8 de noviembre de 2008

AFJP - Balance de 14 años (Nota 3)


La estafa del siglo. Conclusión y propuestas
por Mario Cafiero y Javier Llorens

Las cifras expuestas avalan terminantemente la conclusión que se encuentra anticipada en el título. El enorme desfalco al fisco, el enorme engaño efectuado a los aportantes, y la lacerante defraudación que se le efectuara a los futuros jubilados, convierten a la aventura de las AFJP creadas por Menem y Cavallo a instancias del FMI y el Banco Mundial, en la estafa del siglo.

En este sentido, el mantenimiento de un sistema mixto, con un supuesto pilar privado y otro estatal, no fue una solución de compromiso, o de salvar un obstáculo constitucional. Fue la forma de disimular los efectos enormemente dañinos de esa estafa.

Así como la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, y la de flexibilización laboral (ley Banelco); la ley de abrogación de las AFJP no sólo es una cuestión de enorme conveniencia, sino un imperativo moral; ya que la creación de ellas nunca debió disponerse, y su anulación debió ser dispuesta hace mucho tiempo.

Por otro lado también es evidente que el proyecto del gobierno es políticamente desbalanceado. No solo por su improvisación, que se evidencia del paupérrimo nivel intelectual del mensaje que acompaña la ley. Sino porque a la luz del inconstitucional decreto 897/07, que delega la administración de los Fondos a las segundas líneas del Poder Ejecutivo, evidentemente no se puede transferir alegremente esa enorme masa de valores a un gobierno que no ha sabido dar cuenta de los fondos de Santa Cruz. Ni de las coimas del caso Skanka. Ni de las sospechas en torno del tren bala. O del affaire del dictado de la resolución 125, que en la práctica operó en exclusivo beneficio de las exportadoras de granos, por no menos de un par de miles de millones de dólares.

Y menos a un gobierno que ha hecho de los fideicomisos nutridos con los excedentes de la ANSES, un ruin instrumento de depredación de la patria contratista. Que a la vista y paciencia de todo el mundo, arregla las licitaciones públicas con enormes sobreprecios, y tiene sus contabilidades henchidas de facturas truchas, que son la contraprestación contable de las enormes coimas pagadas.

No se trata en absoluto de optar entre la patria financiera (las AFJP y los bancos) y la patria contratista (de Jaime y De Vido) que quieren meter mano en esos fondos para seguir haciendo "política y negocios". No se trata de optar entre una mafia y la otra. Ya que la primera ha sido realmente letal para la economía argentina, y la segunda es un pilar de corrupción mafiosa, que socava al Estado mismo.

Tampoco la situación permite mezquinos cálculos o tácticas electorales, si el gobierno va a tener o no va a tener “caja” para enfrentar las próximas elecciones. Y en tal caso tratar de impedírselo de cualquiera manera, a riesgo incluso de permitir la continuidad del inmoral y ruinoso sistema de las AFJP.

No se trata en manera alguna que un estafador despoje a otro estafador, o de neutralizar por conveniencia táctica esa sustitución de estafadores y estafas. Por contrario, totalmente alejada de estas especulación subsidiaras, la reparación del gravísimo e inadmisible “error criminal” –remedando los dichos de Macri— de creación de las AFJP, debe ser especialmente cuidadosa y eficaz; dado que el cese de una enorme estafa, no autoriza en manera alguna a cometer o comenzar con otras.

Es la oportunidad de concretar una reparación integral. Lo que supone cumplir acabadamente con la Constitución Nacional en cuanto a que los fondos de pensión deben ser “administrados por los interesados con participación del Estado”. Y revertir políticas dañinas, como el achatamiento de la pirámide de los haberes jubilatorios, procurando también una genuina movilidad de ellos, además de cancelar las deudas previsionales reconocidas por los fallos judiciales.

Es la hora también de mantener las cuentas individuales de los aportes jubilatorios, para evitar los abusos cometidos con el sistema solidario. Que ha servido para que los vivos de siempre de “la solidaridad comienza por casa”, obtuvieran enormes y tempranas jubilaciones con mínimos aportes, mediante los regimenes de jubilación “especiales”.

También es la hora de terminar con el despojo de la coparticipación de impuestos a las provincias. Y tal como ordena el texto constitucional sancionar un nuevo régimen de coparticipación de impuestos. Un nuevo régimen de impuestos que deberá ser discutido dentro de un nuevo régimen de las prestaciones sociales por parte de los estados provinciales, donde se deben priorizarse la niñez y la adolescencia. El Estado Nacional, los Estados provinciales y los municipios; deben acordar un Plan Integral de Protección a la Niñez y Adolescencia; así no habrá que discutir si se deben bajar las edades de imputabilidad.

Aumentar las jubilaciones en toda la pirámide y un Plan Integral de protección social, son medidas que además pueden paliar los efectos de una crisis económica global, cuyos coletazos ya están llegando a nuestro país.

Es hora también de terminarla con las ficciones de la deuda. Y dar por cancelada la deuda del Estado para con los FJP, a cambio de un compromiso del estado de solventar los eventuales déficits futuros, como hacen todos los países serios del mundo.

Por último es la hora de desandar otras decisiones nefastas que se tomaron invocando a los jubilados. Como la ley 24.145, dictada poco antes que la 24.241, que lleva por título “Privatización de YPF. Fondos para el Sistema Previsional”. Y existe actualmente al respecto una concreta y especial oportunidad.

Hay un precio público de la acción de YPF aceptado por Repsol: el que compró el grupo Eskenazi, con grandes facilidades financieras. Y habrá fondos para hacer frente a la compra a plazos de la totalidad del paquete accionario: la cartera que se recuperará de las AFJPs, que se puede reconvertir. Por lo tanto, con una debida auditoría previa, se estaría en condiciones financieras de renacionalizar YPF, como un primer capítulo de la indispensable renacionalización de los recursos estratégicos de nuestro país. Se invertiría así en genuino interés del país, la operación de “caballo de Troya” desplegada por REPSOL, con la venta minoritaria de acciones al grupo Eskenazi “experto en mercados regulados”, para que opere como lobbysta de los intereses de REPSOL; cuyas consecuencias se ven actualmente en el alza permanente del precio interno de los combustibles.

Es la hora de gestos de grandeza y de unión, en bien del país. Es la hora de pensar en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones.

6 de noviembre de 2008

AFJP - Balance de 14 años (Nota 2)


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El núcleo del fraude de las AFJP
por Mario Cafiero y Javier Llorens

Estimulando el egoísmo como antítesis del sistema solidario, cuatrimestralmente las AFJP les hacen llegar a sus aportantes un resumen de cuenta con la actualización de la cuotaparte de sus fondos. También hacen publicidad respecto sus altas rentabilidades, manifestando actualmente en forma oficial, a través de UNION AFJPS, que ellas alcanzan acumuladamente al 14 % nominal anual, y al 7 % real anual.

Lo que no aclaran a sus afiliados –y acá reside el fraude- es que esas rentabilidades están calculadas, no sobre los aportes efectuados por el afiliado, sino sobre el neto que finalmente las AFJP acreditan en su cuenta, luego de haberse quedado con las comisiones, seguros, etc.

Si se toman en cuenta los aportes efectivamente efectuados, no los acreditados, y el índice combinado de precios, los resultados cambian radicalmente, transformándose las ganancias en pérdidas, como se puede observar en el CUADRO 1.

Se observa en él que la rentabilidad nominal se reduce a la mitad, al pasar del 12 al 6 %. Pero a su vez la rentabilidad real, que es la determinante, se hace negativa un 5 % anual, con una pérdida del -27 % sobre los aportes efectuados, obteniéndose parecidos resultados en dólares (-5 %, -29%).

El cálculo empeora aun más si se tiene en cuenta el esfuerzo económico hecho por el aportante, a quién con motivo de la desfinanciación de la ANSES por la creación de las AFJP, en el año 1995 se le recargaran tres puntos del IVA, pasando del 18 al 21 %. Como la mayoría de los asalariados consume íntegramente su salario, esto significa que en vez de aportar un teórico 11 % de su salario, en realidad pasó a aportar el 14 % del mismo. Considerando la existencia de estos “aportes totales” por parte del afiliado, la pérdida (como se señaló al inicio) trepa al -45% de los fondos, con una rentabilidad negativa del -9% anual; obteniéndose una cifra parecida en su equivalente en dólares (-46%, -9%).

El balance pone en evidencia el carácter de socio con la parte del león que tienen las AFJP para con sus afiliados. Las comisiones de las AFJP sobre la Recaudación Neta acreditada a los afiliados, llegaron en los 14 años a la enormidad de nada menos que el 46 % de estas, como una demencial gabela impuesta a los aportes de los asalariados.

En el CUADRO 2 se puede apreciar visualmente los resultados finales en pesos y pesos indexados que han deparado la aventura de las Desadministradoras de los Fondos de Pensión.

La supuesta libertad de elección que legitimaría la estafa

Mentes que se suponen lúcidas alegan que el régimen de las AFJP debe continuar, por que habría sido elegido libremente por sus futuros beneficiarios. Sin embargo estos, primero fueron obligados a entrar en el corral de las AFJP. Y posteriormente se les dio la opción de salir de él. O hacerlo más adelante. Lógicamente, la mayoría que optó por salir fueron los que estaban más cercanos a jubilarse, no siendo para los demás un tema dentro de su esfera de interés en esos momentos, con la opción incluso de poder optar más adelante.

Esta abstención de opinar, luego de habérselos hecho ingresar por la fuerza, se la ha tomado como una especie de ratificación democrática de las AFJP. Algo parecido a decir que todos los que se abstienen de votar al gobierno, han votado a favor de él, porque no han impedido que ganara.

Pero esta lógica absurda propia de un sofista no es lo más grave. Lo más grave es que la gran mayoría de los aportantes a las AFJP, desconocen enteramente la naturaleza del régimen de las AFJP. Las que en sus 14 años de su existencia parecen haberse preocupado especialmente de que el mismo se desconociera en todos sus alcances. La libre elección supone un conocimiento consciente sobre lo que se decide. Si este no existe, no hay libre elección, sino engaño y fraude.

La naturaleza perversa de la seudo jubilación de las AFJP

El sistema de las AFJP estableció:

• El ingreso obligado del asalariado (esto es lo único que actualmente se ha modificado).

• Contribuciones definidas por parte del mismo (11 % del sueldo).

• Acreditaciones netas indefinidas, mediante la sustracción de comisiones y seguros a cobrarse libremente por parte de las AFJP (esto se ha corregido actualmente con un sistema “solidario” para hacer frente a la invalidez y la muerte del aportante, de dudosa administración).

• Beneficios indefinidos, con todos los riesgos financieros y de existencia a cargo del afiliado, quien además debe costear el seguro de vida e invalidez.

• Finalmente, la obtención de una seudo jubilación, o una jubilación trucha, con el retiro programado de sus ahorros, hasta que los mismos se agoten, y después “kaput”. Haciéndose cargo en el ínterin el jubilado de los riegos financieros, de existencia, y el pago de las consecuentes comisiones mensuales. Si vive más de lo que las tablas de longevidad dicen (80 años hombres, 82 años mujeres) se queda sin la seudo jubilación de las AFJP. Si los fondos de la AFJP bajan, baja su jubilación. Si los fondos de la AFJP se evaporan, se queda sin su jubilación

• Como alternativa al afiliado le queda la contratación de un seguro de renta vitalicia, embocándolo de esta manera las AFPJ al afiliado en una compañía de seguros vinculada, en donde el asegurado debe cargar con el costo de la prima de riesgo financiero y de existencia, disminuyéndose así aun más su paupérrima jubilación.

