23 de junio de 2008

LA GRAN ESTAFA


Por Alberto Alberti

A partir de la carta de Mario Cafiero dirigida a la Presidenta (anteriormente publicada en este blog) y de artículos de nuestra autoría relacionados al conflicto por la retenciones y también publicadas por el MRP 4, intentaremos —mediante una serie de notas— desarrollar, punto por punto, la interpretación global de todos los datos en los que se encierra lo que consideramos “la gran estafa Gobierno Nacional/Cerealeras”.

Denominamos a tal proceso de este modo puesto que —como se verá— el conjunto de medidas sectoriales adoptadas desde 2007 hasta la actualidad, han significado una transferencia de divisas multimillonaria de los productores agropecuarios y el Estado hacia las grandes cerealeras exportadoras que operan en el ámbito económico argentino.

En este marco, vale la pena adelantar que los últimos datos confirmados indican que la liquidación por retenciones a la exportación no permitirá en absoluto la creación del Fondo de Redistribución Social, dado que la alícuota que afecta a las exportaciones no superará el 22%, por lo menos en lo que concierne al año en curso.

Pero vamos por partes.

La libreta del almacenero

FOB: Abreviatura empleada en el comercio para indicar la locución inglesa free on board (franco a bordo) de uso universal y que significa que la mercancía es puesta a bordo por el expedidor, libre de todo gasto, siendo de cuenta del destinatario los fletes, aduanas, etc.
(Diccionario Económico – Manuel Serra Moret)

En la nota que publicamos en este blog el pasado 8 de mayo, señalábamos el uso discrecional del Art. 737 del Código Aduanero, por parte de los oligopolios exportadores.

Decíamos allí que, al tributar al Estado, los exportadores interpretan que el valor FOB de la tonelada de soja ya contiene el importe de la retención. Sin embargo, los mismas exportadores le compran al productor con un descuento sobre este valor.

Supongamos, por ejemplo, que la tonelada de soja vale 500 dólares (valor FOB). El exportador le compra por ese valor al productor y le descuenta un 35% (supongamos que ésta es la alícuota vigente) que supuestamente deberá pagar en la aduana, en concepto de retención a sus exportaciones:

500 — 35%

es decir:

500 — 175 = 325 dólares por tonelada

El exportador está habilitado por el Código Aduanero a rendir cuentas en la Aduana partiendo de que las retenciones están contenidas dentro de los 500 dólares por tonelada.

De ese modo, para deducir lo que debe pagarle al Estado hace la siguiente cuenta:

500 / 1,35

es decir quitarle el 35% a 500 y así deducir la base imponible:

500 / 1.35 = 370,37

y para saber lo que debe pagar:

370,37 x 35% = 129.63 dólares (370,37 + 129,63 = 500 dólares)

En síntesis: el exportador le descuenta al productor el Derecho de Exportación vigente y liquida a la Aduana el Derecho de Exportación (DE) congelado mediante la DJVE. Entonces, al vender y liquidar las retenciones obtiene 370,37 dólares, quedándose con una diferencia de 45,37 dólares. Es decir, el 9,46%.

Si con retenciones del 35% y con un valor de 500 dólares la tonelada de soja, el exportador obtenía una ganancia neta del 9,1% o dicho de otra forma pagaba retenciones del 25,9%; a medida que subieran las retenciones, mayores ganancias obtendría.

Por ejemplo: con retenciones del 44%, ganaría 13,45%, es decir que pagaría retenciones del 30,55%

Esta maniobra significa una formidable evasión impositiva por parte de las exportadoras. En la investigación llevada a cabo por Mario Cafiero y Javier Llorens se señala que "desde el 1 de enero de 2007 a la fecha, en 35.096 Permisos de Embarque hemos detectado que la Base Imponible sobre la que se calculan los derechos de Exportación es inferior al Valor FOB. Asimismo (...) hemos encontrado 6.434 Permisos donde la Base Imponible es el valor FAS (Free Alongside Ship) y no el valor FOB. Por esta diferencia entre el valor FOB y la base imponible disminuida estimamos una pérdida de ingresos adicionales de U$S 283.117.926 para el período del 1 de enero al 11 de noviembre de 2007".

Juramento sospechoso

El Código Aduanero Argentino fue instaurado por la ley N° 22.415 del 2 de marzo de 1981 en uso de las atribuciones conferidas por el articulo 5° del Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional. Sus principales artículos no han sido modificados desde entonces. (www.infoleg.gov.ar).

Durante el año 2007, la alícuota de las retenciones era del 27.5%. El 9 de noviembre se publica la resolución 369/07 del Poder Ejecutivo, por la cual se establece que las retenciones ascenderán al 35%.

