21 de agosto de 2007

La cultura en Venezuela


Por León Repetur

Entre el 7 y el 13 de julio pasados tuve la oportunidad de visitar Venezuela invitado por el Orfeón de Guarenas para dictar un curso de capacitación para la realización del Cantapueblo en ese país a partir del año 2008.
Con mucha curiosidad llegué a Caracas, esperando ver con mis propios ojos y entender con mi propia mente lo que allí estaba pasando. Y me llevé una enorme sorpresa. Me encontré con un proceso de cambio revolucionario avanzado y con un pueblo entusiasta y esperanzado en su dirigencia y en su conductor.

Asistí a numerosos encuentros con gente de todos los sectores sociales y, al margen de las diferencias y de la absoluta libertad con que todos se expresaron, nadie dejó de reconocer lo que el proceso revolucionario venezolano está haciendo por los más débiles, por los más golpeados durante años de corruptela y entrega de la riqueza nacional.

Con sana envidia, sentí el orgullo y el fervor en la mayoría de los venezolanos por el proceso de recuperación de la dignidad y de la soberanía nacional. Trataré, de a poco, de ir acercándoles mis impresiones de cuanto viví en esa estadía en la tierra de Bolívar.

Pero hoy quiero dejarles unas opiniones del Ministro del Poder Popular para la Cultura del Gobierno Bolivariano de Venezuela. Se trata de Francisco Sesto Novás, arquitecto, escritor, poeta, ensayista. Nacido en Vigo, España, en 1943 y con 40 años de residencia en Venezuela. Es el ministro que tiene a su cargo la difícil tarea de conducir la Cultura en un país en revolución.
“Farruco” Sesto para los venezolanos. Y ya para nosotros también.

En ocasión de celebrarse en 2006 la XIV Feria Internacional del Libro de la Habana, Venezuela fue país invitado de honor a esa Feria.
Farruco llegó a la histórica ciudad con un mensaje, para todos los asistentes a esa feria, que ahora reproducimos en nuesro blog enteramente. El lo tituló:


Pasaporte Cultural

Si tú no naciste en Venezuela, ni tienes la ciudadanía venezolana, ni vives tan siquiera en Venezuela, puedes ser sin embargo un venezolano más.
Puedes ser, o considerarte, o sentirte íntimamente un venezolano de este tiempo. Un venezolano en tiempo de Revolución.

Es muy fácil.
Basta con que alojes en tu corazón un profundo respeto hacia todos los seres humanos sin distinción de culturas, religiones o formas de vida.
Basta con que hagas tuyo el paisaje de la diversidad de los pueblos y lo coloques frente a tu ventana.

Basta con que lo contemples con amor y que, a partir de ese amor, te pongas con nosotros del lado de los pobres de la tierra, de los explotados, de los débiles, de los excluidos y eches tu suerte con ellos.
Y que, por consiguiente, nos acompañes en la prodigiosa aventura de hacer del mundo un mejor lugar.

Contra toda hegemonía, contra todo poder, contra todo imperio. Para dejar atrás las injusticias, el desequilibrio y la inequidad.
Si día tras día, cada día, con el hacer de tus manos, con el pensar de tu mente y el alentar de tu corazón, apuestas a la dignidad de toda persona, entonces estás con nosotros. Y eres parte de nosotros.
Eres ya, de hecho, un venezolano más, un bolivariano.

Venezuela es tuya.
Es tuya la historia de lucha contra la opresión.
Perteneces a las huestes de Guaicaipuro y de los pueblos originarios que se enfrentaron a la Conquista.
Te levantaste con los esclavos y fuiste cimarrón y formaste tu cumbe en algún lugar inexpugnable.

Estuviste con Gual y España en las primeras conspiraciones libertarias y asististe con dolor y vergüenza a su ejecución en la plaza pública.
Formaste parte de primera expedición naval contra el Imperio español desembarcando al mando de Francisco de Miranda en la Vela de Coro.
Cabalgaste, pocos años después, en la inmensidad de los Llanos como parte de los lanceros, haciendo tuyo su especial modo de guerrear.
Acompañaste a Simón Bolívar y a sus ejércitos libertadores hasta derrotar al enemigo en Carabobo. Y después, peleaste con Sucre en Ayacucho.
Falleciste luego, cuando ellos murieron y resucitaste con Ezequiel Zamora para tomar las armas contra una oligarquía que había secuestrado los frutos de la Independencia.