O sea que las AFJP en manera alguna son una jubilación. Solo son un sistema de ahorro forzoso, con todos los riesgos a cargo de aportante, para en un futuro comprar una jubilación. Y criminalmente se dejaron enteramente abiertas en la ley y fuera de la supervisión especifica, las dos puntas del negocio.

En las entradas del negocio: las comisiones a fijarse libremente, y la contratación de seguros de vida supervisados por la Superintendencia de Seguros.

En la salida del negocio: las comisiones a cobrar mensualmente por el retiro programado, o la contratación del seguro de renta vitalicia supervisado por la Superintendencia de Seguros.
La esencia de las AFJP: un formidable negocio financiero y asegurador

La esencia de las AFJP es un formidable negocio financiero de riesgo cero, y un enorme negocio asegurador. Financiero, con el objeto de potenciar sinérgicamente el poder y los negocios financieros de las grandes bancos, mediante ejercer el control paralelo de un enorme flujo de dinero, dulce y blando, sin asumir riesgo alguno por él, al transferirse todos los riesgos al afiliado. Y un enorme negocio asegurador, donde el afiliado es embocado obligadamente en las compañías de seguros vinculadas, estando a su cargo todas las primas de riesgo.

Se trata de una perversa forma por parte de las AFJP de eludir y fraccionar el riesgo. En vez de una "jubilación privada" es un ahorro forzoso por parte del asalariado, que carga con todos los riegos asumidos por el administrador. Luego viene una devolución en cuotas de los ahorros, simulando una jubilación. Que no es tal, porque no se le asegura al jubilado, ni el monto, ni la existencia del haber por todo el resto de su vida, y la de sus familiares con derecho a pensión.

Si el flamante jubilado quiere evitar esa incertidumbre en cuanto la duración y consistencia de sus haberes, después de haber corrido con los riegos y soportado las pérdidas durante 30 o 45 años, tiene que contratar un seguro de pensión de por vida, o renta vitalicia, donde nuevamente debe cargar con el costo o prima de los riesgos. A los que incluso después del 2001 se los intentó pesificar, pese estar contratados en dólares.

Es particularmente repugnante al sistema capitalista, cuyo derecho a la ganancia supuestamente se basa en la retribución de los recursos que usa, y la asunción de riesgos, que las AFJP se hayan encargado absolutamente de no efectuar retribución alguna de los recursos financieros que detenta.

Y de no asumir ningún riesgo financiero, al cobrar sus enormes comisiones íntegramente por anticipado; al desvincularse absolutamente en la práctica de la evolución de los fondos, salvo un simbólico fondo de garantía; y al endosar los riesgos de existencia a una póliza de seguro contratada con una compañía vinculada, cuyo prima y premio está enteramente a cargo del afiliado.

La ley 24.241 que creó las AFJP, otro oprobio del Congreso de la Nación
En los anales de la degradación del Congreso de la Nación, signado por leyes como la de obediencia debida y punto final, las superpoderes de Cavallo, la flexibilidad laboral, la intangibilidad de los depósitos, el déficit cero, debería también figurar la ley 24.241 que creó las AFJP.

El “TITULO III Régimen de capitalización” de esa ley, es solo un glosario de términos estableciendo un amplio marco legal para que, a lo largo y ancho de él, las AFJP depreden a los aspirantes a jubilarse algún día, que obligadamente quedaron atrapados en él. El espíritu del mismo es la absoluta libertad en la jungla, en el mas puro estilo de darwinismo social, o capitalismo financiero salvaje, cuyos resultados hoy los padece todo el mundo.

Es notable que los aspectos cruciales de la ley, no fueron reglamentados por el Poder Ejecutivo, sino que, como preveía expresamente la ley, quedaron a cargo de la Superintendencia de AFJPs. Este órgano fiscalizador, también pasó a ser el órgano reglamentador de los aspectos sustanciales de la ley, mediante Resoluciones e “Instrucciones” repletas de matemática y abstrusos cálculos diferenciales, cuyo entendimiento solo esta al alcance de actuarios, o de matemáticos expertos.

Las fórmulas de la resolución 125 del ex ministro Lousteau, son palotes de primer grado al lado de estos jeroglíficos. Esta es la ingeniería del engaño subyacente en la ley. Vaya a saber en que recóndito factor, coma, coeficiente, o sustraendo se encuentra el intríngulis que legaliza las desmedidas ganancias de las AFJP. Y lo mismo sucede con el hermético negocio de los seguros a cargo de la Superintendencia de Seguros. Ya se dijo que el superintendente de Seguros era por entonces el ex jefe de gabinete Alberto Fernández. Como ejemplo se adjunta en el Anexo la Resolución vigente que reglamenta el art 102 de la ley, referido a la seudo jubilación de los retiros programados.

El texto de la ley esta lleno de cazabobos. Por ejemplo dispone que la comisión por acreditación de aportes se calcule “sobre la base imponible que le dio origen”. Ejemplo 3,3 % sobre el salario. Que en realidad es 3,3/11 del aporte efectuado por el afiliado. O sea nada menos que el 30 % sobre lo aportado, cosa que de haber sido presentada así ante la sociedad, habría descalificado de entrada al sistema.
El desconocimiento general que existe respecto los verdaderos alcances de esa ley, evidencia su ánimo estafatorio, que consiste en un ardid o engaño apto para despojar a la gente. El ardid ha sido tan efectivo, que pocos parecen haberse dado cuenta del engaño. Pese que sus autores, Domingo Cavallo, Horacio Liendo, Walter Schultess, Felipe Murolo, perpetraron posteriormente en el año 2001 otras enormes fechorías, por las que en estos momentos deben rendir cuentas ante la ley.

Así mientras los afiliados permanecen pasivamente en las AFJP como sujetos pasivos frente al esquilme; hay legisladores honestos y progresistas que hoy mantienen posturas, que en la práctica propician la continuidad de esta aberrante ley.

El desfinanciamiento de las provincias por efecto de las AFJP

El régimen de las AFJP no solo provocó un déficit y endeudamiento crónico del estado nacional, sino que además este trasladó su crisis financiera a los Estados provinciales. A partir de pactos, leyes simples, DNUs, decretos simples, etc; el Estado Nacional reemplazó recursos propios provenientes del Sistema Seguridad Social, por recursos coparticipados que sustrajo a las provincias.

Reemplazó los aportes personales que se desviaron a las AFJPs, y los aportes patronales que se redujeron o eliminaron, con recursos que se sustrajeron a la masa de impuestos coparticipables con las provincias. Esta situación llevó a que la distribución primaria establecida por la Ley de Coparticipación Federal Nro 23.548 se modificara continuamente y se convirtiera en participaciones reales móviles a partir de los sucesivos procesos de precoparticipación, manteniéndose los coeficientes legales de distribución, pero generando una reducción progresiva de la masa coparticipable.

Los montos cedidos por las provincias en el período 1993/2004 ascienden a 74 mil millones de pesos corrientes, equivalentes a 58 mil millones de dólares al tipo de cambio vigente. Solo durante el 2007 se estima en 20 mil millones de pesos la coparticipación resignada por las provincias, para financiar la seguridad social. Como ejemplo, la provincia de Buenos Aires cedió en el 2007 la suma de 4,4 mil millones de pesos, equivalente a su actual y acuciante déficit.

5 de noviembre de 2008

AFJP - Balance de 14 años (Nota 1)


La estafa del siglo
por Mario Cafiero y Javier Llorens

En el presente informe preliminar se efectúa un balance de los 14 años transcurridos desde la creación de las AFJP. En estos días se dicen muchas y controvertidas palabras al respecto, pero generalmente acompañadas de pocos números. Sin embargo en las cuestiones económicas, los argumentos más elocuentes los dan los números.

¿Qué nos dicen los honestos y áridos números?

· Que en los catorce años de existencia de las AFJP, desde 1994 al 2008, se desviaron dineros que corresponderían al ANSES, con su carga financiera incluida, por 170 mil millones de pesos, equivalentes a 89 mil millones de dólares.

· Que los Fondos de Jubilación y Pensión (FJP) acumulados a junio pasado eran de 99 mil millones de pesos; pero dado que se ha sobrevaluado los títulos públicos el valor real de esos fondos era de 84 mil millones. O sea que de concretarse la disolución de las AFJP, la ANSES solo recuperaría menos de la mitad de los dineros que se le sustrajeron.

· El esfuerzo económico efectuado por los aportantes -ajustado por el índice combinado de precios (CER + Precios al por Mayor)- trepó en junio pasado a 158 mil millones de pesos. En este monto se incluye el incremento de 3 puntos al IVA, dispuesto en 1995 para refinanciar a la ANSES, ante la desfinanciación de este organismo provocada por la creación de las AFJP.

· Respecto el Fondo de 84 mil millones de pesos que se pretende rescatar, esto representa para los aportantes una pérdida de su esfuerzo de -46 %, con un rendimiento negativo de nada menos que el -9 % anual. Si la cifra se expresa en dólares, los 27 mil millones de dólares del Fondo, contra los 51 mil millones de dólares soportados por los aportantes (computados de la misma manera), representan para estos una pérdida en dólares de -46 %, con una tasa negativa del -9 % anual.

· Si se efectúa una proyección de los resultados históricos, los futuros jubilados hombres de las AFJP, cobrarán una jubilación por parte de las AFJP de entre el 13 % y el 18 % de su último haber, según hayan efectuado aportes durante 30 o 45 años. Muy lejos del 82 % móvil al que aspira la ley. En el caso de las mujeres, al jubilarse a los 60 años, los resultados son aun más penosos. Cobrarán entre el 8 % y el 11 % de su último haber, según hayan efectuado aportes durante 30 o 45 años.

· Estas cifras desastrosas conforme los antecedentes históricos, no mejoran gran cosa si se proyecta una hipótesis optimista media, bajo el supuesto de corregir los peores excesos en los que incurrieron las AFJP, a la vista y paciencia de los gobiernos. Los números dicen que los jubilados hombres pasarían a cobrar un retiro de entre el 18 % y el 27 % de su último haber, según hayan aportado 30 o 45 años. Y las mujeres pasarán a percibir entre el 12 % y 16 %, para el mismo rango de años.

· Manteniendo esas hipótesis optimistas medias, los fondos de las AFJP tendrían que alcanzar un rendimiento continuo a lo largo de 30 a 45 años del 12 % y el 8 % anual respectivamente, sobre moneda dura sin ninguna inflación, para que los jubilados hombres puedan alcanzar un retiro del 82 % de su último haber. Y por su parte en el caso de jubiladas mujeres, el rendimiento tendría que elevarse al 15 y 10 % anual con el mismo fin.

La codicia es buena dice la UNION AFJP

Obviamente esto último se trata de un imposible. De una utopia financiera. Como la burbuja de las hipotecas “subprime” que acaba de estallar en Wall Street. Y también machista, por la discriminación de géneros que implica. Estas tasas solo serían factibles de obtener con inversiones especulativas en bonos basura, que les están expresamente vedadas a los fondos provisionales, donde se prioriza la seguridad sobre el rendimiento.

Además, son imposibles de sostener en forma continuada en el tiempo, ya que representaría una gimnasia especulativa a lo largo de 30 a 45 años, propia no de un fondo de pensión, sino de un fondo buitre. Saltando frenéticamente de una inversión a la otra con permanente toma de ganancias, con alto riesgo de default. Una tómbola financiera incesante, asumiendo no solo el riesgo de no obtener ninguna ganancia, sino de soportar grandes pérdidas.