Cafiero y Llorens, en el punto sobre las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) —emitidas por las exportadoras—, encuentra que las mismas han declarado un acumulado desde el 3 de setiembre al 6 de noviembre de 2007 de 23.008.319 de toneladas.

En otras palabras: la mitad de una cosecha anual de soja en la Argentina. Una cifra, al menos, sospechosa.

¿Cómo pudo llevarse esto a cabo?

Gracias al sistema de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior, permitido por el Código Aduanero, las multinacionales cerealeras tienen el privilegio de presentar —antes de embarcar las toneladas de granos que habrán de exportarse— declaraciones juradas que congelan la alícuota de retención y el valor FOB declarado.

Asimismo, las DJVE constituyen el único dato que maneja el Estado Argentino sobre lo que se exporta a través de sus Aduanas.

Cronología de una estafa

Merced a este sistema, las exportadoras, en las semanas anteriores al 9 de noviembre de 2007, pudieron declarar cifras extraordinarias de soja comprada para exportar.

Dicho de otro modo, desde el 3 de setiembre al 6 de noviembre de 2007 las exportadoras declaran un stock de granos (23.008.319 de toneladas de soja) que aún no han comprado.

Sugestivamente, durante los días 7, 8 y 9 de noviembre las exportadoras no declaran compra alguna de granos.

El 9 de noviembre se dicta la resolución 369/07, por la cual las retenciones se aumentan (la alícuota del poroto pasó del 27,5% al 35%, mientras que el aceite de soja ascendió del 24,0% al 32,0%). Claro que tal incremento, como era de esperar, no podía aplicarse retroactivamente.

Con lo cual puede pensarse en dos posibilidades: o las corporaciones poseen una envidiable intuición o manejan información oficial por adelantado.

Entre los meses de noviembre de 2007 y marzo de 2008, las exportadoras compran granos para completar el stock declarado y lo hacen cobrándole a los productores la nueva alícuota vigente del 35%, pese a que gracias a las DJVE aprobadas sus obligaciones se habían deducido del anterior 27,5%.

El 16 de enero de 2008 comienza a regir la Ley 26.351, que aplica retenciones —ahora sí— retroactivas a aquellos operadores que no puedan demostrar ventas calzadas con compras de granos y subproductos. (Claro que, con el decreto 764/08 reglamentario de dicha ley se determinó que dicha retroactividad se aplicará solo con posterioridad al 9 de noviembre).

Pero ocurrió algo que puso un toque de dramatismo al prolijo guión del negocio. La abrupta suba internacional de precios en el mercado de granos pone a los exportadores en la obligación de salir a comprar por precios muy superiores a los declarados.

La oportuna resolución 125/08 anunciada por el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, el 11 de marzo pasado les va a permitir, por medio del sistema de retenciones móviles, mantener a raya los precios internos, recuperando los montos sobre los que se aprobaron las DJVE y evitando lo que hubiese sido una notable merma en las ganancias previstas por las corporaciones.

Como señala el propio Mario Cafiero, con las alícuotas congeladas más las retenciones móviles, los oligopolios obtienen 100 dólares por tonelada de granos, cuando lo usual es dos dólares por tonelada.

Repasando:

• Las dos resoluciones dictadas por el Poder Ejecutivo (369/07 y 125/08) eran conocidas por las exportadoras tiempo antes de su emisión; lo cual permite suponer la filtración de información entre el Poder Ejecutivo y las empresas agroexportadoras.

• En caso de levantarse la protesta de las entidades rurales, los oligopolios exportadores van a poder comprar granos deduciendo retenciones de acuerdo a la resolución 125/08. Pero van a poder exportar tributando al Estado un gravamen aproximado de sólo el 22%. A esto se suma la ganancia por la tergiversación del Código Aduanero anteriormente mencionada.

• El Estado Nacional por lo pronto no recaudará retenciones mayores al 35% — hoy correspondería un 46,3%, según los valores actuales de la soja— y por lo tanto no podrá destinarse la diferencia de dinero entre la resolución 369 y 125 para el Fondo de Redistribución Social (decreto 904/08), ya que ese dinero, por el momento, no existe.

Confirmando esta sospecha, en la investigación Cafiero/Llorens se consigna que "los 1.479 permisos de embarque correspondientes al complejo soja autorizados desde el 13 de marzo de 2008 a la fecha, totalizaron U$S 2.511.182.751 de valor FOB, habiéndose liquidado por ellos U$S 573.785.762 de Derechos de Exportación, lo que equivale solo a un 22% sobre el valor FOB".

2 comentarios:

Hector dijo...

