2 de septiembre de 2008

Honrar la deuda


Por Manolo Giménez

El anuncio de la presidenta Cristina Fernández sobre la cancelación de la deuda con el Club de París, instala un indicio demasiado notorio de la sumisión del gobierno argentino a los requerimientos del capital financiero trasnacional y sus corporaciones.

Es oportuno recordar que un día antes de manifestarse la protesta agropecuaria, en marzo pasado, el embajador francés Frédéric Baleine du Laurens había advertido severamente que, de no llegarse a un acuerdo por esta deuda, podría haber trabas para los créditos blandos destinados a nuestro país. Por ejemplo —especificó— el que se requiere para el primer tramo del imprescindible tren bala.

Con algo de ternura y menor dureza que el galo, Tom Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, le garantizó en persona a la propia Cristina que su gobierno respaldaría a la Argentina ante los miembros del Club.

Se trata de unos 6.700 millones de dólares, que se pagarán utilizando parte de las reservas de libre disponibilidad (concepto este discutible, por cierto) del Banco Central. "El anuncio trasunta y reafirma una vez más la voluntad de pago de Argentina de sus compromisos internacionales", fundamentó la presidenta.

No hacía falta tal demostración, pues desde 2003 se han pagado mas de 165 mil millones pesos en tal concepto. En otras palabras: el kirchnerismo es el mejor “honrador” de la deuda que ha tenido, en la Argentina, la rapiña financiera internacional.

Una deuda odiosa

Parece una calificación enojosa, pero no lo es. Se denomina “deuda odiosa” a la que se contrae desde el Estado sin ningún tipo de beneficio para su pueblo y, por lo tanto, éste último puede repudiarla legalmente. Tal figura del Derecho Internacional es la que permite que, actualmente, el protectorado norteamericano en Irak desconozca la deuda que reclaman algunos países de la Comunidad Europea.

La deuda argentina anterior a 1983 es odiosa como pocas. Hasta se presume, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial, que parte de la misma se destinó a los “gastos militares” del régimen criminal instaurado en 1976.

Una deuda ilícita

El 4 de abril de 1982 Alejandro Olmos hizo la presentación inicial ante la Justicia argentina. Dieciocho años más tarde, el 13 de julio de 2000, el juez Jorge Ballestero, a cargo del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Civil y Correccional Nro. 2 de la Capital Federal, dictó sentencia en la causa 14.467, dando la razón a las denuncias presentadas por Olmos; ratificando así el carácter ilegítimo y fraudulento de la deuda externa, en el período denunciado (de 1976 a 1983).

En el mismo fallo —sin precedentes en el mundo—, se establece la responsabilidad de los funcionarios que la contrajeron y la corresponsabilidad de los organismos internacionales, que aprobaron tales prestamos ilícitos y fraudulentos.

El magistrado lo remitió al Congreso, basado en el artículo 75 de la Constitución Nacional que le confiere al Poder Legislativo las decisiones en materia de empréstitos externos.

El empleo de dicho fallo de la justicia argentina por parte de los legisladores sería un ejercicio legítimo de soberanía, que le permitiría a nuestro país prescindir de tribunales internacionales, como el temido CIADI; que no es otra cosa que una dependencia del Banco Mundial.

Sin embargo, y pese a los argumentos que ameritan al menos una investigación de lo que se está pagando, no se escucha hasta el momento ninguna voz parlamentaria o de otro tipo en esta dirección.

París era una fiesta

Sí, en cambio, se escucharon reiteradas voces aprobatorias de la genuflexión presidencial.

El presidente de Fiat Argentina, Cristiano Ratazzi, dijo que "la Argentina vuelve a insertarse en el mundo". Clarín —que, al parecer, hace algunas semanas ha recuperado la credibilidad del “campo nacional y popular”— dijo algo parecido en la columna de Julio Blank. Mientras, la Coalición Cívica, el radicalismo y el PRO hicieron sólo objeciones de “tiempo y forma” a la declaración.
Francisco de Narváez, en cambio, apoyó enfáticamente. Y el vicepresidente Julio Cobos confirmó los límites de su acotadísima rebelión.

No hace falta aclarar, supongo, cuál es la opinión de los cortesanos y adulones al estilo de Luis D’Elía, Carlos Kunkel o Juan Cabandié.

Lo que viene

Es de suponer que una medida de este tipo no se adopta, solamente, para tener un tren de alta velocidad.

En los cuatro años que le restan a la gestión de Cristina Fernández, el Estado argentino debe pagar, en concepto de deuda, más de cincuenta mil millones de dólares.
Simultáneamente, la balanza comercial ha comenzado a mostrar signos de deterioro; lo cual hace imperiosa la gestión de nuevos prestamos con el BID, el Banco Mundial y el mismísimo Club de Paris, para afrontar un difícil escenario con agenda electoral inminente.

Pero junto con las arcas públicas, hay otras gargantas con sed. Con esta medida, es posible que se reinagure el festival de la valorización financiera en la economía argentina, a partir de la reapertura del crédito externo y el levantamiento del default. Ya que, como lo celebró Cobos, “la cancelación efectiva de la deuda permitirá el reingreso de la Argentina a los mercados de financiamiento internacionales".