Sin embargo, esta es la “novedosa” salida propuesta por la cámara que agrupa a las AFJP, UNION AFJPS, sin advertir el desbarre moral y conceptual que ello representa, si se enfoca la cuestión sistemicamente. “Si todos robamos, no todos seremos mas ricos” decía Keynes. Y lógicamente en esa tómbola bursátil financiera de suma cero, algunos fondos de jubilados ganaran… y otros saldrán esquilados.

Abandonando definitivamente el sistema solidario, el egoísta sistema de capitalización se transformaría así un sistema antisolidario, bajo el lema “la codicia es buena”, pese a que este acaba de fracasar estrepitosamente en Wall Street.

Las comisiones también son muy buenas… para las AFJP

Respecto a las comisiones cobradas por las AFJP, su monto desde 1994 asciende a 19 mil millones de pesos corrientes, que equivalen a 37 mil millones de pesos a valor de hoy, y al 31,5% de la recaudación. Medida en dólares nos encontramos que las AFJP embolsaron 12 mil millones de dólares por este concepto, en sus 14 años de existencia. Lo cual representa casi la mitad del Fondo existente a la fecha expresado en dólares, u$s 27 mil millones. Esta proporción de casi uno para las AFJP, contra dos a favor de los jubilados, muestra la dimensión de la estafa perpetrada por las AFJP.

Para justificar este abuso las AFJP dicen que una parte importante de la comisión se destinaba al pago del seguro de invalidez y fallecimiento de los afiliados. Lo que no dicen las AFJP es que las compañías de seguros que contratan son exclusivamente las vinculadas a sus grupos empresarios.

Es demoledor el informe de la Unidad de Planeamiento, Regulación y Comunicación de la SAFJP de Febrero del 2001: “Todas las AFJP contrataron el seguro colectivo de invalidez y fallecimiento con empresas vinculadas”. Y lo mismo pasa con los seguros de renta vitalicia al obtenerse la jubilación.

Aparte de los fondos derivados a estas últimas, las AFJP desviaron a sus empresas de seguros de fallecimiento e invalidez un monto cercano a los 20 mil millones de pesos a valor actual. Es lamentable que durante los largos años que duró el régimen de las AFJP y durante los años que Alberto Fernández fuera titular del Superintendencia de Seguros y luego Jefe de Gabinete, no se hiciera absolutamente nada para acabar con este negociado.

9 de octubre de 2008

Pago con reservas (pero del BCRA)


por Mario Cafiero, Ricardo Monner Sans y Francisco Llorens

N. de la R.: El Presupuesto Nacional 2009 enviado por el Gobierno de Cristina Fernández al Congreso revela la firme decisión de echar mano de las reservas del Banco Central para pagar los vencimientos de la deuda externa durante el año próximo; destinando 24.618 millones —casi el 11% del total del Presupuesto— a cumplir con los acreedores internacionales (tanto Club de París como los bonistas). A tal punto que dicho Presupuesto prevé, en su artículo 72, reformar la carta orgánica del Banco Central para usar más reservas en la "honra" de la deuda, eliminando los topes en materia de adelantos de préstamos.

De este modo, se le permitiría al Gobierno pagar con reservas cualquier deuda que se encuentre expresada en moneda extranjera.
La carta que reproducimos a continuación fue enviada al titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación, advirtiéndole a sus miembros —según las propias palabras de uno de los autores, Mario Cafiero— , "respecto a la enormidad que están por cometer; la que conforme el artículo 29 de nuestra Constitución, los tipificaría en el delito de 'infames traidores a la Patria", al dejar la fortuna de los argentinos a merced del gobierno o de terceras personas. Máxime en el contexto de la actual crisis financiera internacional que sacude al mundo".

También agrega Cafiero que "meter la mano en las reservas del Banco Central, es lo mismo que meter la mano en el bolsillo de todos los argentinos, dado que ellas conforme la legislación vigente, son las que respaldan el valor de nuestra moneda. En consecuencia en un futuro seguramente meteremos la mano en el bolsillo, y no notaremos que nos faltan pesos, pero si notaremos como en el 2002, que con esos pesos solo podemos comprar muchísimo menos. Por eso sin exageraciones podemos decir que defender las reservas del Banco Central, es defender la dignidad de nuestras salarios, de nuestras remuneraciones, de nuestras jubilaciones, y también las honestas utilidades de nuestros empresarios".


Buenos Aires, 7 de octubre de 2008


Sr. Presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda
Don Gustavo Ángel Marconato


Asunto: Advertir gravísimas implicancias del art 72 del proyecto de ley de Presupuesto 2009, con los alcances previstos en el art. 29 de la CN.


Hace presente: Carta Documento enviada el 3/10/08 al Pte del BCRA, y presentación efectuada el 23/9/08 ante la Comisión Bicameral ley 26.122.


De nuestra consideración:

Nos dirigimos a Ud. y por su intermedio a los restantes diputados integrantes de esa Comisión para advertirlos de la enorme, hablando llanamente, barrabasada que esa comisión está por cometer –máxime en el actual contexto de crisis financiera internacional- con la aprobación del Art. 72 del proyecto de Presupuesto 2009 enviado por el Poder Ejecutivo.

Dicho art. 72, bien podría titularse como el himno a la deuda externa, ya que se pretende nada menos que modificar la Carta Orgánica del BCRA, a los efectos de emplear sus reservas internacionales para “honrar” el pago de la deuda externa.

De aprobarse ese Art. 72 se estaría superando largamente los superpoderes de Cavallo, que pretendió en el 2001 pagar la deuda externa con la garantía de los impuestos, pretensión que in extremis le rechazó el Congreso. Hoy nuevamente se pretende imponer que la deuda externa se pagará con la sangre, sudor, y lágrimas de los argentinos; precepto al que ahora se le ha agregado con la fortuna común de los argentinos; ya que se echará mano al respaldo del bien social indispensable que es nuestra moneda.

De forma parecida al año 2001, en el cual se echó mano a las reservas internacionales de los bancos y del BCRA, ahora se pretende echar mano a las reservas internacionales del BCRA. La historia del 2001 sabemos todo como terminó. Gran parte de los acreedores externos, anticipándose al previsto default argentino, se desprendieron de sus acreencias; y a cambio el sistema financiero argentino apareció atiborrado de títulos de la deuda externa. Y consecuentemente ese vaciamiento del BCRA y de nuestro sistema financiero, hizo colapsar catastróficamente nuestra economía y nuestra sociedad. Ahora nuevamente podríamos arribar a una situación parecida, en la cual el vaciamiento del BCRA y su consecuente imposibilidad de regular la moneda, derivaría a su vez en el vaciamiento del sistema financiero argentino, con todas las consecuencias económico-sociales que ello acarrearía.

Llegamos a ésta situación de vulnerabilidad del BCRA entre otras razones como resultado de la absoluta defección del Congreso en su tarea legislativa en las cuestiones de fondo; al delegar esta en los Decretos de Necesidad y Urgencia del Poder Ejecutivo; y al permitir ilegales parches introducidos en la legislación de fondo, mediante artículos disimulados en la ley del Presupuesto.

Así las leyes se han ido transformando en un caos normativo, lejos del ordenamiento sistémico que deberían tener, facilitándose de esta manera cualquier desastre y aventura. Lógicamente, siempre al servicio de los poderosos o de los intereses extranjeros, y en contra del interés nacional.

En este caso en particular, la cuestión comenzó con el DNU 401/2002, que fue emitido a principios del 2002 en plena crisis, por el entonces presidente Duhalde. Con él se permitió al BCRA emitir deuda, facultad que le había sido expresamente prohibida en 1992, al haber sido el BCRA el artífice esencial de la deuda externa fraudulenta que hoy nos agobia.

A partir de allí, ese DNU le permitió al BCRA adquirir apalancadamente una apariencia de reservas, mediante la emisión a mansalva de Letras y Notas (Lebac y Nobac), disimuladas éstas incluso mediante operaciones de pases pasivos. Cabe apuntar que la actual crisis financiera internacional, es precisamente una crisis de apalancamiento, a la que se llegó por la proliferación de “instrumentos novedosos” como las Lebac y Nobac y los pases. Instrumentos que así como aparentan crear reservas de la nada, también las pueden destruir velozmente si la desconfianza cunde como sucede actualmente, de la misma manera que se derrumba un castillo de naipes.

La siguiente vuelta de tuerca fue el DNU 1599/05, emitido a fines del 2005 por el entonces presidente Kirchner, con el que se posibilitó el pago cash al FMI. Pese a haber sido este organismo el principal co-responsable de la debacle argentina del `76 en adelante, y de la crisis terminal del año 2001. Con dicho DNU se subvirtió el sentido de la Carta Orgánica del BCRA, al establecer inusitadamente que las “reservas de libre disponibilidad” no son las que cubren la base monetaria, sino las que exceden esta. Se eliminó así absurdamente el concepto de reservas netas, que redundantemente, como lo dice cualquier manual de economía o contabilidad, son las verdaderas reservas. De esta manera se dispuso que esas seudo reservas de libre disponibilidad, pudieran aplicarse al pago de las obligaciones con los organismos financieros internacionales.

A continuación en el año en curso, con el decreto 1.394 y el DNU 1.472 se dispuso el pago cash al Club de París, partiendo de erradas digresiones respecto el carácter de organismo internacional del Club de Paris; y mediante implementar confusas excepciones a la Carta Orgánica del BCRA, en relación a la cuantía de los adelantos que este puede otorgar al Tesoro. El pago al Club de París es una medida ilegítima y absurda. Es ilegítima por el origen de esa deuda proveniente de la sangrienta dictadura militar, que oportunamente rechazó el Congreso (Ley Nro 23.854). Y es absurda a la luz de la actual crisis financiera internacional que conmueve al mundo.

Mayores detalles de esta álgida cuestión están expuestos en los adjuntos que acompañan la presente, consistentes en la copia de la Carta Documento enviada el 3 de octubre ppdo. al Sr. Presidente del BCRA —(ver nota anterior de este blog)–; y la copia de la presentación efectuada el 23 de septiembre ppdo. ante la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Ley 26.122.

Esa sucesión de desbarres han llegado hoy a su culminación con el Art. 72 del proyecto de ley del Presupuesto, con el que se permitiría, sin limitación alguna en cuanto a la seudo “libre disponibilidad de las reservas”, el pago a los organismos financieros internacionales, así como cualquier otra deuda expresada en moneda extranjera. Metafóricamente de esta manera (igual que hizo Cavallo en el 2001, al permitir que las reservas del BCRA y los bancos se pudieran integrar con títulos públicos) se le está efectuando un boquete al Tesoro del BCRA, por donde los acreedores externos se podrán llevar las reservas que respaldan nuestra moneda y la solidez de las cuentas BCRA, dejándolo tan vacío como en el 2001.

Es casi innecesario apuntar que la norma constitucional del art. 29 en torno a un tema como éste, colocaría a quienes lo protagonicen en la categoría de infames traidores a la Patria. Mas allá de la absoluta endebles del Poder Judicial, no creemos que el pueblo argentino este en condiciones de soportar impunemente un nuevo fraude parecido o igual al del año 2001.

Al respecto expresamos al Sr. Presidente y los Sres. Legisladores que existen otras alternativas mucho más positivas para los genuinos intereses del país, a los efectos que Argentina pueda hacer frente a la encrucijada financiera en la que hoy se encuentra. Esta encrucijada es consecuencia del mal arreglo de la deuda pública que se hizo en el 2005, en la cual el Congreso una vez más delegó en el Poder Ejecutivo sus atribuciones más directas. Los errores y omisiones del pasado, son las causas de las dificultades financieras del presente. Y los errores actuales serán las causas de las dificultades financieras del futuro. Que pueden aparecer extraordinariamente aumentadas, a la luz de la crisis financiera que sacude al mundo. Es responsabilidad personal e indelegable de los Sres. Legisladores, que esto no suceda.