Don Alberti:
Va Ud. muy bien, igual que Cafiero.
Según leí por ahí, en una de las reuniones con las entidades agrícolas, el gobierno habría propuesto una lista cerrada de exportadores. Si así fue, la propuesta ratificaria las razones del dictado de la resolucion 125 y confirmaría la ilícita asociación entre las exportadoras y al menos una parte de los funcionarios con el fin de desplumar a chacareros y tambien, porque no, ¡pooles de siembra!
Le agradecería lo investigue y nos informe.
Atentamente

Anónimo dijo...

Estimados:
A esta altura de la historia, pensar que la "avivada" de los monopolios exportadores de soja es resultante de una "fuga de información" es de una INGANUIDAD BOCHORNOSA casi de lesa humanidad diría yo.
Igual los felicito, es muy ejemplificador el desarrollo del tema.
Les adjunto un articulo bastante interesante tambien sobre el tema.
Retenciones:
OTRO SAQUEO DE LOS MONOPOLIOS
Con las rutas colmadas de pueblos enteros autoconvocados, levantados y movilizados, salieron a decir que el aumento imprevisto de las retenciones era para evitar que la oligarquía siga creciendo y para frenar la sojización. Se acordaron tarde, porque hace muchos años que el modelo mono sojero que viene arrasando tierras y pueblos, fue impulsado desde las entrañas mismas del partido del gobierno.
La salida de la Convertibilidad negociada entre la alta burguesía para salvar el pellejo a los bancos y garantizarles a los grandes grupos exportadores un dólar 3 a 1, vino de la mano de Duhalde y de su continuador K. Así que este plan que atacan en los discursos, salió del riñón mismo del Estado monopólico y sus gestores Duhalde, Kirchner, Lavagna (asesor de Techint) y demás administradores de turno. Hoy, Argentina es el 3er. productor mundial y el 1er. exportador de aceite de soja; 2º productor mundial y el 1er. exportador de aceite de girasol; 2° exportador de maíz a nivel mundial. Y los sectores vinculados a estos grandes negocios, no se quejan de las retenciones.
LAS RETENCIONES
LES HACEN COSQUILLAS
La población desconfía (sabiamente en base a su experiencia) cuando se llenan la boca de pobres, de desnutrición, y de construcción de escuelas y caminos, y cuando invocan el pasado golpista y oligárquico para intentar dividir lo que está amalgamado en la lucha por abajo.
Después sacaron el peronismo nostálgico debajo de la alfombra, muecas izquierdistas de los 70, resistencias pasadas y cantitos de "huevo-huevo" en los lánguidos actos en la plaza, pero en concreto el gobierno burgués sigue beneficiando a los oligopolios de la producción y explotación.
Con el manotazo fiscalista de las retenciones, el gobierno se metió de lleno en profundizar los intereses burgueses mas concentrados, justamente para defender y garantizar las ganancias y privilegios de los exportadores, a los que les hacen cosquillas las retenciones, ya que ellos escupen hacia abajo de la cadena productiva bajando los precios que pagan por las materias primas, por el transporte, etc.
Es decir que los que se perjudican con los aumentos son los productores, porque los acopiadores, los comercializadores internacionales ponen los precios en consonancia con los mercados financieros de Chicago, Europa, etc. Por el lado de los grandes pooles de siembra - también criticados en los discursos gubernamentales-, constituidos con capitales bancarios, financieros de las grandes empresas, operan como fondos fiduciarios y no tributan impuesto a las ganancias porque su producido se considera renta financiera. Igual que las mineras y las petroleras, gozan de beneficios impositivos incalculables que no recibe la gran mayoría de la población.
Como dice un productor cordobés: "En los años ´70 había 600 mil productores, hoy hay 300 mil porque en los años ´90 se fundieron un montón. El mismo Gobierno dice que de 80 mil productores de soja hay sólo dos mil muy grandes. ¿por qué no apunta a ellos?… La bronca es porque aunque en los discursos digan otra cosa, en los hechos están comprometiendo a los chicos y medianos para terminar beneficiando sólo a los grandes, y vamos así hacia una agricultura cada vez más concentrada".
Por eso estas medidas de tinte populista -es decir, de apariencia popular y contenido burgués- , pegan de lleno a los que realmente están metidos en la producción, el comer-cio y el trabajo interno. Por ejemplo, el golpe mayor lo recibieron los trabajadores, con las 5.000 suspensiones en los frigoríficos, los despidos y vacaciones anticipadas en las fábricas de maquinarias, los camioneros, etc.
Mientras tanto, los pulpos continuaban haciendo sus negocios.

