7 de abril de 2007

Dimensiones


por Sergio Crescini

¿Dónde está ubicado el lugar de la muerte?
¿Dónde la justificación para tomar una vida?
¿Dónde el espacio que permita decidir quién muere?

Un camino, un camino tomado, un proyectil que golpea la dignidad.

Hace sólo seis años la gobernabilidad en la Argentina estalló por los aires. Muertes, reclamos, mas muertes. El robo y la imposibilidad de una sociedad de darse un sistema que contenga; que proteja; que incorpore a las mayorías.
Todo se veía como un horizonte tan lejano que, en medio del hartazgo y casi compulsivamente, grandes sectores de la sociedad salieron de la impersonal vida individual para convertirse en un sujeto que estaba decidido a cambiar, a exigir, a reclamar.

¿Cuál es el sitio donde se ubicó el cambio? ¿Dónde se situó el hartazgo? ¿Cómo se articula el reclamo?

¿Existe un sector que, en forma articulada, ha comenzado a generar tensiones al interior de la sociedad, suba de precios, desabastecimiento, desestabilización?
Si es así, ¿donde se encuentra?; ¿cuál es su interés?
Tengo un sinnúmero de preguntas respecto a lo que ocurre cotidianamente. Tengo una sola certeza: nada justifica la muerte.

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