Si es de vuestro interés estamos en condiciones de exponer dichas alternativas personalmente.
Saludamos a Uds. atte.

4 de octubre de 2008

Carta a Martín Redrado


Sr Presidente del BCRA - Lic. Martín Redrado BCRA
Rte.: Mario Cafiero - Ricardo Monner Sans


Asunto: emisión de información mendaz y engañosa referida a la solvencia y liquidez del BCRA, y el pago al Club de París.

De mi consideración:

Nos dirigimos a Ud. y por su intermedio a los restantes directores del BCRA en el convencimiento que Ud. está difundiendo información engañosa referida a la solidez y solvencia de esa institución. Queremos advertirle también que esta conducta -mendaz y disvaliosa- merecería de una urgente investigación judicial, de no mediar de inmediato una debida corrección.

Nos referimos concretamente a las afirmaciones vertidas por Ud. el 26/09/08, que fueran amplificadas por los medios de comunicación, cuyo texto está disponible en la página web del BCRA. En ellas Ud. aseguró que “los actuales niveles de liquidez, de alrededor de 40% de los depósitos, son históricamente elevados. Este ratio es robusto comparado, por ejemplo, con los niveles mantenidos durante el período 1991-2001 (23,4% en promedio y un máximo de 29,2%). De esta manera pretende mostrar una fortaleza y solvencia por parte del Banco Central, que lamentablemente está muy lejos de la realidad.

En efecto, una simple observación de la información brindada por esa institución en la referida página web –“Panorama monetario y financiero (serie mensual)”- pone en evidencia que esos guarismos históricamente pueden ser correctos, pero no se compadecen para nada con los que se registran actualmente. La relación de la liquidez con los depósitos totales de “alrededor de 40 %” como Ud. manifiesta, fue alcanzada en Abril pasado, previo al conflicto con el campo. Pero en Julio bajó a un 35 %; y habría descendido en Agosto a un 27 % si el BCRA hubiese cumplido con el pago al Club de París ordenado por el PEN. Al respecto cabe apuntar que en Octubre del 2001, en vísperas del derrumbe de la convertibilidad e instalación del corralito, ese indicador fue del 33 %.

Empero el reproche que efectuamos a Ud. es tanto respecto las cantidades informadas, como la calidad de la información brindada. Sabe Ud. muy bien que referirse solamente a los depósitos, sin tener en cuenta el dinero en manos del público, es técnicamente incorrecto. Se trató evidentemente de usar un truco cosmético para aprovechar el fenómeno de la desbancarización de la sociedad argentina que se produjo como consecuencia del corralito. Es de su pleno conocimiento que luego de esa gran estafa, que tuvo como artífice indispensable a la institución que Ud. dirige; por la desconfianza que generó en el depositante argentino se redujo notablemente el multiplicador bancario o proporción de depósitos en relación a la moneda en manos del público. Este pasó de nueve veces en vísperas del “corralito”, a poco más de tres veces actualmente.

Si se considera el índice denominado “M3” (la suma de ambos conceptos) los indicadores en relación con la liquidez son aun más desfavorables. La relación en Julio fue de un 28 %. Y habría bajado en Agosto a un 21 % si se hubiese pagado al Club de París. Mientras que en vísperas de la caída de la convertibilidad en Octubre del 2001, ese indicador fue del 30 %. O sea que en todos los casos los indicadores actuales son peores a los previos al derrumbe de la convertibilidad.

La cuestión no acaba allí. Si en vez de los datos estadísticos se toman los datos contables que figuran en el Pasivo en los balances del BCRA (Títulos emitidos por BCRA, Obligaciones por Operaciones a Término, y Otros Pasivos) esos indicadores empeoran dramáticamente. La liquidez en relación a los depósitos bajó de un 31 % en Abril, a un 20 % en Julio. Y en Agosto habría llegado al 11 % si se hubiese efectuado el pago al Club de París. A su vez la liquidez en relación al M3 cayó del 25 % en Abril al 16 % en Julio. Y en Agosto se habría derrumbado a un 9 % si hubiese concretado el pago al FMI.

Sin embargo, lamentablemente, la cuestión tampoco acaba allí; dado que esos indicadores están elaborados en base a las Reservas Internacionales Brutas, no a las Reservas Internacionales Netas (entendiendo por Reservas Internacionales Netas a las Reservas Internacionales Brutas menos las deudas internacionales del BCRA). Si se tiene en cuenta estas, los números empeoran aun mas, acercándose a cero. Muy lejos de 40 % del que Ud. se jacta engañosamente ante el público. De tal manera los números dibujados por parte del BCRA, nada tienen que envidiarle a los mentirosos números del INDEC.

Sin entrar a analizar la calidad y consistencia de las inversiones realizadas con las Reservas Internacionales, que ofrecen graves dudas y reparos; ni a considerar que la mitad de ellas ha sido apalancada mediante una peligrosísima contracción de deuda interna a cortísimo plazo; es evidente que la existencia de “niveles de reserva históricamente altos” como Ud. afirma, es falso. Y es lamentable que Ud. repita el mismo sonsonete que se nos decía a los argentinos a principios del 2001, para encontrarnos al final de ese año sin un mísero peso o dólar en el bolsillo.

Mas allá de los tecnicismos, un análisis crítico y realista de los balances del BCRA nos indica que por mínimas razones prudenciales, máxime en las actuales circunstancias en que el mundo está azotado por un inusitado “tsunami financiero” internacional de imprevisibles consecuencias, el BCRA esta absolutamente imposibilitado de efectuar el pago cash al Club de Paris ordenado por el PEN.

También es verificable que el pago cash al FMI a principios del 2006, además de deteriorar seriamente los indicadores de liquidez y solvencia de esa institución, produjo efectos que impactaron fuertemente en la suba de la tasa de interés y por ende en la inflación. Igual que hoy, existían entonces caminos alternativos para evitar tanto el pago cash, como la supervisión del FMI; basados justamente en la corresponsabilidad del FMI en la absurda debacle argentina del último cuarto de siglo, cuestión que incluso tiene abierta una causa en la Justicia argentina. Muy otra sería la actual situación de nuestra economía y sociedad, si esos recursos o parte de ellos se hubiesen volcado reparatoriamente dentro de nuestro país, en vez de haberlos derramado inútilmente afuera.

En consecuencia, en nuestro carácter de ciudadanos argentinos profundamente interesados en la cosa pública, y tenedores -como millones de argentinos- de la moneda emitida por ese banco público:

-Apercibimos a Ud. para que cese en sus engaños a la opinión publica respecto la verdadera fortaleza y capacidad de pago de ese Banco Central. Conducta muy parecida a la que desplegó esa institución a lo largo del 2001, a la par que se perpetraba un feroz vaciamiento del sistema financiero argentino, en fraude a los ahorristas argentinos.

-Conminamos a Ud. y por su intermedio a los directores de ese banco, a cumplir acabadamente con su misión fundamental fijada en la Carta Orgánica de “preservar el valor de la moneda”, la que pese a estar muy mal distribuida, es un bien social y público indispensable en nuestra economía monetaria. Preservar es un verbo que va mucho más allá de guardar. Es poner a cubierto anticipadamente a nuestra moneda de algún daño o peligro probable o inminente, como los que se ciernen actualmente.

-En consecuencia lo instamos a oponerse al pago cash al Club de Paris ordenado ilegalmente por los decretos 1.394 y 1.472; al afectar dicho pago ruinosamente la sustentabilidad del BCRA; al no ser el Club de Paris un “organismo financiero internacional”; y al no mediar razones de “necesidad y urgencia” que justifiquen el dictado de esos decretos salteando olímpicamente al Congreso.

A luz del desmérito moral de esa deuda, ya que se trata sustancialmente de una deuda ilegítima proveniente de la sangrienta dictadura, que fuera rechazada por el Congreso; y a la luz de su falta de oportunidad, en el contexto de los acontecimientos financieros que están sacudiendo al mundo; ese pago de efectivizarse sería un acto de desadministración ruinoso, inexplicable, e inadmisible, digno de figurar en la “Historia de la estupidez humana” de Tabori, o en la “Historia universal de la infamia” de Borges.

Adjuntamos por pieza postal certificada la presentación efectuada ante la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Ley 26.122 respecto el DNU 1.472/08, que contiene un análisis referido al estado real de esa institución.

Por razones de fuerza mayor no ha podido acompañar con su firma esta CD Francisco Javier Llorens quién ha posibilitado esta información.

29 de septiembre de 2008

Hay que revertir la debacle energética


Por Raúl Quiroga

Las empresas que se apropiaron de todo aquel potencial energético que teníamos a principios de los ‘90, están dando muestras de emprender la retirada. Seguramente, a causa de la escasa vida útil que se avizora en la mayoría de los yacimientos de la Argentina,

Hay excepciones, que aún tienen una reserva in situ importante. Son los casos de Cerro Dragón, en Chubut / Santa Cruz (petróleo), y Loma La Lata, en Neuquén (gas), donde la corruptela gubernamental prorrogó mucho antes de sus vencimientos y por más de 25 años los contratos de concesión. Pero se trata de los pocos yacimientos que quedan en actividad.

Ocurre que las petroleras a quienes el cipayaje le entregó nuestro subsuelo para su explotación, han provocado un permanente vaciamiento de los yacimientos. Y lo hicieron tan rápido como se lo permitieron las rocas porosas por donde se deposita el deseado oro negro.

Actualmente, Repsol esta destinando todas sus ganancias a invertir en Libia y en algunos países de Oriente Medio. Petrobrás, por su parte, se esta retrotrayendo a invertir en su propio país, Brasil.

Las corporaciones dilapidaron nuestros recursos, asistidas por un perverso sistema de transferencia de riqueza, que actualmente les permite la obtención de petróleo a un costo de U$S 10 el barril y que luego les compramos a U$S 45. Por otro lado, siguen exportando a valores internacionales y sin restricciones, a pesar de la creciente carencia que nuestro país tiene.

Desde la privatización de YPF, las compañías privadas produjeron 4800 millones de barriles de petróleo de nuestros yacimientos, que equivalen hoy a más de 470 mil millones de dólares. Con el gas, el saqueo es equivalente.

A pesar de esta riqueza extraída de nuestros yacimientos, los argentinos estamos mucho más pobres, y con las reservas de los hidrocarburos agotándose. La situación petrolera será mas critica en pocos años. Ya ha comenzado a manifestarse en la falta de provisión de las estaciones de servicio y en el aumento de los precios.

En el año 2007 se produjo un total de 37 millones de m3 (233 millones de barriles) de petróleo crudo y más de 50 mil millones de m3 de gas para consumo interno.

Nos preguntamos: ¿qué va a ocurrir cuando tengamos que importar esa misma cantidad de petróleo a valores que estacionalmente está en el orden de los U$S 120 por barril? Aún sin prever crecimiento alguno, significarían aproximadamente 28 mil millones de dólares para petróleo (a 120 dólares por barril) y como mínimo 13 mil millones de dólares para gas (a 7 dólares el millón de BTU). O sea algo así como 41 mil millones de dólares por año.

Ni hablar de los productos elaborados que están muy por encima de los precios que hoy tanto nos cuesta pagar en las estaciones.

