28 de agosto de 2007

Farruco Sesto: “Todos nos dedicamos a la política”


Por León Repetur

Les comentaba en la nota anterior, relacionada con mi viaje a Venezuela, que el Ministro de Cultura, Farruco Sesto, sintetizaba lo que estaba ocurriendo en este país. Desde su visión, Venezuela está produciendo cambios que empezarán a incidir en las políticas de otros países de América.
En el marco de un reportaje muy extenso realizado por Ocean Sur, he extraído una sola pregunta que sirve para seguir nuestra línea de análisis acerca de la política y de su práctica.


Ocean Sur: - El Dr. Armando Hart, intelectual, filósofo y sobre todo revolucionario cubano, ha planteado una tesis sobre “ La cultura de hacer política” reflejada en la historia de la Isla, en la historia de Cuba. En Venezuela, la impronta de Hugo Chávez ha modificado la política tradicional. A nuestro modo de ver, con su energía dicta una nueva “cultura de hacer política” matizada por referencias históricas, comentarios de libros, promoviendo la cultura en sus discursos. También dicta en la praxis nuevas formas y caminos de comunicación social en los programas “Aló Presidente”, que es parte de la cultura. Usted encabeza el colectivo que traza y ejecuta la política cultural de Venezuela hoy en día, pero además es un intelectual en sí mismo. ¿Qué reflexiones pudiera hacer sobre esta “cultura de hacer política” hoy en Venezuela?”

Farruco: - Lo primero que podríamos estar observando es que la figura del político profesional está desapareciendo. La propia Constitución dice que ésta debe ser una democracia participativa, entonces la política ya no es, o no debiera ser, algo de profesionales, de especialistas. Puede ser que todavía perviva en algún caso esa figura del político profesional, incluso en el campo de las fuerzas progresistas, porque hay gente que vive de la política y que tal vez algún partido lo financia, pero el pueblo está asumiendo el hacer política, incluso lo está asumiendo con muchísima fuerza. Es más, la figura del político profesional hasta se empieza a ver mal, se empieza a ver como algo del pasado. Eso es un cambio, creo yo, muy importante porque antes la palabra política era una palabra mal vista, los políticos eran mal vistos, con desconfianza. Ahora todos nos dedicamos a la política, ella es parte de la tarea de todos y eso es un cambio de óptica muy importante.
Lo otro es que Chávez, en lo personal, está dando permanentemente una lección de frescura, de decir las cosas cuando hay que decirlas, de no callarse nada. El va abriendo ventanas, no permite que haya territorios en la oscuridad o en la penumbra, asuntos públicos que se escondan detrás de unas puertas, asuntos misteriosos. Ahora todos los grandes temas económicos, sociales, políticos se abren y la gente se mete, pues si no lo hiciera no tendría forma de hacer política.
Chávez, en esas seis o siete horas del “Alo Presidente”, más las intervenciones que hace a lo largo de la semana, que son muchas, toca todos los temas, los va haciendo cotidianos. Y yo por ejemplo, que sé poco de economía, más o menos voy captando por donde va la cosa del petróleo, por donde van las cosas de las finanzas, pero así como uno que es un profesional lo va captando, igual lo hace un campesino, un taxista, cualquiera; yo lo veo con mis choferes, con los muchachos que me escoltan, ellos me comentan, comentamos en el carro las cosas de la política, de la economía , de la revolución. Todo el mundo se mete sin miedo en todas las cosas, sin misterios. Claro que eso no lo inventó Chávez, es una condición de los líderes revolucionarios en funciones de gobierno. Pero Chávez lo aplica de manera muy intensa, magistral. Fidel también es un maestro en eso, ha sido el maestro de Chávez también, en eso de dialogar con un pueblo acerca de las grandes estrategias y también de los detalles. Ahora en Venezuela eso que hace Chávez, ya lo hace mucha gente, ya los líderes lo hacen en los distintos niveles, ya no hay líderes que anden solos, los ministros ya son distintos, los alcaldes son distintos, los gobernadores son distintos, los que tienen responsabilidades públicas dialogan permanentemente sobre los temas que tienen entre las manos.
Tal vez consiga por allí a alguien que todavía conserve una distancia como caso raro, pero en términos generales uno podría decir que quienes tiene responsabilidades de liderazgo, están muy en contacto con el pueblo y eso ya es una transformación decisiva en la cultura política. Y no sólo para llevar, para informar, para decir, sino también para escuchar y para aprender y para diseñar las políticas, recogiendo lo que de abajo

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