Los protocolos con Marsans por la deuda de Aerolíneas y el episodio que nos ocupa, entre algunos otros, parecen indicar que el kirchnerismo ha comenzado a desprenderse de la "gestualidad populista" (pergeñada en el recetario de Ernesto Laclau), de sus primeros años, para asumir un neto giro hacia la llamada ortodoxia económica.

¿No será la hora de poner en marcha la construcción de un auténtico proyecto nacional?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tenia convicciones pero me regalaron una Ferrari

Hoy leí tu nota y los comentarios de los anónimos héroes de la fidelidad a los principios que se dejaron en los setenta, da mucha gracia ver como se plantea la coherencia de haber estado siempre del mismo lado dibujando un camino imperturbable pos los caminos de vaya a saber que principios, los de la renovación alfosinista de cafiero, los de la UCD menemista de Alzogaray. O los Kicneristas de los derechos humanos?-

Cuando uno lee comentarios como estos de personajes que seguramente se han quedado siempre al calorcito de la fogata en la que se cocino la deuda que le pagamos al club de Paris.- Ahí sabe que el camino es en el desierto y que los estupidos hombres que solo pueden mendigar para vivir, solo se van a quedar en el oasis y no van a decidir atravesar este desierto.-

Así opinar que el ingreso al mundo, los mercados de capitales, la exacción de los grupos que depredan la nación latinoamericana es motivo suficiente para ser denostado.- Como si la historia hubiera mostrado que eso trajo otra realidad a la argentina y a los países hermanos.-

Para no dar mas importancia a esto vamos a ver que decimos cuando los gerentes de los grupos económicos se lleven puesto otro momento de crecimiento de la argentina.-

Siempre pensamos…. y si esto no es coherencia la Ferrari quien la tiene? …que el problema no estar fuera del mundo sino que, el producto de la riqueza argentina esta afuera, esta justamente en ese mundo que nunca ha estado ni estará abierto para el pueblo argentino, que el problema es la ley de libre disponibilidad de la divisa, la ley de entidades financieras, todas cocinadas en la coherencia del procedo de reorganización nacional en el que entramos en el setenta y seis y que con coherencia todos los gobiernos han cuidado con coherencia incuestionable.- Por otra parte si estar acompañado tiene el costo de firmar a libro cerrado la muerte, bueno será quedarse solo por lo menos un tiempo.-

Un abrazo y a caminar que el camino es en el desierto

Anónimo dijo...

Cada vez más claro
ESTE GOBIERNO ES DE LOS MONOPOLIOS

El cuadro se pinta solo. La presidenta anuncia el pago de 6.700 millones de dólares al Club de París y los popes de la industria, la banca, el comercio y los servicios descorchan y festejan la decisión. Suben las bolsas, los bonos, la Argentina vuelve a ser confiable según declaran los políticos oficialistas y opositores. Si hasta el “rebelde” Cobos aplaude la medida.

Si algo faltaba para mostrar la verdadera cara al gobierno de los monopolios, era esta decisión a la medida de los intereses de la burguesía monopolista, previa intervención directa del gobierno de los Estados Unidos. De un plumazo, una impresionante cantidad de plata en efectivo va a parar a manos de acreedores de una deuda que, se sabe, es fraudulenta e ilegítima, al mismo tiempo que, por ejemplo, los docentes y los trabajadores de la salud reclaman aumentos para sus salarios de miseria y mejores condiciones para la educación y la atención sanitaria. ESTA ES LA VERDADERA DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA QUE LLEVA ADELANTE EL GOBIERNO DE LOS MONOPOLIOS.

Nada es para extrañarse. Ya sabemos que de ellos solamente se puede esperar esto. Pero están equivocados si se creen realmente que el pueblo va a resignarse y a creerse la catarata de frases hechas para justificar lo injustificable. De frases y promesas incumplidas sabe bastante el pueblo argentino. Sabemos que la millonada de dólares que se ha pagado va a salir del bolsillo de los argentinos que trabajamos y no de los bolsillos de los monopolios.

No debemos darles tregua. La lucha va a seguir y ahora con más decisión que antes porque, cada vez más claramente, son ellos o nosotros. Son sus intereses y sus negocios o los intereses de las grandes mayorías. Hay que redoblar la lucha por el salario, las condiciones de trabajo, la educación y la salud y todos los reclamos que son derechos del pueblo. El único idioma que escuchan y entienden es el de la lucha y la movilización autoconvocada; y en ese camino seguiremos construyendo las organizaciones del pueblo, cada vez más masivas, cada vez mejores, cada vez más indestructibles.

Mientras los monopolios y todos sus sirvientes siguen mostrando la hilacha, la lucha y la rebelión que se viene nos hace cada día más dignos.

LOS MONOPOLIOS TIENEN GOBIERNO

EL PUEBLO TIENE LA AUTOCONVOCATORIA