El agotamiento de nuestros yacimientos; nuestras destilerías con más de 30 años sin actualización tecnológica o la nula inversión en la búsqueda de nuevos yacimientos, hacen que el panorama energético sea desolador

Al igual que la salvaguarda del agua y la soberanía alimentaria, las reservas de hidrocarburos a descubrir deben ser defendidas de la rapiña de las corporaciones y la complicidad de los funcionarios. Y deben ser defendidas por la militancia popular.

Ya que la insensatez de la dirigencia en materia energética es realmente grave, deben ser los sectores populares quienes tomen la iniciativa. Con la sola bandera de la soberanía nacional y por encima las cartas abiertas y de los ideologismos cerrados; que sólo sirven para esconder el alto grado de dependencia económica en que nos estamos hundiendo.

Porque estamos en el límite y el futuro empieza mañana.
Una Argentina independiente, impetuosa y con proyección latinoamericana es posible. La decisión es nuestra.

28 de septiembre de 2008

El Club de París y el BCRA (Nota 3)


Por Mario Cafiero, Ricardo Monner Sans y Francisco Javier Llorens

La emisión de deuda por parte del BCRA con efectos monetarios no neutros


Un resorte importantísimo de la política monetaria es la potestad y/o capacidad de endeudarse por parte del BCRA. A raíz del fenómeno de endeudamiento fraudulento y galopante de la década del í80, esta potestad había sido expresamente negada al BCRA en la CO ley 24.144 del año 1992. Sin embargo a principios del 2002 ella le fue repuesta mediante el DNU 401/02 dictado por el ex presidente Duhalde. Mediante el art. 1 de este DNU se modificó el artículo 18 de la CO del BCRA, agregándole el inciso i) que le permite al BCRA "emitir títulos o bonos, así como certificados de participación en los valores que posea".

El monto acumulado de las mas de 2.500 subastas de letras (LEBAC y NOBAC) que efectuó el BCRA colocando deuda desde esa fecha hasta el presente, asciende a la astronómica cifra de más de 273.000 millones de pesos, muy superior al Activo del BCRA, siendo su stock al 31 de Agosto del corriente de 67.228 millones de pesos. Sin contar en este monto el importe de las letras del BCRA emitidas para la operatoria de pases pasivos.

De tal manera buena parte de las actuales reservas internacionales en divisas, nada menos que un 47 % de ellas, ha sido adquirida de la peor manera, mediante una deuda caliente en letras. De cortísimo plazo, ya que su vencimiento promedio, contando la involucrada en operaciones de pases pasivos a 1 y 7 días, llega a menos de medio año.

A los fines prácticos se puede decir que estas reservas han sido adquiridas mediante un revoleo de cheques a fecha, renovados indefinidamente a su vencimiento; el cual a su vez a partir del pago al FMI a principios del 2006, produjo una sostenida alza en las tasas de interés. Tanto para el BCRA, como para la actividad productiva, habiéndose duplicado las tasas para el primero; y cuadruplicado para lo segundo, en el caso de las empresas de primera línea. Con los consecuentes efectos inflacionarios que hoy no quiere ver reflejado en sus estadísticas el INDEC.

Esta renovación incesante de cheques, a un frenético ritmo de dos días por semana, sumado al aumento de la incertidumbre interna y externa, ha hecho que la renovación de los mismos haya sido cada vez más dificultosa, reflejándose esto primero, en el aumento de la tasa de interés. Luego en la aparición de colocaciones a seis meses calzadas en dólares, mediante operaciones paralelas en el mercado futuro de cambios (ROFEX), en el cual el BCRA se obliga a entregar dólares en Marzo del año que viene a $ 3,14. Y posteriormente en el aumento sustancial de las operaciones de pases, por la cual el BCRA esta tomando hot money, mediante colocar letras a 1 y 7 días. Es sabido que cuando un deudor empieza a revolear cheques a estos plazos, es porque se encuentra en una muy comprometida situación, casi terminal.

De tal manera el pago al FMI ha estado lejos de tener “un efecto monetario neutro” como dispone la CO del BCRA, modificada por el DNU 1599/05. Por contrario su efecto monetario ha sido perverso, al impulsar el alza simultánea de la tasa de interés y la tasa de inflación, dos resortes centrales en la salud de cualquier economía.

El pago al FMI y las supuestas reservas de “libre disponibilidad”

El referido DNU 1599/05 dictado por el ex presidente Néstor Kirchner, con el que se hizo posible el pago al FMI, introdujo un sustancial cambio respecto el concepto de reservas de “libre disponibilidad”. El art. 4 de la ley de convertibilidad Nro. 23.928 exigía que "las reservas de libre disponibilidad" fueran equivalentes al 100 % de la base monetaria.

Lógicamente este concepto de “libre disponibilidad” puede entenderse como las reservas menos las deudas del BCRA, dado que las reservas son la guardia o custodia que se hace de una cosa, para que sirva a su debido tiempo, o en caso de imprevistos y necesidad.

Sin embargo el DNU 1599 alegremente invirtió ese concepto. Con él se modificó el art. 4 de ley de convertibilidad Nro. 23.928, eliminando ese concepto de "libre disponibilidad". Pero el término reapareció en el Art. 5 con una definición totalmente distinta. Mediante la modificación introducida por el DNU 1599, se especificó en él que las “reservas de libre disponibilidad" son las que exceden la base monetaria, por supuesto sin tener para nada en cuenta las deudas y obligaciones del BCRA, que antes debían computarse en forma previa al cálculo en relación con la base monetaria.

La improvisación de este cambio se advierte en el Art. 60 de la Carta Orgánica del BCRA, donde se fija "en un veinte por ciento (20%) el límite de las reservas de libre disponibilidad mantenidas como prenda común que podrán estar integradas con títulos públicos valuados a precio de mercado" sin contar para ello con autorización del Congreso.

O sea que para los retazos de la ley de convertibilidad modificada por el DNU 1599/05, las “reservas de libre disponibilidad” son una cosa. Y para la CO del BCRA, otra.

Este es el núcleo perverso de la cuestión, consistente en considerar la “disponibilidad de las reservas”, sin tener para nada en cuenta las deudas y obligaciones del BCRA. Tanto en divisas, como en pesos que se pueden revertir en demanda de divisas, en un mercado libre y único de cambio, donde el valor de la moneda argentina tiene como principal referencia el precio del dólar estadounidense.

Finalmente el DNU 1599 modificó también el Art. 6 de la ley de convertibilidad Nro. 23.928, disponiendo que si tienen un “efecto monetario neutro”, las reservas de "libre disponibilidad" pueden emplearse para pagarles a los organismos financieros internacionales. De esta manera se habilitó pagarle no solo al FMI, cosa que mas allá de lo moral le correspondía al BCRA de por sí, al ser una deuda de este, sino también al Banco Mundial y el BID.

Se constituyó así el gobierno de los Kirchner en el mayor y mejor pagador de deuda externa en la historia argentina, con total prescindencia del hundimiento social que esa deuda externa había generado; y que el pago de esa deuda había profundizado y mantenido. Parafraseando la propia frase que suele espetar a los empresarios “no miren lo que digo, sino lo que hago” el ex presidente Kirchner y su sucesora en amplio sentido, parecen decir “no miren lo que digo, sino lo que pago”.

El pago al Club de París y su manifiesta ilegalidad

En su primer intento de pagarle al Club de París, tratando de evitar tanto la intervención del Parlamento como la firma de un DNU, la presidenta Cristina Kirchner se despachó con el decreto 1394/08. En él, de manera ilegal y desatinada, equiparó a dicho club informal, con un “organismo financiero internacional”. Este error, o mejor dicho horror, muestra a las claras la calidad de las decisiones que toma el gobierno argentino, en el lecho matrimonial, como si fuera una monarquía.

Muy atrás han quedado para Argentina conceptos como Consejo Económico Social, o Consejo Nacional de Seguridad, en boga en el resto de los países modernos del mundo.

Ese decreto motivó el cuestionamiento desde distintos sectores e incluso los firmantes de la presente efectuamos una denuncia penal contra los intervinientes en el mencionado decreto, por abuso de autoridad (Causa Nro 12.672 Juzgado Federal Nro 5).

Desdiciendo sus promesas electorales y su trayectoria legislativa, la presidenta Cristina Kirchner se vio obligada entonces a firmar su primer DNU, el nro. 1.472/08, en cuyo Art. 16 ratificó el pago al Club, como para no desdecirse del furcio del decreto 1394. Y a la par dispuso que a los efectos de ese pago quedaran sin efecto las limitaciones de asistencia al Tesoro que fija el Art. 19 de la Carta Orgánica del BCRA, ley 24.144, debiendo entregar el Tesoro al BCRA un titulo negociable a su valor técnico. O sea más deuda interna del Tesoro, en una mentirosa política de desendeudamiento, que a su vez el BCRA verá de trasladársela a los bancos. Y estos a sus clientes, ya sea por acción; o por omisión, al retacearles aun más el crédito.

Se permutará así deuda externa por deuda interna, mediante el festival de las LEBAC, NOBAC, Letras del Tesoro y sucedáneos, sin tener en cuenta que esto conspira contra el crédito interno a favor de la producción, e incluso a favor de las provincias y municipios, que carecen actualmente absolutamente de él.

Pero en este decreto se observa a la vez una grave falsedad ideológica. La supuesta necesidad y urgencia para el dictado del mismo decreto, esta justificada en la supuesta necesidad de hacer urgentes ajustes al presupuesto, para no detener la marcha del país. Pero esta cuestión no tiene nada que ver con el pago al Club de París. Esta confusión de asuntos se evidencia como un camuflaje con el que se pretende hacer pasar dicho pago sin mayores discusiones en el Congreso; no sea que salte la liebre respecto la real situación en que se encuentra el BCRA.

Al respecto el secretario de Finanzas Lorenzino afirmó públicamente que los pagos recién se podrían comenzar a concretar en diciembre, existiendo por lo tanto tiempo suficiente para que al asunto pase normalmente por el Congreso, si existiera voluntad democrática para ello. Pero evidentemente la economía del gobierno de los Kirchner, como las dictaduras, no se arregla con mas democracia, sino con decisiones concentradas cada vez en menos funcionarios e influyentes, refugiados cada vez mas en sus despachos. Un ámbito propicio para el lobby, la componenda, e incluso el tráfico de influencias.

En tal sentido el anuncio del pago cash al Club de París, después de la reunión del Council of Américas realizado en Buenos Aires; y el anuncio de la reapertura del canje, hecho público en la reunión del Council of Foreign Relations en Nueva York, parece un claro ejemplo de ello. En un futuro cercano, en algunas otras reuniones de otras altas organizaciones norteamericanas o inglesas, seguramente se anunciara el pago de las deudas del CIADI, y/o a los fondos buitres beneficiados con las sentencias del juez norteamericano Griesa.

Finalmente con el art. 72 del Proyecto de Presupuesto del año 2009, se culmina este proceso degenerativo de tomar por asalto las reservas del BCRA, con total desaprensión respecto sus posibles y cada vez mas probables consecuencias. Mediante dicho artículo se pretende modificar el Art. 20 de la CO del BCRA, disponiendo que para el cálculo de las limitaciones de la asistencia al Tesoro, no se deben tomar en cuenta los pagos efectuados a organismos financieros internacionales o “el pago de obligaciones en moneda extranjera”.

Así ahora no se trata si el Club de París es o no un organismo financiero internacional, sino solo si se le debe en pesos o en moneda extranjera. Preparándonos obviamente a los argentinos para pagar las deudas, no solo de los holds out, sino también los fallos del CIADI a favor de las privatizadas, y los del juez norteamericano Griesa a favor de los fondos buitres, que seguramente rechazarán frontalmente adherirse al canje que está por reabrirse.