CADENA NACIONAL DE MENTIRAS
Lo cierto es que a las transnacionales acopiadoras y exportadoras no les afecta el aumento de las retenciones, y son los mismos grupos los que durante el conflicto de tres meses de los pequeños y medianos productores, siguieron produciendo y exportando.
Parece ser que al igual que pasó con el Corralito financiero, alguien corrió la voz y avispó a los grandes grupos exportadores que se venía un aumento en las retenciones. El gobierno podría haber cerrado anticipadamente la inscripción de exportaciones para evitar que hicieran los trámites y vendieran con el anterior porcentaje del 35%. Pero el gobierno los dejo hacer. Se calcula que la diferencia que hicieron los monopolios vendiendo con la anterior retención asciende al menos a los 1.600 millones de dólares.
Con el Estado a su servicio, gracias a un beneficio otorgado por Kirchner (el esposo), durante el paro agrario los monopolios sojeros trajeron soja paraguaya, bajándolas con las barcazas por la hidrovía del Paraná, hasta los puertos que hay entre Puerto General San Martín y Arroyo Seco. Las comercializadoras de granos locales están autorizadas a comprar a Paraguay y sacarlo hacia Europa y Asia por nuestros puertos, obteniendo así mayores ganancias, y operando por sobre el paro agropecuario, pisoteando la lucha del sector que sí se ve perjudicado en concreto por el aumento de las retenciones.
Gracias a ese decreto de Kirchner, las únicas empresas que pueden importar soja son las firmas cerealeras que tienen puerto propio apto para esas embarcaciones, es decir los grandes monopolios de acopio y exportación.
Con esto se favorece también a los grupos monopólicos de ese país, que en vez de sacar la producción hacia el puerto uruguayo de Nueva Palmira, lo baja por la hidrovía del Paraná hasta nuestros puertos, aumentando las ganancias para todos ellos.
Con la industria aceitera pasó algo similar, ya que el sector tiene capacidad para procesar 52 millones de toneladas de oleaginosas (entre soja, girasol y otros). Como la última campaña nuestra fue de 48 millones, les quedó un margen que lo exportaron en semillas, sin procesar. Un informe reporta "En el medio del conflicto las aceiteras lograron liquidar u$s 100 millones por día. Las compañías del polo aceitero duplicaron la importación de soja paraguaya en lo que va del año. Superaron los cuatro millo-nes de toneladas, lo que equivale a más del 60% de toda la producción del país vecino".
Además hay que tener en cuenta que en base a ese decreto kircherista, al tratarse de importaciones por cupo libre por un excedente, sobre ese excedente que traen de Paraguay no pagan el mismo porcentaje de retenciones, sino uno mucho menor (25%). "Bajo el régimen de importación temporaria, el % de retención se aplica sobre el adicional que tuvo la empresa en la transformación del poroto en harina o aceite… se pagan apenas u$s 4,5 de retenciones" . Las empresas que más operan vía Paraguay con esa modalidad son Cargill y Dreyfus. De ellos no habla la presidenta cuando usa la cadena nacional …
PALMO A PALMO
Este hilado fino del movimiento de los grandes pulpos nos muestra que las retenciones tienden en el mediano plazo a desplazar amplios sectores de la tierra, el campo y la producción, y seguir garantizando los negocios a los monopolios, operando desde el Estado para favorecer la concentración de la tierra y la riqueza.
Mientras agroproductores chicos y medianos, y sus poblaciones en cientos, miles de pueblos de nuestro país la peleaban en las rutas, los pooles jugaban sus propias cartas, seguían embarcando, produciendo y exportando.
Por eso cuando el gobierno de los monopolios invoca la sojización y el hambre para fundar sus medidas, movería a risa si no se tratara del drama de millones de argentinos.
Unas 12 empresas transnacionales, dominan el mercado de la alimentación mundial, en especial el cartel de las 6 trasnacionales de granos: Cargill, Louis Dreyfus, André, Bunge y Born, Continental CGC y Archer Danields Midland (ADM), sumándose Unilever, Procter & Gamble, Cadbury, Nestlé, Phillip Morris, Kellogg, entre otras, todas con sede u operatorias en nuestro país, dominando la cosecha, la producción y la comercialización de los alimentos, de los cereales, centeno, las carnes, lácteos, aceites, frutas, vegetales, azúcar y especias, más todos sus derivados.
Unidos a la vez en alianzas estratégicas con Monsanto, Cargill, Dupont y Novartis, que tienen las patentes de la bioingeniería de las semillas transgénicas.
A esos monopolios que manejan la alimentación mundial, no se los frena con retenciones ni con discursos.
Se le disputa palmo a palmo, con organización autoconvocada, derrumbando la impunidad de su institucionalidad y construyendo el poder propio de un pueblo decidido a enfrentarlos.«