10 de octubre de 2007

Los vampiros levantan vuelo


Por Raúl Quiroga

La cadena de estaciones de servicio Esso se va del país y en todos los medios de difusión se reflejó como el principio de la estampida en masa de las grandes empresas petroleras que operan en el país. Un efecto, dicen, de las malas políticas que practica el Gobierno Nacional en materia de hidrocarburos.

Un poco apurados y livianos en la denostación -tal vez estimulados por la cercanía del 28 de octubre- los comentaristas casi nunca se detuvieron a observar la situación coyuntural de las corporaciones multinacionales. (Entre otras, de la norteamericana Exxon a la cual pertenece Esso).

De haberlo hecho, sabrían que actualmente la parte sustancial del negocio petrolero pasa por encontrar y explotar grandes reservorios. Por lo cual no se van sólo de Argentina, también hacen un drástico repliegue en gran parte de Latinoamérica

Ocurre que, ante la escasez del crudo y su altísimo precio internacional -que en los últimos días llegó a 82 dólares el barril (o sea, cada 159 litros)-, se ha generalizado una marcada retracción en las áreas comerciales de las grandes petroleras; al tiempo que se intenta encontrar y participar en la extracción de crudo en cualquier lugar donde se encuentre, con un mínimo gasto de exploración y explotación, no importa a qué costo en dólares o en lo que sea (piénsese en Irak, por ejemplo).

Si bien en la Argentina es posible que existan grandes reservorios petroleros esperando a ser descubiertos, la inversión para hacerlo es demasiado grande. La explicación a esta paradoja es que nadie se preocupó, en la década del ’90, en hacer cumplir los contratos que fijaban la obligatoriedad de las exploraciones para fijar horizontes petroleros. Tal incumplimiento tuvo lugar a la par de una irracional extracción petrolera que se realizó, incluso, sacando de marco la ley de abastecimiento nacional, en detrimento del consumo y la producción nacional. (Vale la pena aclarar, en tal sentido, que Argentina es un país productor de petróleo y no -como algunos contratos lo indican- exportador de petróleo y gas).

Desde esta perspectiva, sería mucho más serio por parte de la prensa especializada preocuparse o poner el grito en el cielo cuando algunos gobiernos provinciales negocian nuevas ampliaciones de contratos a vencer dentro de 10 años; como el de Chubut, que termina de renegociar el yacimiento Cerro Dragón. Gracias a tal operación, dicha provincia se va a encontrar en el próximo decenio con una recaudación de 778 millones de dólares, mientras que la empresa dueña del contrato -la Pan American Energy- va a recaudar en igual periodo la módica suma de 12 mil millones de dólares. Es decir, apenas algo más del 6 por ciento para los argentinos; cuando en el mundo se están negociando contratos donde las ganancias para quienes tienen petróleo en sus territorios fluctúan entre el 40 y 50 por ciento.

Hoy es indispensable mejorar el horizonte en materia de exploración y constatación de reservas in situ, sobre todo si tomamos en cuenta que tenemos, dentro del territorio nacional, muchos yacimientos por descubrir y en nuestro litoral marítimo las reservas ya están siendo cuantificadas por las empresas multinacionales. En este aspecto, los invito a seguir la evolución de las inversiones inglesas en materia de exploración y explotación en Malvinas.

Como se ve hay otros motivos mucho más importantes para preocuparse que la partida de las estaciones de la Esso. Aunque, para ciertas empresas periodísticas, el patrimonio nacional sea lo de menos frente a la pérdida de un buen cliente.