La cuestión de mérito

Un aspecto final que debe considerarse es la cuestión de fondo respecto a la deuda con el Club de París, que fuera enteramente contraída durante la última y sangrienta dictadura. En materia de la aprobación o repudio de la gestión gubernamental correspondiente al período de facto, el Congreso Nacional, lejos de guardar silencio, manifestó expresa-mente su desaprobación mediante la sanción de la ley 23.854/90 en la que se rechaza las cuentas de inversión de los años 1976 hasta el año 1983 inclusive.

O sea que el Congreso Nacional nunca legitimó dichos compromisos, sino que por contrario los rechazó. Desde el punto de vista jurídico la deuda con el Club de París es una “deuda odiosa”. O sea no solo ilegítima, sino que moralmente debe ser rechazada, por haber sido contraída por quienes no debían, y por haber sido empleada en contra de quienes deben afrontarla.

Otro antecedente de singular relevancia a los fines del análisis de la invalidez de la deuda contraída en la dictadura lo constituye la causa ante el Juzgado Criminal y Correccional Nro 2, Expediente Nro. 14.467, caratulado "OLMOS, Alejandro s/ Denuncia". En estas actuaciones el magistrado interviniente, Dr. Jorge Ballestero, en julio del 2000 determinó en su resolución la existencia de por lo menos, cuatrocientos setenta y siete delitos vinculados al endeudamiento externo ocurridos durante el gobierno militar.

En la causa Olmos se ha probado entonces que además de ilegítima, esa deuda es fraudulenta. Casi el 20% de toda esa deuda contraída por la dictadura se obtuvo de financiamiento externo del Club de París. En el inicio del gobierno del presidente Alfonsín -que había hecho campaña para diferenciar la deuda legítima de la ilegítima- se creó en el Banco Central un Cuerpo de Auditores de la deuda externa, para proceder a dar de baja los registros de la deuda que fueran fraudulentos.

Un caso emblemático fue el reconocimiento de la deuda que había contraído la empresa holandesa COGASCO, al verificarse que había abultado casi el 50% de su deuda externa. Pero los países miembros del Club de París –todos ellos supuestos defensores acérrimos de los derechos humanos- exigieron al primer gobierno democrático que reconociera y pagara la totalidad de la deuda de la dictadura.

Los funcionarios del Banco Central que dictaminaron el reconocimiento de esa deuda sucia con el Club de París fueron entre otros: Carlos Melconian, Daniel Marx y Marcelo Kiguel. Esto figura en la causa Olmos y fue reproducido y transcripto en el anexo DEUDA y LAVADO, del dictamen en minoría de la Comisión de Investigación de Lavado de la Cámara de Diputados de la Nación (2001).

Uno de los ejes del actual gobierno es posicionarse en la defensa de los derechos humanos, y así a tranco lento se ha avanzado en el juzgamiento de los responsables del terrorismo de Estado. Pero nada se ha hecho en materia de investigación de los que se beneficia-ron con el plan económico de la dictadura, y fueron los participes necesarios de esos delitos. Una de las conclusiones a la que permite arribar la causa Olmos, es la manifiesta y necesaria complicidad de organismos internacionales de crédito, bancos privados internacionales, y empresas transnacionales, que conociendo la situación imperante en el país, optaron igualmente por contratar con el régimen militar ante la inexistencia de controles republicanos, permitiendo consolidar un proyecto político-económico, sin oposición posible ante el marco de una masiva violación de los derechos humanos.

De esta especial vinculación entre crímenes de lesa humanidad y el proceso de endeudamiento descrito, resultan consecuencias específicas. Ya en 1927 Alexander N. Sack definió como deuda odiosa aquella que un régimen despótico contrata, no para sus necesidades ni las necesidades del Estado, sino para fortalecerse y reprimir a la población que lucha contra él. El citado autor agregó que las deudas así contraídas no eran deudas de Estado sino deudas de Régimen, y por ende caían con él.

Podemos decir entonces que si son imprescriptibles las acciones contra las violaciones de los derechos humanos, también lo serían en forma parecida aquellas acciones que tienden a determinar y reparar los perjuicios del endeudamiento que le proveyó de sustento. Con base en este fundamento uno de los autores de esta nota, Mario Cafiero, inició la causa Nro. 2215/06 ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sin que hasta la fecha, pese el tiempo transcurrido, haya recaído en un juez que acepte su competencia.

Así como en la cuestión de la violación a los derechos humanos fue necesario con dolor y esfuerzo la búsqueda de la verdad y el castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad, con el injustificado endeudamiento externo contraído por la misma dictadura corresponde obrar de parecida manera, en el entendimiento que ambos acontecimientos fueron parte de una matriz común, cuyos efectos dañosos perduran hasta estos días. Pagarle cash al FMI y al Club de París es la demostración más palmaria de la falta de convicción y compromiso de este gobierno con la verdadera Memoria, Verdad y Justicia.

Conclusión

Las lecciones del pasado enseñan que las crisis del futuro tienen sus raíces en los riesgos que no son advertidos en el presente. El motivo de la presente es advertir sobre ello. Y sobre todo advertir respecto la precaria y delicada situación en que se encuentra el BCRA, como consecuencia de estos intempestivos, irreflexivos y autoritarios pagos cash de la deuda, dispuestos por el Poder Ejecutivo avasallando al Congreso.

Pero no todo está perdido. Como alternativa a esta decisión irreflexiva y petulante, existen otras posibilidades. Posiblemente no tan glamorosas en relación a las adulaciones provenientes desde el exterior, y por parte de sus corifeos argentinos; pero si mucho más eficaces para los intereses argentinos.

25 de septiembre de 2008

El Club de París y el BCRA (Nota 2)


(Click para ampliar)

Por Mario Cafiero, Ricardo Monner Sans y Francisco Javier Llorens

Estado resumido actual del BCRA

El cuadro que figura arriba —resumido de Activos y Pasivos del BCRA al 31 de agosto de 2008, en lo referido a su capacidad de ejercer el control y la regulación monetaria, a los fines de preservar el valor de la moneda— pone en evidencia la muy delicada situación en que se encuentra, aun antes de haberse efectuado el pago al Club de París.

En un marco agravado de incertidumbres externas e internas, y en el contexto de la idiosincrasia argentina acentuada por la vigencia de la convertibilidad, de buscar refugio en el dólar u otras monedas extranjeras, como modo de atesoramiento.
Las técnicas de contabilidad no son una ciencia oscura. Sus conceptos y criterios son simples. Toda operación debe contabilizarse por partida doble, para conocer los Activos y los Pasivos de una empresa, institución o persona. Y el análisis de la naturaleza de estos Activos y Pasivo nos brindan un detalle de suma importancia: conocer que parte de esos activos y pasivos son circulantes y cuales son fijos.

La diferencia entre el activo circulante y el pasivo circulante es lo que se conoce como Fondo de Maniobra (FM), que si es inexistente o insuficiente coincide lamentablemente con las siglas del FMI, de triste memoria para nuestro país. No hay que ser especialista contable para darse cuenta que cuanto mayor Margen de Maniobra cuente una empresa o institución, estará tanto mejor preparada para sortear dificultades. Incluso una “tormenta perfecta” como las que suelen brindar las complejidades de las finanzas modernas. Si se tiene alguna duda sobre estos conceptos, no se necesita consultar al ex directivo del FMI y del BCRA Mario Blejer, sino que puede hacerlo por Internet en http://es.wikipedia.org/wiki/Fondo_de_maniobra

Básicamente el FM es lo que quedaría del Activo circulante si en un momento determinado se tuviesen que devolver todas las deudas a corto plazo (Pasivo Circulante) que ha acumulado la empresa o institución, Por lo tanto, cuanto mayor sea el FM de una empresa menos riesgo habrá de que caiga en insolvencia. Si el FM es negativo, el Pasivo circulante es mayor que el Activo Circulante: en este caso es urgente aumentar el Activo Circulante para poder devolver las deudas a corto plazo. En la generalidad de los casos un FM negativo es un indicador de problemas financieros futuros o en ciernes.

El cuadro, lamentablemente, nos informa que el FM del BCRA sería negativo en nada menos que en $ 90.000 millones, o u$s 30.000 millones. También nos muestra la enorme ex-posición que tiene el BCRA como prestamista del Tesoro, situación que en cualquier provincia argentina hubiese derivado hace mucho tiempo en la quiebra del banco provincial.

Otra forma de exposición del problema bajo el canon de la ley de convertibilidad, sin que esto signifique compartir para nada sus preceptos, es que para hacer frente a la base monetaria de $ 99.090 millones, con reservas netas reales de libre disponibilidad de u$s 7.136 millones, el tipo de cambio debería elevarse a casi $ 14 por dólar.

Lógicamente esta previsión se torna aun más desfavorable, si en vez de la Base Monetaria, se toma la Base Monetaria amplia, que incluye a los depósitos en otra monedas ($ 110.000 millones), o el M2 ($ 161.000 millones); o el M3 ($ 296.000). Esto nos indicaría que el BCRA actualmente estaría realmente imposibilitado de enfrentar una corrida cambiaria y/o bancaria en serio, habiendo caído la convertibilidad con indicadores mucho mejores que estos.

¿Como se derivó en esta situación?

Para responder este interrogante debemos remontarnos a que luego de la caída del régimen de convertibilidad de la moneda a fines del 2001, no se realizó en absoluto un replanteo profundo de los instrumentos de política monetaria.

El cambio de la política monetaria de la caja de conversión a la intervención del BCRA en el mercado de cambios para comprar divisas (a los efectos de sostener un tipo de cambio alto y favorecer exportaciones) y la política de “esterilización” de esas divisas con la emisión de deuda por parte del BCRA, se fue realizando mediante parches en la legislación, introducidos al compás de la emergencia, de leyes votadas de apuro a tontas y locas, sin ningún estudio y reflexión, y de Decretos de Necesidad y Urgencia (o mejor dicho Decretos de Necedad y Urgencia).

Retazos de la vieja ley de convertibilidad Nº 23.928 y de la Carta Orgánica (CO) del Banco Central nº 24.144, coexisten con legislación de emergencia y DNUs, generando graves intersticios, lagunas, y contradicciones en la legislación que regula el funcionamiento del BCRA.

Paralelamente a ello se llevó a cabo un pésimo arreglo de la deuda en default, sin intervención alguna por parte del Congreso. La original propuesta de Dubai, que podría haber sido una razonable solución al problema, fue sucesivamente flexibilizada y desnaturalizada, al punto tal que ni siquiera conservó su nombre hasta el final.
De esta manera se llegó a una solución híbrida, ni de Estado, ni amistosa con el mercado, pese a que el plan de sustentabilidad de la propuesta elaborada por el ministro Lavagna, se basaba estúpidamente en la vuelta al mercado de la deuda para refinanciar los vencimientos. Por esta razón quedó pendiente de solución una cuarta parte de la deuda, y a la par que se multiplicaban en el exterior los reclamos para su regularización, se hizo evidente que Argentina se encontraba bloqueada financieramente, como consecuencia de los errores propios cometidos durante la renegociación.

El siguiente peldaño en la lista de errores, fue el pago cash al FMI y los pagos efectuados al Banco Mundial, en vez de haber reconvenido a estos organismos por el desastroso resultado de sus políticas, que Argentina se vio obligada a cumplir bajo la presión de una deuda fraudulenta heredada de la dictadura, que convirtieron a nuestra nación en el único país en desarrollo en el mundo, hasta llevarlo a la catástrofe del 2001.