Estuviste con Argimiro Gabaldón y con otros comandantes guerrilleros en las distintas serranías.
Y así has seguido hasta hoy, unas veces enfrentando dictaduras y otras oponiéndote a democracias corruptas y subordinadas a un poder imperial. Por eso hoy participas activamente en el proceso bolivariano. Eres parte del pueblo. Un bolivariano más

Venezuela es tuya
Es tuya en su geografía esplendorosa.
Son tuyos Los Andes de altas cumbres y valles sosegados. Sus páramos, sus nieves, sus pueblos apretados; la piedra de sus muros.
Es tuyo el Orinoco y las selvas que cruza y las aguas que carga. Son tuyas las historias milenarias que el desmedido río conoce y lleva en sí.
Lo es la Gran Sabana y sus cerros testigos, los tepuyes. Su antiquísima luna, el redescubrimiento de la primigenia soledad en aquellos espacios, y el extraño rumor de los espíritus ancestrales que allí habitan.
Las arenas de Coro con sus dunas insólitas que el viento permanentemente va moviendo.
Los llanos, los esteros, las puntas de ganado, los morichales perdidos y hallados, y sobre todo ese cielo extendido a la mirada sin otra limitación que el horizonte circular.
El vasto Lago y su rayo Catatumbo, insobornable, eterno.
La franja en que se encuentran el mar y el Continente, los cayos, los manglares, los arrecifes coralinos, las acumulaciones de conchas, la sombra de las enramadas.
El blanco Sol de la mañanita, el que al mediodía castiga y también el que amarillea el atardecer

También es tuya Venezuela en su cultura y en sus gentes.
Nunca te olvides de Simón Rodríguez ni de sus consejos a la inteligencia ciudadana para que inventes y no te equivoques.
Descubre la luz con Reverón, reinterpreta el espacio con Bárbaro Rivas, sintetiza tanto las armonías como las disonancias formales del universo con Jesús Soto.
Pinta angelitos negros con Andrés Eloy Blanco; móntate en el caballo bien bonito que fue amigo de Aquiles Nazca; remonta el Arauca en un bongo con Rómulo Gallegos o levanta con fuerza una lanza, sea o no colorada, para que te observe Arturo Uslar Pietri. Y con Carlos Raúl Villanueva, ponte a construir cubos de colores. Alza tu voz contra la injusticia con Alí Primera y cántale a quienes viven bajo techos de cartón.

Recorre los caseríos del Oriente con Luis Mariano Rivera o trata de desenredar los infinitos caminos del llano con el Carrao de Palmarito.
Desanda la historia de “Florentino y el Diablo” con Alberto Arvelo Torrealba para ganar cualquier batalla de Santa Inés que pueda presentarse. Dale la mano a los numerosos escritores y artistas cuyos nombres enaltecen a la cultura venezolana. Pero sobre todo, piérdete entre los incontables creadores anónimos del pueblo, que son tantos como las estrellas y hazte un lugar en ellos. Allí coincidirás con gente de los pueblos originarios, aprenderás de las comunidades afrodescendientes, compartirás con inmigrantes provenientes de los cuatro puntos cardinales, serás, campesino, pescador, minero, soldado o quién sabe, tal vez, un simple ciudadano vecino de una barriada caraqueña.

Donde quieras que llegues, donde quiera que estés, estarás con nosotros, echándonos una mano solidaria en esta tarea de hacer patria. La Patria que es América.
Este pasaporte es para eso. Si tú eres cubano y eres bolivariano, ya eres venezolano de corazón. Y estamos juntos en el mismo lado, el único posible o, en todo caso el único aceptable. Estamos en el lado de la gran humanidad que ha dicho basta y ha echado a andar.

2 comentarios:

Cristian Malvar dijo...

Leon, que bien me hace sentir ser uno de esos hijos de Bolivar, que tuvo el honor de invitarte a nuestra tierra y haber servido de anfitriones para que vivieras con nosotros nuestra revolucion. Es para mi un honor, el inspirar mi lucha, en la construccion de una Latinoamerica Unida, ahora teniendo como motivo tus experiencias, por lo que compartiste con nosotros, tambien es un honor el poder trabajar juntos, aunque la distancia nos separen se que nuestros ideales nos unen, en tener la patria grande que soñaron Bolivar y SanMartin y que luego reforzo Marti con su lucha antillana.
Cristian Malvar

Anónimo dijo...

Gracias Cristian: en realidad el honor fue todo nuestro de poder compartir con Uds la hermosa experiencia de construir una Patria Libre.
Se que comenzaremos un camino de grandes realizaciones, de sueños concretados, de nuevos proyectos y de hermandad. Un saludo desde la tierra de San Martin. León