudiantes y profesores los famosos “bastones largos” con la que comenzaría la intervención a las universidades del todo el país.

En Tafí Viejo, los ferroviarios y los cañeros metían la primera cuña y lanzaban una declaración planteando “que la única solución a la crisis política y económica del país, es la vuelta del General Perón a la Patria y al Poder”.
En Buenos Aires, los principales jefes sindicales, Augusto Vandor y José Alonso, ya superadas sus diferencias, compraban los trajes para asistir a la asunción del “Morsa”.

El Viejo, atento a la situación y al acercamiento de los popes sindicales a Onganía y compañía, lanza su famosa frase: “Hay que desensillar hasta que aclare”.
La Resistencia y los cuadros jóvenes del peronismo, nos abroquelamos en los sindicatos mas combativos: portuarios, mecánicos, gráficos, farmacia, papeleros, telefónicos, municipales, etc. Y nos preparamos para una larga lucha contra una dictadura que asumía con Onganía diciendo que “no tenemos fecha de elecciones, no estamos apurados y al menos necesitamos diez años para cumplir nuestros objetivos” .

El Negro Serrano, claro y experimentado dirigente portuario, sostuvo en la reunión en el sindicato de Farmacia: “Nosotros tampoco tenemos apuro. Ya venimos demostrando que nos interesa otro tipo de país; que no peleamos por las migajas ni por los cargos en el Estado. Nuestra lucha pasa por continuar la revolución inconclusa en el ‘55, garantizar la soberanía y la independencia de los poderes trasnacionales y devolverle la felicidad al pueblo. Pasa por la Liberación Nacional y Social”.
Este sería un momento importante en la historia de la lucha política. Ahí ya se acuñaría una idea nueva en el Movimiento: al retorno incondicional de Perón se le agregaba la Liberación Nacional y Social. La lucha de los últimos diez años había incorporado otros elementos. El debate de los militantes había abierto otros cauces. Empezábamos a necesitar respuestas a todos los interrogantes que nos dejaba la pelea, los triunfos y las derrotas.
La Revolución Cubana se veía como una nueva experiencia popular y a pesar de las distancias ideológicas se la veía con simpatía y orgullo.
Muchos de nuestros dirigentes defeccionaban y se pasaban al enemigo. La mayoría de los empresarios que se habían favorecido con la sustitución de importaciones y de la obra pública gigantesca de la época peronista, ya habían abandonado el barco popular y se habían pasado con armas y cuentas bancarias al campo del enemigo oligárquico.
Un alto porcentaje de cuadros militares picó el anzuelo del poder y del Departamento de Estado de los Estados Unidos con sus escuelas de adoctrinamiento en Centroamérica y se comió el verso del anticomunismo y de la civilización occidental y cristiana. Para ellos, nosotros, los laburantes peronistas, éramos el diablo y el enemigo a destruir; o, al menos, a disciplinar.

Por otra parte, se habían empezado a acercar otros sectores a nuestros sindicatos, a nuestras unidades básicas, a nuestros locales comunitarios, para coordinar acciones o integrarse en nuestra lucha.
Grupos de jóvenes católicos, que empezaban a sentir la mentira de las jerarquías (hasta curas y monjas había). Grupos de estudiantes universitarios, que empezaban a sentir en carne propia, tras la noche de los bastones largos y la intervención a las universidades, los rigores de la represión, la falta de libertades y la violación de la santa autonomía, de la que habían gozado hasta el 28 de julio de 1966. Grupos de la izquierda no gorila, que empezaban a respetarnos y a entender que nuestra historia no tenía nada que ver con el fascismo y que nuestra relación con el Viejo tenía otras razones, mucho más sencillas que las que ellos se dedicaban a desentrañar leyendo manuales europeos.
Pero todos estos procesos de acercamiento, también empezaron a exigirnos a nosotros profundizar más en nuestra historia. Comprender las relaciones de poder y de clase. Saber como parar los intentos de modificar nuestro derrotero o el uso de nuestra fuerza para proyectos que nada tenían que ver con nuestros objetivos y nuestra experiencia.
Fue un momento de gran aprendizaje y de mucho debate y lectura.

Onganía va a llevar a fondo el intento de disciplinar a los trabajadores y a los políticos rebeldes. Pero también va a atacar con sus planes a muchas empresas chicas que no serían viables para el nuevo modelo. Aparece en escena un personaje maloliente que va a signar esta etapa: Adalbert Krieger Vasena. Con este ministro de economía se pone en marcha un proceso de transferencia de recursos de un sector a otro de la sociedad, profundizando las diferencias y la explotación.
La receta típica: devaluación de la moneda del 40 por ciento; congelamiento salarial; estrangulamiento crediticio a las pymes o empresas no viables; despidos sin indemnización; nada de paritarias; “tolerancia cero” —diríamos hoy— a la actividad sindical; intervención a los sindicatos rebeldes; censura generalizada y represión organizada desde lo mas alto del Estado. Hoy podemos verla como un ensayo de lo que, multiplicado por mil, viviríamos del ‘76 en adelante.
La política económica va a generar una gran desnacionalización de empresas, entrada de capitales golondrina y crecimiento del endeudamiento externo.

Pero el descontento crecía y los dirigentes sindicales “colaboracionistas” y “participacionistas” (el “Lobo” Vandor, Rogelio Coria, José Alonso, Adolfo Cavalli) que empezaron sintiendo vergüenza por sus ropas de obreros, trataron de ponerse a tono con los despachos y antesalas ministeriales y poco a poco de representantes obreros frente al poder se convirtieron en representantes del poder frente a los obreros.
La mayoría de ellos se enriqueció. Adquirieron hábitos y vicios incompatibles con sus cargos de dirigentes sindicales; burocratizaron sus sindicatos y los transformaron en maquinarias sin contenido; se limitaron —en el mejor de los casos— a la acción social, al tanto por ciento de aumento en cada nuevo convenio, a los hoteles de turismo, a las colonias de vacaciones, etc.
Olvidaron que los trabajadores no podemos ni debemos mantenernos al margen de los problemas fundamentales de la vida nacional.

Toleraron los avances incesantes de los monopolios que rigen la economía del país, arruinando a las empresas nacionales, especulando con la desocupación que abarata la mano de obra, envileciendo los salarios.
Durante años esos dirigentes se opusieron entre sí; encarnaban actitudes distintas ante los problemas nacionales e inclusive se combatieron con dureza. El tiempo borró esos matices, gastó los ropajes ocasionales y los dejó desnudos; fue posible ver que se parecen mucho, unos y otros. Por eso ahora, como por arte de magia, están todos juntos, enfrentados a los trabajadores, esperanzados en ser la comparsa del onganiato.

Y desde abajo, a partir de las luchas de los portuarios y del encarcelamiento de su secretario general Eustaquio Tolosa, se desataría una batalla electoral muy singular: la del Congreso Normalizador de la CGT, convocado del 28 al 30 de marzo de 1968 en Buenos Aires, bajo el nombre del querido y respetado Amado Olmos, que había muerto en un accidente.
Allí nacerá la CGT de los Argentinos y comenzará el fin del onganiato y la ultima batalla para garantizar el retorno del General Perón a la Patria y al Poder.

Ahí estuvimos y se los cuento en la próxima.