Esa reconvención habría permitido al menos plantear un larguísimo repago de las deudas contraída con esos organismos; y aplicar paralelamente las divisas despilfarradas con esos pagos, a una genuina reconstrucción de la sociedad argentina desde sus mismas bases, con especial énfasis en la niñez y la juventud.

Esta postura habría permitido también negar rotundamente la supervisión del FMI, a los efectos de plantear el pago en largísimas cuotas al Club de Paris. Se habría evitado de tal manera la trampa en la que se autoencerró Argentina consecuencia del pago cash al FMI, de el pague cash, o si quiere cuotas, pase antes por el FMI.

A su vez el pago cash tanto al FMI como al Club de Paris, resulta frontalmente contradictorio con el estado de emergencia y necesidad con el que Argentina justificó su declaración de default, ante los tribunales de distintos países en quienes prorrogó su jurisdicción. Incluido el CIADI, dependiente del Banco Mundial, al cual pese a ello no recusó, sino que por contrario durante el actual gobierno se sometió expresamente a su jurisdicción.

Sin embargo el estado de emergencia y necesidad, si bien no es fácil verlo desde Puerto Madero, subsiste a lo largo y ancho de nuestro país. Se puede apreciar en cada mendigo, niño de la calle, cartonero o carrero que se cruza en nuestro camino, y en la juventud de nuestra clase baja, que sin estudios y con un 40 % de desempleo, se hunde en las drogas, la delincuencia, y la marginalidad, lo que repercute en la seguridad de toda la población. De esta manera el estado de emergencia y necesidad se refleja también en cada delito que soportan como víctimas nuestros ciudadanos, en esta especie de larvada guerra civil de baja intensidad, que hemos heredado como consecuencia de la intervención en nuestra economía del FMI y el Banco Mundial.

De la misma forma que la satisfacción de un acreedor por parte del actual gobierno acrecienta las demandas del siguiente, la incursión en un error, una mentira, o una omisión por parte del actual gobierno, lo lleva también al siguiente, siendo esta la situación en la que estamos actualmente.

24 de septiembre de 2008

El Club de París y el BCRA (Nota 1)


Con fecha 23 de septiembre de 2008, los autores de la presente nota enviaron a la presidenta de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo del Congreso Nacional, Diana Conti, una carta solicitando el rechazo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 1472/08, por el cual el Poder Ejecutivo dispone el pago cash al Club de París, empleando para ello las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Por Mario Cafiero, Ricardo Monner Sans y Francisco Javier Llorens


Las Reservas Internacionales (RRII) del BCRA de acuerdo al Estado Resumido de Activos y Pasivos al 7 de setiembre de 2008, son de $ 142.625 millones, o sea u$s 47.090 millones. A primer golpe de vista, pareciera que solo se estaría usando una fracción reducida de las reservas para atender un compromiso de deuda externa del Estado Nacional.

Esta impresión simplista o ingenua es avalada y reforzada por opiniones de especialistas entendidos o “gurúes” de la “city”. Y también por los grandes medios de comunicación, tanto especializados como masivos. Repiten así la conducta desplegada en el 2001, durante el cual engañaron a la comunidad y a la opinión pública en relación a la solvencia del Banco Central, del sistema financiero, y del Tesoro, hasta que estalló la peor crisis de nuestra historia. Ibamos alegremente hacia el llamado primer mundo, y de repente nos encontramos en el peor de los mundos.

Al comenzar aquel año catastrófico, se encomiaba al famoso “blindaje” y las enormes reservas del Banco Central y del Sistema Financiero, que trepaban líquidas a casi u$s 40 mil millones. Y al finalizar el año, no había una sola divisa disponible ni en el Banco Central, ni en los restantes bancos, cuyas reservas habían sido empapeladas con títulos de la deuda y el Tesoro, razón por la que se instauró el corralito que hizo desaparecer el circulante de la calle.

Hoy nuevamente de manera desaprensiva y cómplice se está instalado en la comunidad y en opinión pública la idea que tenemos un SOBRANTE en las reservas de divisas del BCRA. Y que por lo tanto es oportuno, necesario y conveniente usarlo para normalizar nuestra relación con los mercados financieros internacionales.

Pero si se hace un análisis con sentido común de los balances del BCRA, despojado de tecnicismos inútiles y engañosos, se pone en evidencia que las Reservas Internacionales (RRII) con las que cuenta actualmente son insuficientes para afrontar los compromisos YA contraídos, y aquellos que hoy es razonable e indispensable previsionar, en un contexto de crecientes dificultades económico financieras y desconfianza interna y externa.

Por lo tanto el BCRA se verá imposibilitado de cumplir su función primordial que de acuerdo a la legislación vigente, es la de preservar el valor de la moneda. La imposibilidad de cumplir su cometido es producto del delicado estado patrimonial y financiero del BCRA actual, que tras la crisis del 2001 se vio agravado por el pago cash efectuado al FMI, y ahora se verá sumamente agravado por la sangría de divisas destinada al pago cash al Club de París.

Nos quedará el consuelo de que no será la primera vez que a los argentinos nos habrán engañado. Todavía resuena en nuestra memoria aquello de los `80, “el que apuesta al dólar pierde”, o le “le hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”. O el “uno a uno” de los ‘90 y la enorme “fortaleza del sistema bancario con normas prudenciales Basilea Plus”, que sin embargo no impidieron que las reservas bancarias y de la convertibilidad se evaporaran en el año 2001, como si hubiesen sido de humo.

Pese al tiempo transcurrido, en nuestra morosa Justicia Federal todavía existen causas abiertas en relación a esto último, conocidas como la del “megacanje”, el “corralito”, etc. Ojala existiera valentía judicial para llevarlas adelante. Los argentinos podemos decir que quizás fuimos los precursores de una larga lista de estafas y engaños que no han acabado, y que por contrario hoy se han extendido globalmente sacudiendo también a los ciudadanos del primer mundo, que ven peligrar sus ahorros.

Por eso no es extraño que el experto en ingeniería del riesgo Nassim Nicholas Taleb -autor de uno de los best seller del momento- recomiende: “La base de mi pensamiento es que nunca hay que confiar en las predicciones de los economistas y los banqueros: siempre divagan, mienten, te encandilan con piedritas de colores. Y los economistas académicos son los peores”. También asevera: “Simplemente se trata de que, si uno sabe cuanto no sabe, va a tomar decisiones mucho mejores. Además, no hacer nada es muy superior a hacer algo estúpido.”

Y esta parece ser la situación en relación al DNU 1472 bajo tratamiento en esa comisión bicameral.

Las entrelíneas en los balances del BCRA

De acuerdo a la información que exponemos, que estamos en condiciones de ampliar pormenorizadamente, resultado de una investigación conjunta con Javier Llorens, podemos afirmar que al Parlamento se le están efectivamente vendiendo piedritas de colores.

En tal sentido resumidamente podemos decir que:

• Se muestra el brillo de las reservas brutas, pero nada se dice de la deuda externa, e interna en letras y pases pasivos, contraída para poder acumular ellas.

• Menos aún se habla de la dificultosa situación que tiene el BCRA para poder renovar la deuda en letras, que se estaría haciendo actualmente con operaciones calzadas a futuro en dólares, otorgando así nuevamente el BCRA seguros de cambio, de triste memoria para Argentina, al haber dado origen a la deuda fraudulenta que la agobia.

• Se esconde deuda del BCRA como operaciones de pases, librándose así en la práctica letras con plazo a uno y siete días, con una ausencia de horizonte peor que en los peores momentos del año 2002.

• Y peor aún, se estaría abultando indebidamente el Activo del BCRA, al computarse en él las letras propias del BCRA, a recuperar como contrapartida de las operaciones de pases (1), con lo cual se estaría falseando el Patrimonio Neto del BCRA. La normativa para esta singular forma de operación y contabilización de letras propias comenzó con la Comunicación A 4.143 dictada en mayo de 2004, cuando el presidente del BCRA era el ex ejecutivo del JP Morgan, Alfonso Prat Gay. Es de apuntar que este ex presidente de esa institución es el responsable de la no aprobación de los balances del BCRA de los años 2002 y 2003 por parte de los auditores externos, con los que se tapó el vaciamiento del BCRA y el sistema financiero en el año 2001.

• Pese lo expuesto, el Patrimonio Neto del BCRA muestra una sustancial caída, del orden del 40 % en los seis últimos meses. Pasó de $ 33.960 millones al 31 de Marzo pasado, a $20.310 millones al 31 de Agosto. Paralelamente la deuda del Tesoro para con el Banco aumentó en $12.600 millones, pasando de $96.087 a $ 108.692, trepando a 5,4 veces el Patrimonio Neto del BCRA, el ratio mas alto en los últimos cuatro años.

• Además durante los años 2006 y parte del 2007 el Tesoro habría colocado deuda por lo menos por cinco mil millones de dólares, tomando trianguladamente divisas de las reservas del BCRA, a través de los bancos Deutsche Bank, JP Morgan, Citibank y otros, que a su vez habrían recibido en depósito reservas del BCRA. No es casual que ahora los mismos bancos aparezcan encabezando la operación para reabrir el canje de deuda, otorgando un préstamo puente, que seguramente provendrá solapadamente de las reservas del BCRA.

Se nos muestran maquillados los números del BCRA, pero con inconsistencias aún más burdas que las mentiras de los indicadores del INDEC. Con el agravante que aquí no está en un juego unos puntos más o menos de inflación, sino la disponibilidad real y efectiva de divisas que son el respaldo de la masa monetaria que circula en el país, y da vida a nuestra economía.

Debemos advertir que si el Parlamento avalara la decisión del PEN, estaría poniendo en las manos de un reducido núcleo de bancos “la vida y la fortuna de los argentinos”, con las responsabilidades jurídicas y políticas que ello supone. No se trata de predicar la norma constitucional en torno a que un tema como este colocaría a quienes lo protagonicen en la categoría de infames traidores a la Patria, sino que nuestra convicción —más allá de la endeblez del Poder Judicial de la Nación— deberá, si corresponde, someter el tema a la pertinente decisión judicial. No creemos que el pueblo argentino este en condiciones de soportar nuevos fraudes impunemente.

Si se paga al Club de París, un puñado de grandes bancos extranjeros y de especuladores podrán —bajando o subiendo el pulgar a la renovación de sus acreencias en pases pasivos, LEBACS y NOBACS— controlar la política monetaria y la sustentabilidad del BCRA. Habremos así perdido en este terreno los pocos grados de soberanía de la que disponemos hasta este momento.

Cabe al respecto recordar los conceptos vertidos por PIO XI el siglo pasado en su encíclica “Quadragesimo año”, referida a la restauración del orden social en conformidad con la ley evangélica: “106. Poder omnímodo y despótica dominación es ejercido por aquellos que teniendo en sus manos el dinero, controlan las finanzas y señorean sobre el crédito, y por esta razón administran la sangre de la economía teniendo en sus manos diríase, el alma de la misma, de tal modo que nadie puede ni aun respirar contra su voluntad.”


(1) Si una empresa emite una letra o pagaré propio de 1.000 pesos y lo entrega en garantía para obtener un préstamo de dinero en efectivo, de ninguna manera podría contabilizar esa letra o pagaré en su activo , argumentando que lo va a recuperar al momento de su vencimiento. Sin embargo el BCRA sin ninguna explicación razonable contabiliza en su activo las letras (LEBACs) propias entregadas en operaciones de pases pasivos.

2 de septiembre de 2008

Honrar la deuda


Por Manolo Giménez

El anuncio de la presidenta Cristina Fernández sobre la cancelación de la deuda con el Club de París, instala un indicio demasiado notorio de la sumisión del gobierno argentino a los requerimientos del capital financiero trasnacional y sus corporaciones.

Es oportuno recordar que un día antes de manifestarse la protesta agropecuaria, en marzo pasado, el embajador francés Frédéric Baleine du Laurens había advertido severamente que, de no llegarse a un acuerdo por esta deuda, podría haber trabas para los créditos blandos destinados a nuestro país. Por ejemplo —especificó— el que se requiere para el primer tramo del imprescindible tren bala.

Con algo de ternura y menor dureza que el galo, Tom Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, le garantizó en persona a la propia Cristina que su gobierno respaldaría a la Argentina ante los miembros del Club.

Se trata de unos 6.700 millones de dólares, que se pagarán utilizando parte de las reservas de libre disponibilidad (concepto este discutible, por cierto) del Banco Central. "El anuncio trasunta y reafirma una vez más la voluntad de pago de Argentina de sus compromisos internacionales", fundamentó la presidenta.

No hacía falta tal demostración, pues desde 2003 se han pagado mas de 165 mil millones pesos en tal concepto. En otras palabras: el kirchnerismo es el mejor “honrador” de la deuda que ha tenido, en la Argentina, la rapiña financiera internacional.

Una deuda odiosa

Parece una calificación enojosa, pero no lo es. Se denomina “deuda odiosa” a la que se contrae desde el Estado sin ningún tipo de beneficio para su pueblo y, por lo tanto, éste último puede repudiarla legalmente. Tal figura del Derecho Internacional es la que permite que, actualmente, el protectorado norteamericano en Irak desconozca la deuda que reclaman algunos países de la Comunidad Europea.

La deuda argentina anterior a 1983 es odiosa como pocas. Hasta se presume, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial, que parte de la misma se destinó a los “gastos militares” del régimen criminal instaurado en 1976.

Una deuda ilícita

El 4 de abril de 1982 Alejandro Olmos hizo la presentación inicial ante la Justicia argentina. Dieciocho años más tarde, el 13 de julio de 2000, el juez Jorge Ballestero, a cargo del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Civil y Correccional Nro. 2 de la Capital Federal, dictó sentencia en la causa 14.467, dando la razón a las denuncias presentadas por Olmos; ratificando así el carácter ilegítimo y fraudulento de la deuda externa, en el período denunciado (de 1976 a 1983).

En el mismo fallo —sin precedentes en el mundo—, se establece la responsabilidad de los funcionarios que la contrajeron y la corresponsabilidad de los organismos internacionales, que aprobaron tales prestamos ilícitos y fraudulentos.

El magistrado lo remitió al Congreso, basado en el artículo 75 de la Constitución Nacional que le confiere al Poder Legislativo las decisiones en materia de empréstitos externos.

El empleo de dicho fallo de la justicia argentina por parte de los legisladores sería un ejercicio legítimo de soberanía, que le permitiría a nuestro país prescindir de tribunales internacionales, como el temido CIADI; que no es otra cosa que una dependencia del Banco Mundial.

Sin embargo, y pese a los argumentos que ameritan al menos una investigación de lo que se está pagando, no se escucha hasta el momento ninguna voz parlamentaria o de otro tipo en esta dirección.

París era una fiesta

Sí, en cambio, se escucharon reiteradas voces aprobatorias de la genuflexión presidencial.

El presidente de Fiat Argentina, Cristiano Ratazzi, dijo que "la Argentina vuelve a insertarse en el mundo". Clarín —que, al parecer, hace algunas semanas ha recuperado la credibilidad del “campo nacional y popular”— dijo algo parecido en la columna de Julio Blank. Mientras, la Coalición Cívica, el radicalismo y el PRO hicieron sólo objeciones de “tiempo y forma” a la declaración.
Francisco de Narváez, en cambio, apoyó enfáticamente. Y el vicepresidente Julio Cobos confirmó los límites de su acotadísima rebelión.

No hace falta aclarar, supongo, cuál es la opinión de los cortesanos y adulones al estilo de Luis D’Elía, Carlos Kunkel o Juan Cabandié.

Lo que viene

Es de suponer que una medida de este tipo no se adopta, solamente, para tener un tren de alta velocidad.

En los cuatro años que le restan a la gestión de Cristina Fernández, el Estado argentino debe pagar, en concepto de deuda, más de cincuenta mil millones de dólares.
Simultáneamente, la balanza comercial ha comenzado a mostrar signos de deterioro; lo cual hace imperiosa la gestión de nuevos prestamos con el BID, el Banco Mundial y el mismísimo Club de Paris, para afrontar un difícil escenario con agenda electoral inminente.

Pero junto con las arcas públicas, hay otras gargantas con sed. Con esta medida, es posible que se reinagure el festival de la valorización financiera en la economía argentina, a partir de la reapertura del crédito externo y el levantamiento del default. Ya que, como lo celebró Cobos, “la cancelación efectiva de la deuda permitirá el reingreso de la Argentina a los mercados de financiamiento internacionales".

Los protocolos con Marsans por la deuda de Aerolíneas y el episodio que nos ocupa, entre algunos otros, parecen indicar que el kirchnerismo ha comenzado a desprenderse de la "gestualidad populista" (pergeñada en el recetario de Ernesto Laclau), de sus primeros años, para asumir un neto giro hacia la llamada ortodoxia económica.

¿No será la hora de poner en marcha la construcción de un auténtico proyecto nacional?

20 de julio de 2008

¿Cayó la ficha?


Por Manolo Giménez

Este domingo 20 de julio, a través de una nota de Horacio Verbitsky en Página 12 —luego resumida en un despacho de la agencia oficial Télam—, se informó que el Gobierno Nacional por fin reconoció la formidable estafa que los grandes exportadores de granos intentaron llevar a cabo contra el pueblo argentino. Y hasta estaría dispuesto a investigarla por recomendación de la Oficina de Control Comercial Agropecuario (ONCCA).

Por supuesto que, en ningún momento, se desliza alusión alguna a la responsabilidad del Poder Ejecutivo y del oficialismo parlamentario en la cuestión. O la indiscutible funcionalidad que a tal maniobra prestaba la derogada resolución 125.

Todos los oligarcas son iguales

No ocurre lo mismo con un tal René Horacio Ducret, a quien se le dedican varias líneas incriminatorias en la nota de Página 12 y Télam por ser el vicepresidente de Luis Ducret & Cía SA, empresa que registra 3 mil toneladas, entre maíz y girasol.

Cifra que contrasta, por ejemplo, con las presentadas por Cargill que figura declarando, sin tenerlas ni haberlas adquirido, 4 millones de toneladas de soja y 22.500 de girasol; 25 mil toneladas de maíz, 120 mil de aceite de girasol y 436 mil de aceite de soja.

O por la Aceitera General Deheza, la empresa del senador Roberto Urquía, que declara en las mismas condiciones, 54.500 toneladas de girasol, 11.000 de aceite de girasol, 381.000 de aceite de soja y 1.325.000 de harina de soja

El protagonismo que se le otorga a Ducret en la denuncia responde a su condición de presidente de la Sociedad Rural de Baradero (sí, de Baradero) y de haber participado de la protesta rural.

Un perro guardián

Aunque sin adjetivar demasiado, Horacio Verbitsky alude al régimen legal que le permitió a las corporaciones congelar el precio y la alícuota al día del registro y a la resolución de la Secretaría de Agricultura, que les otorgó un plazo de 365 días para concretar la operación con los valores congelados.

También a que en los primeros días de noviembre de 2007 se registraron 26,5 millones de toneladas, congelando así la alícuota vigente del 27,5 por ciento. Apenas días antes del aumento de dicha alícuota al 35 por ciento.

Frente a todas estas pruebas de connivencia entre las corporaciones y el Gobierno, Verbitsky ensaya una disimulada defensa, por momentos infantil. Como cuando dice que las corporaciones ejecutaron la maniobra ya no de acuerdo con las autoridades del área o por infidencia delictiva de algún funcionario, sino porque “desde el 1º de noviembre de 2007 versiones de prensa dejaron saber que las retenciones se aumentarían del 27 al 35 por ciento” (SIC).

O desde el puro sofisma, afirmando que, en el primer mes del conflicto, el Gobierno intentó reformar la ley de Granos —que exceptúa a los granos y sus subproductos de pagar al nivel y al precio del día de la exportación— pero la reforma “quedó postergada por la dinámica de los acontecimientos”.

Yo diría que si algo justificaba enviar esta reforma al Congreso era, precisamente, “la dinámica de los acontecimientos”. Por otro lado, que durante los últimos cuatro años hubo más de una oportunidad para modificar desde la ley y aún el inconstitucional Código Aduanero.

También alude a la reglamentación de la ley 26.351 —o ley Martínez Raymonda que aplica retenciones retroactivas a aquellos operadores que no puedan demostrar ventas calzadas con compras de granos y subproductos— y la asignación del control de las declaraciones juradas a la ONCAA.

En este sentido, Verbitsky destaca que Ricardo Echegaray al asumir como presidente de ONCCA redujo el plazo para concretar las exportaciones de 365 a 45 días y comenzó una investigación.

Preguntas ausentes

Si se conocía desde principios de noviembre, por los medios de difusión, el inminente aumento de las alícuotas ¿por qué la Secretaría mantuvo abiertos los registros de las DJVE y permitió que se inscribiera en esos mismos días nada menos que 26,5 millones de toneladas?

Si en abril de este año se relevó a la Secretaría del control de las DJVE y se había iniciado una investigación por parte de la ONCAA, ¿por qué la insistencia en mantener la 125 que le permitía a los “sospechosos” comprar con los descuentos de las retenciones móviles?

¿Por qué el bloque oficialista de Senadores aprobó el 12 de marzo de este año, a horas del lanzamiento de la 125, la ley 26.359, más conocida como “Ley Urquía”?

Aclaremos que esta ley autorizó la creación de una aduana con asiento en la ciudad de General Deheza, departamento de Juárez Celman, en Córdoba, donde el senador Roberto Urquía tiene su empresa exportadora de granos (AGD), con puerto propio. Desde la cual, dicho sea de paso, se podían tramitar las declaraciones juradas.

¿Por qué se mantuvo en su puesto al secretario Javier De Urquiza? Vale la pena señalar que dicho funcionario sostuvo al predecesor de Echegaray en la ONCAA, Javier Portillo, responsable de los pagos irregulares por subsidios a empresa aceiteras. Imagine el lector cuál fue la más favorecida.

¿Por qué se rechazó, por parte del oficialismo, la creación de una Comisión Investigadora en el Congreso tal como lo reclamó la oposición?

¿Por qué se tardó cuatro meses en reglamentar la correctiva ley 26.351, cuando ya se sospechaba de las DJVE y se conocían los colosales aumentos de los precios internacionales de granos?

Criterios y preferencias

También en su nota, Verbitsky menciona que dos senadores oficialistas “prepararon un informe sobre varios de sus colegas a los que vinculan con el cultivo e industrialización de la soja, lo que afectaría su independencia de criterio”.

¿Se olvidó el autor de “Robo para la corona” de mencionar la marcada preferencia que tenía la presidenta Cristina Fernández por Urquía, a quien calificaba como “un ejemplo de la burguesía nacional”?

Es oportuno señalar que dicho empresario resultó electo diputado nacional de Córdoba en 2007 por el Fente para la Victoria. En aquel momento la presidenta le pidió que renuncie a su banca y se quede en la Cámara Alta al frente de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda, a pesar de ser el titular de una de las corporaciones más concentradas de la Argentina.

Lo que permitía sostener una cierta sospecha sobre su —digámoslo en tono kirchnerista— “independencia de criterio”.